gasteiz - Lleva casi un año al frente del ABB, un tiempo en el que ha habido dos procesos electorales que no le han ido mal al PNV en Álava, especialmente las autonómicas, con las disputas internas del pasado aparentemente enterradas y cierta estabilidad en la Diputación y el Ayuntamiento. ¿Le ha tocado dirigir el partido en un momento dulce?

-Me ha tocado un momento de bastante trabajo, hemos tenido que estar organizando elecciones prácticamente desde que llegamos, y eso en nueve meses, además de la propia organización del partido. Hemos tenido que movilizar todos nuestros efectivos y considero que los resultados han sido muy aceptables, en ese sentido estoy contento con el resultado del trabajo realizado. Todo es mejorable, pero estamos en una posición mejor que la de partida.

¿Les ha dificultado mucho la organización interna del partido, el trabajo de puertas para adentro, este convulso año electoral?

-Nos hemos dedicado a las elecciones, y no son sólo los 15 días de campaña. Se inician con la elección de la candidatura, con los procesos internos de elección, la preparación de la candidatura, interventores y apoderados, la propia campaña... Son muchos medios dedicados a la movilización de los afiliados, y además han sido dos procesos electorales, en junio y septiembre, en momentos en que algunos se iban de vacaciones y otros volvían, ha habido que movilizar a la afiliación de forma más intensa que si se hubieran producido en otros momentos del año. En todo caso, eso engrasa la organización, los procesos electorales están para mover, para convocar, para tener relaciones más intensas con la afiliación, para estar más en los pueblos y en Vitoria, y aunque puedes dejar algunas cosas que hacer, más de la propia organización, o problemas puntuales en algunos lugares, por otro lado consigues una interacción mayor y una movilización mayor, y eso es bueno para el partido.

¿Qué balance hace de la experiencia de gobierno en la Diputación y el Ayuntamiento de Vitoria con el PSE?

-En el caso del Ayuntamiento apenas han pasado cuatro o cinco meses desde que entraron al equipo de gobierno, pero la experiencia es muy positiva, ha funcionado de manera adecuada, aunque siempre hay algún pequeño roce en temas puntuales, roces públicos además, pero en general puedo decir que estoy totalmente satisfecho con el apoyo del PSE porque ha funcionado en la línea que nos habíamos propuesto cuando se hizo.

¿Volverán a contar con Presupuestos Urtaran y González en 2017?

-En Álava el panorama siempre es más complicado que en otros lugares, nunca es fácil, pero el año pasado fuimos capaces de hacer un Presupuesto en el Ayuntamiento entre cinco grupos políticos y en la Diputación entre tres. No digo que vaya a ser fácil, pero la responsabilidad política demostrada por todos los partidos a excepción del PP, el único que no ha entrado en ningún acuerdo, hará posible que volvamos a tener Presupuestos el próximo año, eso es bueno para Álava, para Vitoria y para otros ayuntamintos, y los partidos estamos para solucionar los problemas de los ciudadanos, no para creárselos. Esa idea es común a casi todos los partidos y por eso creo que trabajaremos en esa línea.

¿Podrían llegar a cruzarse las negociaciones en Álava con las de Sabin Etxea para la conformación del nuevo Gobierno Vasco?

-Van a desarrollarse en paralelo, seguramente, pero no creo que se mezclen las cosas, las realidades de diputaciones y ayuntamientos son diferentes a las del Gobierno Vasco. Aunque puede que haya interacciones entre estos procesos, creo que son totalmente diferentes y no deben generar tensiones unos en los otros, y viceversa.

Ahora que ya han pasado las autonómicas, ¿se les pasó por la cabeza que el empuje de Podemos en Álava les fuera a perjudicar en las autonómicas? En diciembre y junio fueron la fuerza más votada en Álava.

-A mí no, e incluso en las declaraciones públicas que he hecho tenía claro que las elecciones las iba a ganar el PNV. Me lo decía la gente en la calle, en las anteriores se votaba a Podemos porque había que echar al PP del Gobierno, había que unir fuerzas, y en estas nos decían que nos votarían a nosotros. Además hay un elemento importante, cuando en Álava nos alejamos de Euskadi el PNV tiene menos votantes, nos ven menos importantes en Madrid o en Estrasburgo. Yo intento convencer a los electores de que no es lo adecuado, el PNV puede ser determinante en Euskadi, pero también en Madrid.

