MADRID - Mientras el resto de partidos ha condenado el escrache al expresidente Felipe González, que le impidió dar una charla en la Universidad Autónoma de Madrid, Pablo Iglesias pidió ayer al socialista que no tenga la piel “tan fina”, y avaló la protesta como un símbolo de salud democrática, aunque tampoco termina de compartir las formas. El secretario general de Podemos marcó distancias con el resto de líderes y con voces de su propio partido como la de Carolina Bescansa, que lamentó los sucesos del miércoles. El posicionamiento de Iglesias se produce en un momento en que él mismo ha apostado por subir el tono y volver a la calle, contraponiéndolo a una dinámica de partido puramente institucional. Esa apuesta y el hecho de que él mismo acusara hace meses a González de tener las manos manchadas de cal viva, al igual que hicieron esos estudiantes en la protesta, le ha valido para ser acusado de instigar la protesta.

Iglesias aseguró que no comparte “la forma de protesta”, pero aseguró que este tipo de cosas son “saludables” y aconseja “no tener la piel tan fina”. “Aunque puedo no compartir la forma, es un síntoma de salud democrática que los estudiantes tuvieran la suficiente memoria para decir que no es bonito que en un centro universitario intervenga quien saca pecho con el terrorismo de Estado. Creo que eso está bien”, dijo en declaraciones a los medios a su llegada al pleno del Congreso. Celebró que los estudiantes protesten por este tipo de cosas, pero matizó que que él hubiera preferido “que los estudiantes entraran tranquilamente al acto y discutieran con Felipe González”.

La protesta contra González se había alentado a través de las redes sociales y también se dirigió contra el presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián. Los estudiantes rodearon la sala en la que iban a impartir su charla, y golpearon las puertas llegando a asustar a algunos de los presentes que, según recogieron las agencias informativas, llegaron a temer por su integridad física. Finalmente, se optó por suspender el acto. Los manifestantes lanzaron proclamas acusando a González de situarse tras los GAL o la tortura, mientras que a Cebrián lo acusaron de manipulación informativa. - DNA