barcelona - En el Govern catalán no se resignan ante la cada vez más cercana investidura de Mariano Rajoy y la previsible continuidad de la estrategia del inmovilismo frente a la encendida cuestión soberanista. El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, está dispuesto a volver a sentarse a la mesa para dialogar con Madrid independientemente de quién sea el próximo inquilino de La Moncloa, incluso si finalmente lo es el candidato popular. Sin rodeos y sin intermediarios, el jefe del Ejecutivo catalán llamará al nuevo presidente del Gobierno español para felicitarle por su elección y plantearle un nuevo encuentro en el que ambos traten “lo que sucede en Catalunya y lo que se plantea”, anunció ayer la portavoz del Govern, Neus Munté, en una entrevista concedida a Europa Press.

La oferta para retomar el diálogo bilateral certifica, en palabras de Munté, la voluntad de hablar con todo el mundo tras las reuniones del propio Puigdemont no sólo con Rajoy sino también con el resto de líderes de los grandes partidos estatales: Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Iglesias (Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos). La vicepresidenta del PDC justificó este nuevo ofrecimiento a Madrid como un instrumento para evitar “remitirnos a esta etapa en la que hemos sufrido un asedio económico, social y, en muchos aspectos, también democrático que ha sido terrible”, y denunció la paralización de “determinados planteamientos” que presentaron en el improductivo encuentro que mantuvo Puigdemont el pasado mes de abril con el actual presidente del Gobierno español en funciones.

“CONDICIONES ‘LIGHT’” En cualquier caso, que ahora el Govern tienda la mano para retomar el diálogo incluso con Rajoy al frente no se traduce en un apoyo a su posible Ejecutivo, ante el que se muestran muy críticos. Según Munté, las seis condiciones exigidas por Ciudadanos para negociar un eventual apoyo del candidato popular son “de un light tremendo”. “Empezó con un no a Rajoy que se ha convertido en un a Rajoy, porque las condiciones que ha planteado no creo que le hagan temblar precisamente”, subrayó. Para la portavoz del Govern, los requisitos planteados por Rivera devuelven toda la presión al PSOE para que sus diputados se abstengan y permitan así deshacer el bloqueo institucional que vive el Estado. A su juicio, se ha instaurado un “pressing PSOE” -en referencia al término pressing CUP que se acuñó en Catalunya- que no sólo proviene del exterior de Ferraz, sino también de algunas voces de la formación socialista como el expresidente del Gobierno español Felipe González, que declaró que la oferta de la agrupación naranja había sido “el primer acto de responsabilidad política desde las elecciones”. “No sé si estas declaraciones ayudan demasiado a su partido”, comentó Munté.