¿Cómo interpreta la pérdida progresiva de peso del constitucionalismo en Euskadi?

-La crisis ha generado cambios importantes, sobre todo la aparición de dos partidos nuevos, Ciudadanos, que no ha sacado representación en Euskadi pero sí ha tenido votos que habrán dejado de ir a otros partidos; y sobre todo Podemos, que ha tenido un efecto electoral muy importante, y eso ha le cambiado las condiciones sobre todo al PSE. Aquí las cosas se mueven a mucha velocidad; en 2009 el PSE tuvo 25 parlamentarios, es verdad que no estaba Bildu, pero los socialistas estaban en plena efervescencia, y también puede ser que a medio plazo volvamos a un modelo de partidos con pesos diferentes a los actuales. Lo que sí es relevante es que el PNV mantiene el peso en las instituciones y el peso entre los ciudadanos, y eso creo que no pasa prácticamente en ningún lado. Algo tendremos para que sea así.

Dijo Pablo Iglesias en la sesión de investidura del jueves que el PNV y la monarquía son lo único que resiste al embate de los nuevos tiempos.

-Realmente somos un partido con años, no sé si viejo, porque nos renovamos y somos capaces de estar en las instituciones. Tenemos 121 años, casi 120 más que Podemos, efectivamente es una diferencia importante.

¿Un año sin gobierno efectivo en España puede traer consecuencias graves desde el punto de vista económico?

-Está claro que si durante un año no se gobierna algo se ha tenido que dejar de hacer. También es cierto que el crecimiento económico que ha habido, por la bajada del precio del petróleo o el incremento de los turistas, ha sido alto, y de alguna manera ha compensando la falta de gobierno, los efectos han sido menos visibles. Ahora bien, el nuevo gobierno va a tener que tomar medidas duras y complicadas, porque el déficit no se controla, Europa presiona, y sus medidas no serán expansivas sino justamente lo contrario. Ese es el modelo de Bruselas, totalmente erróneo; hay que invertir, no con las barbaridades que hicimos con la burbuja inmobiliaria, controlando los parámetros económicos, pero está claro que debemos ir a una política expansiva.

Parece que el PSE es el que más posibilidades tiene de apoyar a Urkullu, y hasta ahora se han entendido, pero los socialistas avisan en torno a la revisión del autogobierno que plantea el lehendakari. ¿Es sólo una posición negociadora o prevé problemas en ese sentido?

-Efectivamente, el PSE siempre muestra reticencias en todo lo que se refiere al autogobierno, pero el PNV plantea vías de consenso, de diálogo, con el Gobierno del Estado, desde la bilateralidad, y no como hasta ahora desde la unilateralidad que utiliza el Gobierno español, que prácticamente todas las leyes que se aprueban en el Parlamento Vasco las recurre en el Tribunal Constitucional. Nosotros tenemos, a través de la Disposición Adicional Primera de la Constitución, la posibilidad de modificar el modelo estatutario, y el Estatuto vasco es el único que no se ha modificado, aparte de que no se ha cumplido. No podemos seguir así después de cuarenta años, tenemos que movernos y nuestra propuesta, insisto, es de consenso, dentro de unos parámetros muy claros, que se reconozca que Euskadi es una nación, como Cataluña, y las relaciones con el Estado tienen que ser totalmente distintas a las que hemos tenido hata la fecha. Si no son capaces de entender esta situación en Madrid habrá que buscar otras alternativas para trabajar. Todo eso no le debe influir al PSE porque no son propuestas que no se puedan entender, espero que podamos conseguir entre una parte importante de la sociedad vasca un acuerdo que sea aceptado por la mayoría más amplia posible.

Será difícil llevar a las Cortes un acuerdo que incluya al PSE y a EH Bildu...

-Será muy difícil llegar a un acuerdo que incluya al PP y a Bildu. A raíz de lo ocurre en Cataluña es cierto que diferentes sectores del PSOE no quiren ningún tipo de movimiento hacia una solución negociada, que no tiene que pasar por lo que diga una parte o por lo que diga la otra, pero los socialistas sí se están moviendo y saben que tienen que hacerlo porque la realidad plurinacional de España hay que resolverla; es un partido que tiene más de 120 años ha vivido estas situaciones de forma periódica, y ha sabido darles forma. Hay que evolucionar, y en ese sentido el PSE tendrá que avanzar en sus planteamientos y EH Bildu también tendrá que intentar acercarse a la otra parte para que nos movamos de la situación actual.

