GASTEIZ - La construcción de Podemos en Euskadi ha estado llena de obstáculos. A la dimisión de su secretario general, Roberto Uriarte, se sumó después el rechazo de varias figuras públicas a tomar parte en su proyecto. La jueza Garbiñe Biurrun y el ex Ararteko Iñigo Lamarka rehusaron embarcarse en la nave. Cuando los plazos apremiaban, irrumpió Pilar Zabala Artano (Tolosa, 1968) para hacerse con el timón. Respaldada por el sector oficial, su victoria en las primarias se daba casi por hecha. Su salto a la arena política, sin embargo, es toda una incógnita. Su virginidad en el ámbito público podría suponer una fortaleza para ella, máxime cuando el partido que representa intenta ser exponente de la denominada nueva política.
Los expertos coinciden en que su elección como candidata de Podemos es un intento por arañar votos en el caladero de EH Bildu. La estrategia busca mantener a los votantes abertzales que se decantaron por la formación morada en las dos citas electorales del Estado. Según Urresti, “van a intentar mantener a esos votantes porque sacarlos de otros lados es más difícil”.
La incógnita que rodea a Zabala rompe drásticamente con el perfil de sus oponentes en la carrera por la Lehendakaritza, quienes son ampliamente conocidos entre la opinión pública. A juicio de Silvestre, “es una candidata todavía en construcción” que, aun estando “cargada de simbología política, ha estado fuera de la política formal y tradicional, lo que le permite un discurso nuevo e innovador”. Pese a que “su imagen se asocia al pasado -en referencia al asesinato de su hermano Joxi por parte de los GAL en 1983- sus palabras y su actitud miran al futuro, sin anclajes”, recuerda la directora del Deustobarómetro. - X.G.