Foronda - Una semana después del 25-S, Andoni Ortuzar e Iñigo Urkullu dedicarán hoy la victoria clara del PNV a sus militantes que, previsiblemente, abarrotarán las campas de Foronda. El Alderdi Eguna llega en un momento de efervescencia para la formación jeltzale tras el triunfo en las urnas y la mejora de sus propias expectativas. Ni siquiera el mal trago del 29º escaño perdido en el último recuento menguará un ápice la fiesta de la familia jeltzale.
¿Ha digerido el revés de la pérdida de ese escaño decisivo en la aritmética de los pactos?
-Está digerido en la medida en que nosotros no esperábamos tener 29 escaños, ni siquiera 28. Nuestros cálculos eran de 27 como mucho. Por encima de ese listón era una tarea titánica, teniendo en cuenta que irrumpían dos nuevas formaciones (Elkarrekin Podemos y Ciudadanos) y con la crisis política y el hastío generalizado sobre la política. Aún así, hemos logrado un parlamentario más que hace cuatro años, hemos subido en votos y hemos mejorado en porcentaje. Ningún otro partido ha conseguido mejorar en esas tres series. Por tanto, la satisfacción es plena por el respaldo popular y por el trabajo de la gente.
¿Ese escaño de menos les cambia la estrategia negociadora en los pactos?
-No la cambia. Lo primero que dije el lunes de cara a la ronda de contactos fue que nuestra estrategia no es buscar mayorías aritméticas. Distinguimos dos ámbitos: uno, la gobernabilidad del día a día, y ahí entra sacar los Presupuestos y las leyes de gobierno; y dos, los grandes acuerdos de país en materia de paz y convivencia, autogobierno, y el modelo social y económico así como la creación de empleo. En este último ámbito estamos ofreciendo acuerdos a aquellos que incluso se sitúan en la oposición. De partida, nosotros dibujábamos esta legislatura como de estabilización del país, que es mucho más que un gobierno estable. Pasada la crisis, aunque no cerrada, deshaciéndonos de ETA, aunque sigue sin disolverse, y teniendo un diagnóstico sobre cómo evolucionar el autogobierno vasco, creemos que estos cuatro años son los de la estabilización. En estos temas nos gustaría tener más apoyo que los 38 parlamentarios que aseguran la mayoría absoluta en el Parlamento Vasco. Vamos a ser ambiciosos a la hora de buscar acuerdos de muy amplia base porque Euskadi los necesita. Y en la gobernabilidad estamos acostumbrados. Esta pasada legislatura hemos tenido peor situación que la que se nos presenta ahora y la hemos sacado adelante.
Ahora Bildu y Podemos suman uno más que el PNV. ¿Cree que van a replantearse su posición e intentar desalojar juntos al PNV y al lehendakari Urkullu?
-No lo sé, cada uno estará haciendo sus cálculos, pero sería un contrafuero. El triunfo de Urkullu es inapelable y, además, durante la campaña hemos visto que Bildu y Podemos no han coincidido prácticamente en nada. Podemos ha descartado las propuestas de Otegi de un gobierno tripartito a la navarra. Por otra parte, una unión Bildu-Podemos per se no garantiza ninguna mayoría, podrían estar en minoría con respecto a otras combinaciones. Sería un error gravísimo.
De cara a la gobernabilidad, ¿van a optar por la vía de los acuerdos puntuales?
-Tenemos que acabar la primera ronda. Ya sabemos cómo piensan EH Bildu y Podemos y vamos a ver qué dicen PSE y Partido Popular. Una vez que hablemos con todos sabremos los márgenes que tenemos en un sentido u otro.
¿Ha sacado algo en claro de los encuentros con EH Bildu y Podemos?
