madrid - Todos los mensajes que lanzó ayer Mariano Rajoy a favor del acuerdo los envió nuevamente al buzón de los partidos constitucionalistas. El candidato a la investidura solo ha dado señas, por el momento, de querer acordar con los socialistas y Ciudadanos, y no ha dedicado ningún guiño a los nacionalistas vascos y catalanes. Volvió a referirse al reto independentista catalán en términos negativos, como la mayor amenaza que se cierne sobre España, y como un desafío al que responderá acordando de manera preferente con quienes defiendan la Constitución, lo que supone dejar fuera precisamente a aquellos partidos e instituciones con quienes tiene un problema político de primer orden. No ofreció ninguna propuesta para solucionar el contencioso y tuvo un discurso continuista.
Después de que el president Puigdemont haya insistido en pactar un referéndum de independencia, Rajoy no se desvió de su guion habitual y respondió que “el único pueblo soberano en España es el que conforman todos los españoles”, lo que se traduce en que el futuro de Catalunya no lo pueden decidir solo los catalanes, sino todos los ciudadanos del Estado. “Mi obligación es defender la soberanía nacional, la unidad de España y el respeto a la ley y los derechos fundamentales”, remachó, para añadir que cumplirá ese deber buscando el entendimiento con los partidos que defienden la Constitución.Solo aludió brevemente al reajuste de la solidaridad entre los territorios, una alusión críptica a la financiación autonómica. La financiación la había citado ya unos minutos antes, pero tampoco entonces mencionó a la Generalitat y sí al PSOE, como partido al frente de varias autonomías. El PNV tampoco recibió guiños de Rajoy, que no aludió a los nacionalistas ni en la parte en la que pidió acuerdos para los Presupuestos. - M. Vázquez