GASTEIZ - Los partidos tienen una idea bastante aproximada de dónde se sentará cada uno en el Parlamento durante la nueva legislatura vasca, que arrancará mañana mismo con la constitución de la Cámara. El detalle parece anecdótico, pero en el Congreso español fue motivo de conflicto tras las elecciones de diciembre por la irrupción de nuevas fuerzas como Podemos y Ciudadanos, y porque nadie quería quedar relegado a las últimas filas, conocidas en la jerga parlamentaria como el gallinero. En el caso vasco, nada apunta a que vayan a saltar chispas por ese reparto y, según han confirmado fuentes parlamentarias a DNA, la distribución va a ser lo más equitativa posible, evitando relegar a nadie. Ya han cerrado un reparto en el que PNV y EH Bildu repiten ubicación, mirándose frente a frente; y el amplio hueco central que queda entre ambos lo ocuparán Elkarrekin Podemos, PSE y PP, con el detalle relevante de que todos usarán la segunda, tercera y cuarta fila para que nadie quede confinado en exclusiva en los últimos asientos.

El procedimiento consiste en que los partidos, de mayor a menor representación, escogen dónde se quieren sentar. Eso garantiza a PNV y EH Bildu repetir su ubicación, situados frente a frente para contribuir visualmente a la contraposición entre el gobierno y el principal partido de la oposición. Observándolos desde el asiento de la Mesa, los jeltzales ocupan la zona derecha, mientras que EH Bildu queda a la izquierda. En la pasada legislatura, los socialistas se situaban también a la izquierda, justo al lado de EH Bildu, pero la irrupción de Podemos les obligará a desplazarse hacia la derecha y a quedar pegados al PNV. El partido morado, que tiene preferencia a la hora de escoger porque es la tercera fuerza, quiere ubicarse a la izquierda, con todo el simbolismo que ello pueda conllevar. En estos casos, no obstante, se toman en consideración casi al mismo nivel cuestiones de logística (quedar al lado del pasillo para bajar con mayor comodidad al atril de oradores) o de visibilidad en los medios a la hora de tomar fotografías. En ese sentido, en lugar de quedarse en el centro, el PSE ha preferido pasar a la derecha, al lado del pasillo y junto a un PNV con quien podría firmar un acuerdo de legislatura. El PP quedaría en el centro.

Las fuentes consultadas precisan que se ha tenido en cuenta que la diferencia de escaños entre esas tres fuerzas es muy estrecha, de modo que no procedía que nadie acaparase las primeras filas y relegara a los otros al gallinero. Por ello, todos ellos usarán la segunda, tercera y cuarta fila. El PSE, por su parte, no se ha tomado a la tremenda su desplazamiento y precisa a este periódico que no le supone ningún problema. Este reparto, que será el que se vea mañana en el pleno, es provisional y le falta el sello de la Junta de Portavoces, que no suele alterar el grueso del acuerdo pero que puede adelantar los escaños de algún grupo para darle mayor presencia.

En cuanto a la Mesa, la jeltzale Bakartxo Tejeria repetirá como presidenta. No hay confirmación oficial, pero todo apunta a que la vicepresidencia primera quedará en manos de EH Bildu, la segunda será para el PSE, y Elkarrekin Podemos se hará con una secretaría, dejando la restante para el jeltzale Iñigo Iturrate. El PP queda fuera. La cesión de una vicepresidencia a los socialistas puede tener una lectura política como guiño del PNV, pero también obedece a algo más prosaico: asegurar que el PSE tenga un hueco en la Mesa y que no haya sorpresas. En el reglamento se especifica que los integrantes de la Mesa se votan en tres tandas: una para la presidencia, otra para las dos vicepresidencias, y una última para las dos secretarías. En cada votación, ganan los dos candidatos con mayor respaldo. Si el PNV dejara paso libre a Podemos para que se hiciera con una vicepresidencia, el PSE tendría que lograr una plaza en la última votación que decide las secretarías, donde podría surgir cualquier sorpresa o error que lo dejara fuera. El PNV se vería en la tesitura de dividir sus escaños para apoyar a Iturrate y, al mismo tiempo, ceder votos al PSE para que saque adelante su candidatura. Como mucho, podría darle nueve, de modo que el socialismo lograría 18 y quedaría a los pies de los caballos si EH Bildu (con 18 escaños) presentara aspirante a la secretaría o sumara con Podemos.