-La impresión ha sido buena. Con Bildu, fundamentalmente con Sortu que es quien controla la coalición, siempre hemos tenido un déficit de confianza por desencuentros pasados, en Lizarra-Garazi, los acuerdos de Loiola o algunos episodios de esta última legislatura. No partíamos de cero en nuestra relación sino de menos diez. Pero el otro día ambas partes hablamos lo suficientemente claro con la idea de avanzar y dar pasos y romper esas desconfianzas. Con todo, para poder plantearnos un camino de futuro con la izquierda abertzale hay que despejar una incógnita antes, esto es, todo el tema de paz y convivencia, resolución de las consecuencias del conflicto, víctimas, presos, desarme? O lo hablamos y adoptamos posiciones en las que unos nos podemos fiar de los otros o sino es muy difícil poder avanzar en cualquier otra materia. Porque esa desconfianza va a seguir ahí.
¿Puede mejorar esa situación ahora con Arnaldo Otegi?
-En la reunión del pasado jueves sacamos una buena impresión. No sé si por voluntad propia o por necesidad, la izquierda abertzale ya se ha dado cuenta de que se tiene que mover, cambiar, avanzar, dar pasos. Ojalá que los den en la dirección correcta.
¿Bastaría con el reconocimiento de que matar estuvo mal?
-Eso es un símbolo. No hay que quedarse solo en las frases. Hay que poner en marcha procesos para que las denominadas “consecuencias del conflicto” se resuelvan bien para todo el mundo. Todas las partes tienen que poner sobre la mesa su vivencia, su sufrimiento y sus planteamientos, pero hay cosas que son innegables y hay que darles solución. El reconocimiento a las víctimas tiene que ser claro, la cuestión del desarme no puede alargarse más en el tiempo, hay que abordar otra política penitenciaria, pero también ellos tienen que dar otros pasos además de los que ya han dado. Creo que podemos acercar posturas y eso abriría una posibilidad de entendimiento y de recuperación de la confianza con la izquierda aber-tzale que a día de hoy no la tenemos.
Otegi habla de una mayoría de izquierdas en el Parlamento.
-Así lo ha dicho metiendo en esa mayoría al PSE. Resulta que si el PNV pacta con los socialistas es una legislatura perdida pero si pactan con ellos es una alternativa de progreso. Parece que Otegi es el que otorga al PSE patente de corso. Las correlaciones de fuerzas son las que son y sobre esa base hay que empezar a hablar y trabar acuerdos.
¿Teme que la guerra interna del PSOE vaya a afectar a la negociación del PSE con el PNV?
-No lo creo. Veo a la Ejecutiva socialista de Euskadi bastante unida en torno al liderazgo de Idoia Mendia y el PSE transmite la sensación de que aquí no hay una disensión, aquí no está el partido roto por la mitad, lo cual sí podría generar mayores problemas. Además, el equipo de Mendia tiene las cosas claras sobre lo que es Euskadi. Tenemos acuerdos de coalición en las diputaciones y en los ayuntamientos y no veo que ahora tenga que cambiar la estrategia de relación institucional y política en Euskadi por la situación de fuera.
Pero una caída de Sánchez le podría afectar directamente a Mendia ya que el PSE ha apostado por el secretario general del PSOE.
-Puede ser, pero yo veo que el PSE está muy unido en torno a la figura de Idoia Mendia y la actual Ejecutiva y no preveo que haya una alternativa a ella. ¿Quién la encabezaría? Sinceramente, no veo quién podría ser.
Ahora, con un escaño menos, los nueve del PSE no les dan mayoría absoluta. ¿Eso les complica la negociación?
-Todo el mundo saca sus cuentas y hace sus cálculos pero al final, escaño arriba escaño abajo, la cuestión es si hay voluntad de diálogo y si se puede acordar. La legislatura pasada asistimos a unos inicios broncos con el PSE y luego supimos reconducir la relación. También supimos reconducir en cierta medida la relación con la izquierda abertzale con las leyes que al final de la legislatura sacamos adelante con sus votos. Todos hemos aprendido de esa experiencia.
¿Tendrá el PSE preferencia a la hora de buscar acuerdos por los pactos de estabilidad que mantienen en las diputaciones y los ayuntamientos de las grandes capitales?
