Jerusalén - El funeral por el expresidente de Israel Simón Peres celebrado ayer en Jerusalén fue el escenario de nuevos esfuerzos por acercar a los dirigentes israelíes y palestinos, rodeados por la abrumadora concentración de líderes mundiales presentes en las exequias.
Noventa delegaciones de setenta países asistieron al funeral y homenaje póstumo a un defensor incansable del diálogo de paz como lo fue Peres, con el colofón del discurso del presidente de EEUU, Barack Obama, que aprovechó su visita a Jerusalén (la última que hará en calidad de mandatario) para instar a las partes a retomar el camino de la paz.
Poco antes se producía la imagen del día, el apretón de manos -el primero en seis años- entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmud Abás. “Hace mucho tiempo que no nos vemos, mucho tiempo”, le expresó Abás en su saludo a Netanyahu, quien le agradeció haber asistido al funeral, en la primera vez que el dirigente palestino acude a Jerusalén de forma oficial desde 2010. La esposa del primer ministro israelí, Sara, a quien Abás saludó calurosamente, apostilló: “Le esperamos en casa... Estoy esperando”.
En los últimos meses, Netanyahu ha reiterado a Abás su invitación a mantener un encuentro para relanzar el proceso de paz, y en su último discurso en la ONU, la semana pasada, le invitó a hablar en el Parlamento israelí (Knéset). Pero los palestinos insisten en que, antes de retomar las negociaciones de paz, debe cesar la expansión de colonias judías y establecerse un calendario firme para el diálogo.
Iniciativas como la francesa para un proceso diplomático respaldado por la comunidad internacional o la del presidente ruso, Vladímir Putin, para sentar a ambos interlocutores en un encuentro en Moscú han quedado de momento en el aire, sin que se vislumbren en el corto plazo resultados fructíferos.
apoyo internacional La comunidad internacional parece no cejar en su empeño ni desaprovechar la oportunidad para reconducir el proceso en pos de una solución de dos estados. Tanto en los mensajes de pésame expresados por dirigentes mundiales como en el discurso de Obama ayer, han abundado en los llamamientos a rescatar la figura o legado “inacabado” de Peres para impulsar el diálogo de paz, estancado desde hace más de dos años.
Obama rememoró el talante conciliador de Peres y dijo que “incluso frente a ataques terroristas, pese a repetidas decepciones en la mesa de negociación, insistía en que, como seres humanos, los palestinos debían ser vistos como iguales en dignidad a los judíos y, por tanto, debían ser iguales en su derecho a la autodeterminación”. A diferencia de los líderes israelíes que intervinieron en la ceremonia y pasaron por alto la asistencia de Abás, Obama agradeció en su discurso al presidente palestino su participación en el sepelio y dijo que su presencia era “un gesto y testimonio de la inacabada tarea de la paz” que Peres tanto defendió.
reunión de alto rango El portavoz del Ministerio de Exteriores israelí, Emanuel Nahsón, mostró su esperanza de que la confluencia de líderes de todo el mundo ayude a generar algún tipo de proceso. “Tenemos aquí una pequeña reunión de las Naciones Unidas. Puede ser que tengamos discusiones muy importantes o interesantes entre líderes mundiales, ojalá que sirva para que haya conversaciones que sirvan (a la causa) de la paz”, subrayó.
El partido nacionalista palestino Al Fatah, liderado por el presidente, Mahmud Abás, azuzado por las críticas internas y de la calle palestina, justificó su participación en el funeral con el argumento de que se trataba de dar “un mensaje palestino de paz al mundo”.
“Asistir al funeral es parte de las responsabilidades de nuestro presidente. Todo el mundo se siente atraído por el sepelio y su participación ha hecho que (el primer ministro israelí) deje de mostrar a los palestinos como terroristas”, dijo en un comunicado Munir al Yaghoub, veterano líder del partido.
Homenaje multitudinario. Cerca de 50.000 israelíes rindieron homenaje ante al féretro de Simón Peres, cubierto con una bandera nacional y custodiado por una guardia de honor. Unos 90 delegaciones internacionales presentaron sus respetos al exmandatario.