Bogotá - Las FARC comenzaron a entregar explosivos a la misión especial de la ONU tal y como fue acordado en las negociaciones de paz, confirmó ayer el Alto Comisionado para la Paz de Colombia. “Todo esto ya comenzó, eso va a ocurrir, y los responsables de informar, que son la misión política especial de las naciones unidas, lo va a hacer”, dijo Jaramillo en declaraciones a periodistas. El comisionado no dio detalles sobre los explosivos entregados, pero medios locales informaron de que las FARC tenían previsto ceder dinamita, cordón detonante, explosivo anfo y granadas, entre otras.

El pasado lunes el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron un acuerdo de paz que pone fin a más de medio siglo de conflicto armado. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció el pasado lunes que con la firma de la paz se activó la misión política especial de ese organismo para el monitoreo y verificación del cese al fuego y la dejación de armas por parte de la guerrilla. La misión de la ONU, aprobada en enero pasado por el Consejo de Seguridad y respaldada de forma unánime, formará el componente internacional del mecanismo tripartito para supervisar el alto el fuego, en el que participan también representantes del Gobierno y de las FARC.

perdón Las guerrilla, por medio de su número dos, Luciano Marín, alias Iván Márquez, volvió a pedir ayer “perdón infinito” a las víctimas de la masacre de Bojayá, en la que murieron 79 personas el 2 de mayo de 2002 debido a un explosivo lanzado por esa guerrilla colombiana. “Con nuestras almas contritas, pedimos nos perdonen y nos den la esperanza del alivio espiritual permitiéndonos seguir junto a ustedes haciendo el camino que, reconciliados, nos conduzca hacia la (nueva) era”, dijo Márquez en un comunicado leído en la iglesia de Bojayá, localidad del departamento del Chocó, en el oeste de Colombia.

En ese templo murieron 79 personas que se habían refugiado en la iglesia para protegerse de un combate entre guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y paramilitares.

Márquez reconoció que “el perdón es un asunto íntimo de la conciencia humana”, por lo que solo se puede conceder “en su absoluta dimensión salvadora y sanadora”. “Media la sinceridad y el arrepentimiento verdadero, que son dos poderosas razones que nos impulsan para tender nuestras manos de reconciliación al pueblo de Bojayá y hacia todas las personas de estas tierras de esperanza a quienes pudiéramos haber ofendido de palabra, obra o pensamiento”, apostilló el líder guerrillero. - Efe