-Vamos a ver qué nos dicen. La clave está más en lo que nos digan ellos a nosotros que nosotros a ellos. Nuestra posición es clara, hemos entregado un documento con diez ejes y puntos de encuentro. Creo que, tal y como tenemos la relación con el PSE, esos ejes de encuentro, muchos de ellos, ya los tenemos avanzados en diputaciones y ayuntamientos. No debiera de ser complicado que habláramos en una longitud de onda parecida pero es verdad que su situación interna está como está y veremos qué disponibilidad tienen.
También el PP se ve decisivo con sus nueve parlamentarios. ¿Van a recurrir a ellos?
-¿Eso qué quiere decir? ¿Que van a hacer un eje con Bildu y Podemos para ir en contra nuestra? Para ser decisivo, Alfonso Alonso ha de prestarse a construir una alternativa a otros. ¿Va a ponernos en la tesitura de elegir entre Podemos y ellos? Eso no es realista.
PNV, Bildu y Podemos suman un 76% del Parlamento Vasco a favor del derecho a decidir. ¿Es suficiente para sacarlo adelante o van a buscar al PSE?
-Sería lo deseable. Yo aspiro a que estén todos, hasta el PP, aunque esto lo veo muy difícil. Pero el PSE podría estar, no veo ningún impedimento sustancial para que se incorpore. Son ellos los que se han ido cerrando las puertas en esta materia. También es verdad que han avanzado a la hora de reconocer que Euskadi es una nación y en el blindaje de las competencias y la necesidad de un sistema de garantías diferente para que no sea Madrid el que tenga la última palabra. Pero tiene dos problemas: el derecho a decidir lo ha demonizado y, además, una lectura errónea de lo que es la bilateralidad, contraponiéndola a su federalismo asimétrico.
Otegi les ha preguntado insistentemente en campaña qué piensan hacer cuando Madrid les dé el portazo como a Ibarretxe.
-Yo le preguntaría a él, cuál es su propuesta ante ese escenario. En su programa no hay un modelo claro de autogobierno. No han sido capaces de presentar un texto articulado, no lo tienen. Nosotros sí lo tenemos y pasa por llevar esta cuestión al Parlamento, buscar un consenso amplio, refrendarlo y llevarlo a Madrid.
¿Cree que un gobierno de Sánchez o del PSOE se abriría a un referéndum pactado?
-Va a ser muy difícil. Si ponemos la vista solo en un elemento que además es instrumental [el referéndum] hacemos que los acuerdos sean más complejos. La clave está en hablar del modelo de Estado pues el modelo territorial español no funciona, es inoperante. El Estado de las autonomías se lo han ido cargando entre unos y otros y la crisis le ha dado la puntilla. En ese debate pendiente hay que dar solución a dos grandes problemas: uno, cómo dar encaje a dos naciones que quieren ser naciones y decidir su futuro; y dos, cómo se articula lo que queda de Estado, porque el café para todos ha fracasado.
¿Hay alguna razón que podría variar el doble no del PNV a la investidura de Mariano Rajoy?
-No, no veo nada nuevo que nos obligue a cambiar esa posición.
¿Ni siquiera una futura necesidad de apoyo del PP al PNV en la gobernabilidad?
-Tampoco veo esa necesidad, tendría que darse una confabulación de todos contra el PNV y tampoco con ellos [PP] nos valdría.
¿Cuál va a ser su mensaje a los militantes hoy en el Alderdi Eguna?
-Un mensaje de agradecimiento porque llevamos tres campañas electorales desde el anterior Alderdi Eguna, amén de una crisis política en España tremenda, un final de legislatura vasca bronco y duro, una situación económica dura y, pese a todo, hemos salido vivos de un escenario complicado. Eso es, en gran medida, mérito de nuestra gente. También les voy a decir que esto constata que vamos por el buen camino. Y, por último, me reafirmaré en que el diálogo y el acuerdo es el camino.