Londres - Mientras la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, presionará directamente a los estados miembros de la Unión Europea para conseguir su apoyo y asegurar que Escocia puede seguir siendo parte del bloque común, el resto del Reino Unido intentaba asimilar ayer la decisión tomada el jueves en referéndum de abandonar la Unión Europea. Así, una petición gubernamental lleva ya recogidas las firmas de más de dos millones de británicos para reclamar un nuevo referéndum sobre la Unión Europea, por lo cual tendrá que ser debatida en el Parlamento británico en los próximos días, si bien tiene pocas posibilidades de prosperar.

“Los firmantes pedimos al Gobierno que implemente una ley por la que haga falta convocar un segundo referéndum si ninguna de las opciones (permanencia o salida) llega al 60% de los votos con menos de un 75% de participación”, explican en el texto de la petición.

Iniciada por Oliver Healy en Londres, ha atraído principalmente a los ciudadanos de las grandes ciudades, que votaron a favor de la permanencia y no quieren dejar de ser europeos. Especialmente, la población joven de entre 18 y 24 años votaron a favor de la permanencia por un abrumador 75%. Asimismo, lamentaron que no se hubiera rebajado a 16 años la edad mínima para votar en el referéndum como ocurrió con el de Escocia

Además, otros 100.000 londinenses pidieron a su alcalde, el laborista Sadiq Khan, que dé los pasos necesarios para reclamar la “independencia” de Londres y mantener su condición de miembro de la Unión Europea, diferenciándose así de la decisión tomada por el resto de los ingleses.

Mientras, el primer ministro británico, David Cameron, evitó ayer hacer declaraciones al participar en su primer acto oficial después de anunciar el viernes su dimisión, que no tendrá efecto hasta que el Partido Conservador elija a un nuevo líder en su congreso anual el próximo octubre.

Johnson gana adeptos... Por su parte, el exalcalde de Londres y principal figura defensora del Brexit, Boris Johnson, insistió en que el Reino Unido no está “dando la espalda” a Europa con su decisión de votar la salida de la Unión Europea. “La decisión no hará que el Reino Unido sea menos tolerante hacia el exterior y no reduciría las oportunidades para los jóvenes”, dijo el político conservador.

Johnson, que empieza a destacarse entre la terna de favoritos para ser el próximo inquilino del número 10 de Downing Street, tampoco tuvo reparos en ensalzar la figura del todavía primer ministro David Cameron, a quien definió como “uno de los mejores políticos de nuestra época” y recordó que, al final, la pregunta del referéndum “es acerca de las personas, se trata del derecho de la gente de este país a resolver su propio destino, se trata de los principios de nuestra democracia”.

... Y Corbyn pasa apuros En el lado laborista la digestión del Brexit tampoco es fácil, ni mucho menos. De hecho, el líder laborista, Jeremy Corbyn, desestimó un supuesto plan para derrocarlo. En una intervención en televisión, el líder de la oposición británica defendió que la mayoría de los votantes laboristas habían votado seguir en la UE, si bien habían sido los conservadores los que habían optado masivamente por el Brexit.

En una declaración en el centro de Londres, Corbyn apuntó también a la austeridad económica promovida desde filas conservadoras como clave que allanó el camino del Brexit, pues muchos ciudadanos repartidos por la geografía británica se habrían visto profundamente afectados por las medidas y habrían culpado de ello directamente a la inmigración.

“Dos tercios de los votantes laboristas votaron por Remain en respuesta a la llamada de nuestro partido”, dijo Corbyn, quien reconoció que “hay algunas personas en el grupo parlamentario laborista que probablemente querría que otra persona fuese el líder de este partido”.

Además, se mostró “totalmente sorprendido” por una petición en Internet que ha atraído a 140.000 firmas de personas que no quieren que el laborismo se pase los próximos dos meses debatiendo la dirección del partido. Sin embargo, varios diputados laboristas pidieron ayer la dimisión del izquierdista Corbyn, al que acusan de no haber hecho una buena campaña en el referéndum y consideran incapaz de ganar unas elecciones generales.

Dos diputadas, Margaret Hodge y Ann Coffey, plantearon el mismo viernes una moción de confianza al líder, que deberá considerar el presidente del grupo parlamentario del partido, John Cryer, y podría ser debatida mañana lunes. Si acepta la solicitud, el martes podría celebrarse una votación secreta dentro del grupo parlamentario. Según las reglas del partido, si cincuenta diputados nominan a un nuevo candidato, puede convocarse otra convocatoria por el liderazgo. Corbyn, elegido el pasado septiembre con el apoyo arrollador de las bases pero con escaso apoyo entre los diputados, ha recibido el respaldo de los principales sindicatos británicos, entre ellos Unite y Unison, que ayer urgieron al partido a unirse en torno a su líder.

Corbyn instó a los laboristas a “unirse para luchar” contra un Gobierno conservador dividido y a escuchar a una población “castigada por los recortes”. También se comprometió a velar por la protección de “los derechos de los trabajadores, los derechos humanos y el medio ambiente” durante la negociación del Gobierno para salir del bloque comunitario. “Tenemos que aprender a representar mejor a la gente”, dijo el líder laborista a sus correligionarios, tras admitir que el partido no está suficientemente conectado con las preocupaciones de la clase trabajadora, que ha buscado refugio en formaciones populistas como el eurófobo UKIP.