budapest - El presidente húngaro, János Áder, convocó ayer para el 2 de octubre próximo un referéndum sobre el sistema de cuotas la Unión Europea (UE) para reubicar a los refugiados. “¿Quiere que la Unión Europea (UE) disponga, sin el consentimiento del Parlamento (de Hungría) sobre el asentamiento de ciudadanos no húngaros en Hungría?”, será la pregunta en esa consulta, cuya celebración decidió el gobierno del conservador Viktor Orbán, que se opone firmemente al citado reparto por cuotas.
El partido en el poder Fidesz, de Orbán, considera que los húngaros deben decidir con quién conviven y hará campaña para que gane el no en la consulta popular. “Los húngaros serán los primeros en la Unión Europea que podrán expresar su opinión sobre las políticas de Bruselas en el tema de inmigración”, dijo el presidente del gabinete del Jefe de Gobierno, Antal Rogán, tras anunciar la convocatoria. “Hay que decir no a las políticas de Bruselas (en el referéndum)”, insistió Rogán, tras considerar que “no basta fortalecer la defensa de las fronteras”.
Ya en febrero pasado, después de que Budapest anunciara su intención de convocar a la población para que se manifieste sobre la repartición de refugiados por cuotas, la Comisión Europea cuestionó el encaje del referéndum en el proceso decisorio de los Veintiocho. Hungría, junto a otros países centroeuropeos como Eslovaquia, Polonia y la República Checa, se opone decididamente al citado plan de reubicación, elaborado por Bruselas.
refugiados, a la cárcel El Gobierno de Budapest selló el pasado otoño sus fronteras del sur para detener a los refugiados que entraban en el país desde Serbia y Croacia. Desde esa fecha, la legislación húngara penaliza con hasta 5 años de cárcel el cruce ilegal de las fronteras. Además, a partir de ayer las autoridades húngaras aplican una polémica reforma legal que permite trasladar a los refugiados interceptados cerca de las fronteras al otro lado de las vallas fronterizas.
Del otro lado de las vallas, en una estrecha franja de terreno todavía en territorio húngaro, los refugiados tendrán que acceder a las zonas de registro, donde podrán presentar sus solicitudes de asilo, con lo que se hará mucho más difícil la petición.
Hungría comenzó ayer a ejecutar la polémica reforma legal que permite expulsar a refugiados o inmigrantes interceptados cerca de la frontera, una medida que se ha aplicado ya a 600 personas. “Durante la jornada, los agentes han acompañado hasta la frontera a unas 600 personas, que colaboraron con las autoridades, y no hubo incidentes”, informó ayer el capitán general de la Policía húngara, Károly Papp, en relación a la norma que entró en vigor la pasada medianoche.
Según esta ley, las autoridades “acompañarán” hasta el otro lado de las alambradas en las fronteras meridionales del país a todos los refugiados que sean interceptados dentro de una franja de ocho kilómetros, un procedimiento criticado por la ONU y varias ONG.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) criticó ayer que este procedimiento dificultará aún más el proceso de petición de asilo.
Según el ACNUR, el Gobierno conservador húngaro está mandando a los refugiados el mensaje de que no hay posibilidad de entrar en el país, al menos de una forma irregular. El Gobierno asegura que se trata de un sistema más eficaz para “disminuir el número de inmigrantes que permanecen en el país ilegalmente”, tal y como aseguró ayer György Bakondi, consejero de asuntos de seguridad de Gobernación.
Desde otoño de 2015, cuando Hungría selló sus fronteras con Serbia y Croacia, entrar en el país de una forma ilegal se considera un delito penado con hasta cinco años de prisión. En lo que va de año, han entrado en el país centroeuropeo más de 17.000 refugiados o inmigrantes.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, quitó ayer hierro a la convocatoria del referéndum en Hungría y dijo que no espera que éste repercuta en “cambios” a escala global. “Sabíamos de la determinación del Gobierno húngaro de plantear esa consulta. Lo único nuevo es que ahora sabemos la fecha”, indicó la canciller tras conocerse la convocatoria del referéndum húngaro para el 2 de octubre.
La jefa del Ejecutivo alemán añadió que es también “de todos conocida” la posición del Gobierno del primer ministro Viktor Orbán, en alusión a su rechazo a las cuotas para reubicarlos. - Efe