gasteiz - Los sondeos a pie de urna ya pronosticaban un importante batacazo electoral para Ciudadanos, que en los comicios del 20 de diciembre logró 40 meritorios escaños en el Congreso de los Diputados y durante la campaña se había reivindicado como partido bisagra de cara a los pactos postelectorales. El cierre de los colegios y el recuento posterior no hicieron sino confirmar ayer la pérdida de influencia de la formación naranja en favor de un Partido Popular al alza.
Ciudadanos sumó 32 escaños en la Cámara Baja, ocho menos que en las últimas elecciones generales, lo cual, sin embargo, no elimina su capacidad para facilitar un gobierno. Mirando ya, eso sí, prácticamente en exclusiva a la derecha, porque la suma con unos socialistas también en retroceso se queda muy lejos de la que trató de formar un ejecutivo en la pasada -y efímera- legislatura. Habrá que ver ahora si Albert Rivera está dispuesto a sumar sus diputados a los de los populares para permitir que Mariano Rajoy vuelva a gobernar. “No habrá estabilidad política si no hay regeneración. El voto a Ciudadanos va a ser útil”, advirtió el presidente de la formación naranja en su primera comparecencia tras conocerse los resultados.
Rivera, como ya hiciese durante la campaña electoral, apeló tanto a populares como a socialistas para sentarse en una mesa a tres que permita la formación de un gobierno, aunque “sin poner los sillones por delante”, otro de los mantras que han acompañado a su discurso. Rivera advirtió, en una clara advertencia al PP, que si esto sucede ejercerá un “control duro” desde la oposición. Insistió, además, en que “la presencia de ningún miembro de esta formación va a ser un impedimento para formar gobierno”.
Los constantes llamamientos del PP durante la campaña a aglutinar el voto de centro-derecha en torno a sus siglas han dado sus frutos y han hecho perder al partido naranja casi 400.000 votos respecto al 20-D, aunque Ciudadanos se mantiene como cuarta fuerza política en el Congreso. Rivera no ocultó su decepción con los resultados, teniendo también en cuenta que el último barómetro del CIS otorgaba a su partido entre 38 y 39 diputados, aunque achacó en gran medida este escenario final a una ley electoral “profundamente injusta”, que en sus palabras hace que haya “españoles de primera y de segunda”, así como a la “polarización” y a la baja participación de la cita de ayer. El presidente de Ciudadanos advirtió de que su “primer objetivo” de la inminente legislatura será reformar esa ley electoral, porque según advirtió “el centro viene a quedarse”.
Como ya sucediese en las elecciones del 20 de diciembre, la formación naranja no obtuvo ningún representante en el Senado.