bruselas - La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha alentado y animado a algunos populistas y euroescépticos en otras capitales comunitarias como en Holanda, Francia o Italia, que aprovecharon ayer la victoria del Brexit para pedir ya consultas similares y que hacen temer un efecto contagio.

El júbilo de líderes de la extrema derecha era de esperar tal y como habían advertido en vísperas del referéndum británico los líderes, las instituciones y los analistas, pero la fuerza que han ganado estos partidos en los últimos años y meses en diferentes países junto con la señal que envía el brexit de que la UE no es irreversible, genera “preocupación”, según fuentes comunitarias.

La respuesta de los 27 restantes líderes comunitarios fue un mensaje de unidad, pero también admitiendo en su mayoría que la UE debe reformarse para hacer frente al descontento de algunos ciudadanos y al antieuropeísmo.

En un mensaje de calma, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, negó que el Brexit sea el principio del fin de la UE.

El líder holandés del partido de extrema derecha y antimusulmán PVV, Geert Wilders, fue el primero de los populistas que salió ayer a pedir un referéndum “lo antes posible” sobre la permanencia de Holanda en la UE, que ya tiene su propio nombre nexit. Sin embargo, una encuesta de principios de mes reveló que solo el 38% de los holandeses se muestra favorable a la celebración de una consulta al estilo británico.

aliado de reino unido Holanda, un estrecho aliado del Reino Unido a la hora de luchar por menos burocracia en Bruselas y por que desde la capital belga solo se tomen decisiones que realmente sirvan a los ciudadanos, tiene ya experiencia a la hora de generar un seísmo en la UE por el rechazo de los holandeses en 2005 a la ratificación de la Constitución europea tras el no registrado ya en Francia.

El apoyo a Wilders es hoy tres veces mayor que en las elecciones de 2012, y algunas encuestas recientes aseguraban en marzo que su partido sería la formación más votada en Holanda, que celebra comicios generales en 2017, al igual que Alemania y Francia.

El primer ministro holandés, Mark Rutte, quien se reunió de urgencia con los presidentes de la Comisión, del Consejo y del Parlamento europeos, Juncker, Donald Tusk y Martin Schulz, dijo que no hay “gran interés” en su país por celebrar una consulta así, pero reconoció que la decisión de Reino Unido es un “estímulo” para emprender reformas en la Unión.

La presidenta del ultraderechista francés Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, que puede sorprender en la primera vuelta de las elecciones galas, consideró ayer también que el “sí” de los británicos al Brexit le da “una legitimidad suplementaria para llevar ese debate a Francia” y exigir un referéndum sobre su relación con la Unión.

La formación populista de derechas Alternativa para Alemania (AfD) calificó el resultado del referéndum británico de advertencia para Bruselas y llamó a la UE a abandonar su curso si no quiere que más países opten también por salirse.

En Italia, donde se celebrarán comicios generales en 2018, la victoria del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) en las recientes elecciones municipales, plantea también un panorama inquietante para el primer ministro italiano, Matteo Renzi.

El europarlamentario italiano y líder de la ultraderechista Liga Norte, Matteo Salvini, planteó ayer que Italia debería seguir ese camino.

También Jaroslaw Kaczynski, el líder del gubernamental partido conservador-nacionalista polaco Ley y Justicia, que supone un quebradero de cabeza para Bruselas por las dudas que plantean algunas de sus medidas sobre el Estado de derecho, consideró que la “conclusión clara” que puede extraerse del brexit es la necesidad de “un nuevo tratado europeo” que confiera más soberanía a los Estados miembros.