Eskerrik asko! Fue la frase que reflejó un enorme mosaico compuesto con cartulinas con el que los dirigentes del PNV agradecieron ayer en Foronda a la militancia, “el verdadero motor del partido”, la labor realizada el pasado 25-S. La cita con las urnas se saldó con 28 escaños y casi 400.000 votos, una provechosa cosecha que sitúa a los jeltzales una vez más en el centro del tablero político vasco. De marcado poso electoral, la satisfacción flotó en el ambiente de un Alderdi Eguna en el que los diversos estamentos de la formación valoraron satisfactoriamente el resultado, pero se cuestionaron... ¿Y ahora qué?
Trabajando en el Senado, en la campaña desde el batzoki de Plentzia o liderando el Ayuntamiento de Lekeitio, muchas fueron las voces felices por el balance electoral. Una de ellas fue la del senador Jokin Bildarratz. Ejercer sus funciones en el convulso ruedo político de Madrid no supone olvidar la “tranquilidad” que palpa en Euskadi, si no que “nos permite relativizar” las refriegas por el desgobierno en el Estado. Lo que sí tiene claro es que “Euskadi ha vuelto a dar el liderazgo” a un PNV que ha “aumentado escaños, cuando había más partidos en liza, y ha logrado casi el doble de votos que el segundo”, destaca. Este nuevo periodo abre varias fórmulas para gobernar. “Pero ya en la legislatura anterior se ha visto que se pueden alcanzar acuerdos de diferente calado y con diferentes partidos. Eso es un valor”, concluye.
No lejos de Bildarratz, y después de haber desfilado con sus compañeros de Lekeitio, se encontraba el alcalde Koldo Goitia. “Considero que es importante que haya gobierno cuanto antes, ya que en el caso de nuestro Ayuntamiento, por ejemplo, tenemos varios proyectos abiertos con el Gobierno Vasco”, deseó. Pero Goitia confía en que “los buenos resultados que hemos logrado, mejorando las encuestas incluso”, culminen en un Ejecutivo que se ponga manos a la obra con rapidez. “La gestión que se ha realizado en los últimos cuatro años, junto a la mano tendida que se ha mostrado para alcanzar acuerdos”, ha sido a su juicio la clave para que la ciudadanía “refrende el trabajo realizado”. Aunque, desde luego, “el balance electoral es para estar satisfechos”. Su único pero es que EH Bildu superara en su pueblo, aunque por apenas 50 votos, a los jeltzales.
Alejados de las instituciones están militantes de base como los plentzitarras Nieves San Sebastián, Marisa Uriarte y Juan Mari Uribarri. Su apreciación, no obstante, apenas difiere de la de quienes ostentan algún cargo. “Se ha trabajado mucho y bien en campaña, cerca de la calle y con un buen proyecto. Y como hemos escuchado a Ortuzar, no es lo mismo celebrar 18 -en referencia a EH Bildu- que 28 escaños. Es una cifra que hay que poner en valor, teniendo en cuenta además lo que ha golpeado la crisis. El partido está en un buen momento, pero hay que rematar el trabajo estos próximos cuatro años”. El asunto de los pactos es un tema más espinoso, pero “opciones hay. ¡Eso sí, puede ser que valga más solo que mal acompañado!”, apuntaban.
La experiencia también es un grado en el caso del bilbaíno José Luis Galarza, de Helduak del PNV, que puso en valor “la serenidad y buen hacer que transmite el Gobierno de Urkullu. Se sabe hacer, y eso es un plus. También lo será para los pactos”. Una visión algo diferente apuntaba Javier Leoz, aún estando enfrascado en el trabajo de la txosna de Nafarroa. Concejal de Geroa Bai en el Ayuntamiento de Iruñea, desechaba el pacto a la navarra por el que aboga Arnaldo Otegi. “Las circunstancias no son las mismas, ni de lejos. Allí hemos tenido gobiernos hegemónicos de UPN en los que han roto todos los puentes con la oposición, utilizando el rodillo sin miramientos, mientras que el PNV ha sabido acordar con EA, Ezker Batua, PSE... El gobierno del cambio de Uxue Barkos es otra cosa”, agregaba.