¿Está suficientemente engrasada la relación entre el Gobierno Vasco y las instituciones alavesas? El PP denuncia habitualmente que no es así.

-Yo creo que están más que engrasadas, la colaboración entre Diputación, Gobierno y Ayuntamiento de Vitoria es continua. Eso no quiere decir que estén de acuerdo en todo, hay momentos en los que puede haber visiones diferentes de un mismo tema, pero la colaboración es permanente, lo que pasa es que el PP ha encontrado un filón diciendo que el Gobierno Vasco no invierte en Vitoria y Álava, cuando la realidad es la contraria. Me remito a las inveriones de los últimos años y a las que ha prometido el lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu, de más de 300 millones de euros en proyectos concretos y realizables. Lo que pasa es que hay parte del electorado que entiende que el Gobierno dedica los esfuerzos a Bilbao, pero la realidad se mide en presupuestos y los números dicen que no es así. Nadie podrá demostrar que las actuaciones del Gobierno en Álava no son las que le corresponden presupuestariamente y también en materia competencial. Tenemos un sistema sanitario de alto nivel y además el Gobierno va a poner en marcha inversiones de más de 70 millones en Txagorritxu y de cerca de 10 en Santiago. Tenemos un sistema educativo que funciona, que no genera tensiones, estamos abriendo nuevos colegios, se van a reformar ocho... Son actuaciones que tiene que hacer el Gobierno Vasco y las está haciendo. Va a poner en marcha el tranvía a la Universidad, está desarrollando el proyecto del tranvía a Salburua, está trabajando por el proyecto del tranvía a Zabalgana, va a poner una nueva línea de bus eléctrico, el BRT... Además se ha comprometido a duplicar el canon, y a hacerlo por escrito para que quede constancia. Si no se quiere ver esto es porque o las gafas son muy oscuras o uno está ciego.

¿Cómo es la relación entre los partidos a nivel de Álava? Con el PSE trabajan codo a codo, pero, ¿con los demás?

-La relación es buena en las institucines, hay interlocucuión, también discrepancias y formas distintas de ver las cosas, pero si con algún partido tenemos dificultades para llegar a acuerdos es con el PP. No para dialogar, porque ayer mismo hablé con Javier de Andrés, y además me llamó él. En general las relaciones personales son muy buenas, pero a nivel institucional no hay manera de llegar a ningún acuerdo con el PP, está en el frente por el no, quiere desgastar a todos los cargos públicos, creen que es una estrategia que les va a dar resultados, pero yo creo que si siguen por esta vía seguirán estando más solos que la una. Piensan que todos los demás son los que van por la carretera en sentido contrario.

¿Qué estrategia tiene el PNV en Álava a medio plazo para mantener o aumentar el respaldo social? Los tiempos están cambiado mucho.

-Nosotros tenemos una visión positiva del futuro, estamos en una comunidad con muchas posibilidades de desarrollo, con sectores que no hay en otros lugares, estamos trabajando en el desarrollo de la industria 4.0 junto con el Gobierno Vasdo; estamos avanzando en nuevos sectores económicos, porque el mundo está cambiando, la tecnología está cambiándolo todo y en eso somos pioneros a nivel del Estado. En cuanto a los partidos, tenemos que modificar los modelos relacionales con la sociedad, tenemos que adaptarnos a la nueva realidad. No somos un trasatlántico al que le cuesta mucho virar, pero tampoco los virajes son de 180 grados, nuestra forma de organización hace que tengamos estructuras que se adaptan a las condiciones, porque vivimos en la sociedad, también somos ciudadanos, y el partido lo que hace es aglutinar esos cambios y llevarlos a su propia actuación diaria. Si este partido tiene 121 años es porque ha sabido adaptarse a los diferentes acontecimientos que han ido sucediendo, que han sido infinitos. Vemos que la sociedad está cambiando, quiere más transparencia e interactuar con las instituciones, hoy día todo está colgado de la Red, y por tanto tenemos que estar en permanente contacto con la sociedad mediante los instrumentos que nos permitan ese contacto, tanto con los afiliados como con los simpatizantes y ciudadanos. Son caminos nuevos, tenemos que ser capaces de dar con la tecla, no perder tiempo en la forma y dedicarnos al fondo, que es lo importante.