donostia - El sobrino nieto del consejero Juan de los Toyos, Miguel, ostenta la Alcaldía de la villa armera desde 2008 por la misma formación, el Partido Socialista. La gestión del trabajo en una época en que la producción y los servicios estaban orientados en su totalidad a la contienda y sus consecuencias marcaron el mandato de aquel consejero.
De Juan de los Toyos siempre se destaca que fue quien izó la bandera republicana en el ayuntamiento de Eibar el 14 de abril de 1931...
-Si ha pasado a la historia de nuestro país ha sido por varios motivos, uno de ellos su papel en la proclamación de la II República. Como no le conocí, ya que murió cuando yo acababa de nacer, toda la información que tengo sobre aquello se basa en relatos familiares. Un hermano de mi padre que tiene 92 años sí le conoció y es quien más cosas nos cuenta de él.
Porque él murió exiliado en México, así que entiendo que una rama de los De los Toyos permaneció aquí...
-Mi familia paterna marchó a Francia durante la Guerra Civil, y luego todos, incluido mi abuelo -su hermano- regresaron a Eibar; pero él no lo hizo por estar el Gobierno Vasco en el exilio y debido al peso que conllevaban los cargos que había tenido en ese Ejecutivo. Tomó el camino de México y allí murió. Siempre digo que dependiendo del destino que el resto de la familia hubiera elegido, yo podría haber nacido mexicano.
Siendo de origen baracaldés, ¿cómo termina Juan de los Toyos en Eibar?
-Desde muy joven tuvo inquietudes políticas y sindicales muy acusadas, y es que no solo debemos hablar de su militancia socialista, sino que también fue una figura capital en UGT. Ya estaba metido en la organización cuando, según se dice, hubo una especie de mandato para enviar desde Barakaldo -que era una zona de socialismo industrial potente- a algún emisario que viviera el pulso del socialismo eibarrés, que también tenía esas características industriales. Juan fue quien desempeñó ese papel: tomar el pulso, coordinarlo y trabajarlo. Su aterrizaje en Eibar estuvo rodeado de ese componente político y lo efectuó siendo jovencísimo: no tenía ni 20 años. Se integró en la sociedad de aquí y fue uno de los fundadores de Alfa en calidad de cooperativa en su momento. Se convirtió en concejal y políticamente fue creciendo hasta protagonizar el momento del 14 de abril y convertirse después en consejero.
Izó aquella bandera pero en un giro extraño, acabó siendo consejero de Aguirre en un gobierno de concentración.
-Su participación en el Gobierno de Aguirre como consejero de Trabajo, Previsión y Comunicaciones, como la proclamación en aquel amanecer de la II República fueron los hechos que colocaron a Juan de los Toyos en la historia. No soy la persona para pedir esto, porque se podría interpretar mal, pero se debería hacer más pedagogía sobre él en la ciudad de Eibar. Sí que existe una Fundación Juan de los Toyos relacionada con UGT, pero sigo pensando que en la villa debería reconocerse más su figura.
¿Tienen algún testimonio de cómo era su relación con el lehendakari Aguirre?
-En lo personal no me atrevo a opinar, pero en lo político cualquier crónica de la época remarca que quienes integraron aquel Gobierno trabajaron en clave de país. A pesar de los matices, el objetivo era uno y común y fueron capaces de ir en pos de él.
Supongo que Juan de los Toyos tuvo que ser una figura clave y que pesó mucho a la hora de orientar su propia militancia política.
-Al final uno tiene dos orgullos: uno de pertenencia familiar y otro de pertenencia ideológica. El hecho de que fuera alguien notable en unos tiempos tan difíciles hace que sea inevitable, también con la convulsión que vivimos ahora, recordar figuras de este tipo. Y también es cierto que la familia De los Toyos en Eibar tiene una tradición socialista importante. Desde un punto de vista institucional, además de Juan de los Toyos estuvo mi padre, José Luis, que falleció en 1994 siendo concejal. He mamado la política municipal desde pequeño y todo eso me ha marcado mucho el camino: estudié Derecho, trabajé en la Agencia de Desarrollo..., pero al final el haber vivido tanto la política del pueblo desde la perspectiva del socialismo eibarrés me orientó sin duda.
¿Qué remarcaría de la figura de su tío abuelo en la vertiente sindical?
-Se decía que en su tiempo De los Toyos fue artífice de un germen del seguro de desempleo y de otros subsidios para los trabajadores. Tenía una visión clara de lo que significaba la decencia en el mundo laboral. Es verdad que en aquella época los derechos laborales eran nulos, y que por poco que se hiciera ya era mucho; pero también es cierto que vivimos un tiempo en que están sufriendo una regresión. Si hace diez años los trabajadores y trabajadoras teníamos una serie de derechos, con las decisiones que se han tomado en los últimos tiempos en temas como los convenios colectivos el recorte ha sido muy fuerte. La aportación de De los Toyos fue adoptar medidas favorables al eslabón débil de la cadena, al proletario.
Hablaba antes de convulsión, y su partido se encuentra ahora en uno de esos momentos difíciles. ¿Qué cree que pensaría De los Toyos de todo lo que está sucediendo en el PSOE?
-Me imagino que, como en el caso de mucha gente mayor, con gran pena. Si tuviera responsabilidades orgánicas en el partido -imaginemos que le hubiera pillado con 40 o 50 años-, como ocurrió con su papel de consejero de Aguirre, intentaría buscar terceras vías o algún acercamiento entre las dos partes en liza. Tuvo ese talante conciliador porque formar parte de un gobierno de concentración te hace capaz de que, aunque tu ideología sea importante, también lo sea sacar adelante ese Ejecutivo en el exilio. Ese papel conciliador sería imprescindible ahora.