BARCELONA. El expresidente de la Generalitat Artur Mas, la exvicepresidenta Joana Ortega y la exconsellera de Enseñanza Irene Rigau han defendido que la consulta del 9N, por la que están acusados de presunta desobediencia y prevaricación administrativa, no incumplió ninguna ley.
En una entrevista este jueves en Rac1 recogida por Europa Press, Mas ha asegurado que actuaron "respetando las decisiones que tomaba el Tribunal Constitucional", al que ha dicho que pidieron aclaraciones sobre su sentencia, que no recibieron.
Ortega ha considerado que el Gobierno catalán fue valiente y actuó con responsabilidad, y ha incidido en que aunque ellos lo lideraron, "quien lo hizo posible fueron los voluntarios".
Para Rigau, "no hubo ningún incumplimiento de la ley", y el Gobierno central se asustó cuando vio a tantos voluntarios y votantes en una consulta que primero había ridiculizado, en sus palabras.
Mas ha opinado que lo que más miedo da al Estado es una Convergència fuerte, y ha apuntado: "Nos querían arrodillados y nos encontraron de pie".
En ese sentido, ha achacado su encausamiento a "un Estado herido en su orgullo que reacciona de esta manera visceral y quiere, de manera ejemplarizante y para que conste en el futuro, que estas cosas no se tolerarán de ninguna manera".
Ortega ha considerado que no fue un acto criminal sino democrático, y ha lamentado que vayan a ser juzgados cuando "una conspiración en toda regla no ha comportado ninguna responsabilidad política", en referencia a las conversaciones entre el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, y el exdirector de la Oficina Antifrau de Catalunya (Oac), Daniel de Alfonso.
MAS CREE QUE LES PUEDEN HABER GRABADO
Sobre las conversaciones, Rigau ha señalado que lo peor es "el exceso verbal y el tono coloquial, como de chafardeo" en el que ambos cargos mantenían las conversaciones.
Mas ha dicho no haberse sorprendido de la actitud de Fernández Díaz --"ahora hay gente que ha abierto los ojos de cosas que se intuían o sabían", ha apuntado-- pero sí de que un cargo que contaba con la confianza del Parlament como el de De Alfonso se prestara a ello.
"Es gravísimo y de una falta de ética absoluta. Estoy muy dolida porque creo que no hay derecho", ha añadido la exvicepresidente de la Generalitat.
Preguntados por si creen que pueden haber sido espiados, Mas ha dicho que es posible que les hayan "grabado o escuchado permanentemente, porque puede pasar de todo".