gasteiz - ¿Cómo ha visto el desarrollo de la campaña?
-Todo el mundo está con la incertidumbre de qué va a pasar. Realmente no hay temas, no se debaten programas, es una campaña sobre la campaña.
La segunda legislatura de Zapatero fue muy fructífera desde el punto de vista del desarrollo del autogobierno. Se transfirieron muchas competencias a cambio del apoyo del PNV. ¿Qué porcentaje se cubrió y qué les queda por traspasar?
-Tenemos una parte del Estatuto incumplida, todo el bloque social o infraestructuras; y otra parte devaluada, las leyes básicas del Estado lo han ido socavando. Luego tenemos aquellos elementos más simbólicos y políticos, en ese aspecto no se le ha sacado todo el jugo al Estatuto, elementos vinculados a los derechos históricos, el reconocimiento de nación, la bilateralidad, las garantías... Todo ello quedaría enmarcado en un nuevo estatus que sería la adecuación del autogobierno al futuro, con todos estos elementos, y principalmente con los más relevantes, el reconocimiento de la nación, la bilateralidad, el pacto y las garantías.
Estaríamos hablando en ese nuevo marco, entonces, más de cuestiones cualitativas que cuantitativas?
-La calidad y la cantidad son dos caras de la misma moneda. El Cupo es una cuestión fundamental, cerrarlo para un nuevo quinquenio sería importante, y es una cuestión de cantidad. El traspaso de las autopistas pendiente, ¿qué es, calidad o cantidad? Es todo. La llegada del tren de alta velocidad soterrado a Vitoria-Gasteiz es una transformación histórica de la ciudad de esas que se producen cada 150 años y lo abordas ya o te quedas con la trinchera. La vida es también el día a día, pero también están los elementos simbólicos, las relaciones exteriores, las selecciones, ahora que estamos con la Eurocopa. Nosotros no escindimos una cosa de otra, no puede existir una realidad sin la otra.
¿Hay material entonces para sentarse a hablar si el PNV tiene que facilitar la configuración de algún gobierno?
-Una sociedad siempre tiene más necesidades, y eso es la agenda vasca, qué recursos necesitas para atenderlas. Las agendas son limitadas, siempre hay elementos de progreso, de mejora y de solución.
¿Puede concretar esos aspectos de la agenda vasca que defiende el PNV en esta campaña?
-Entre esta campaña y la anterior han pasado cinco meses, y nada más, todo se ha congelado, íbamos todos con la urgencia de solucionar los problemas, los partidos estatales con respecto a España y nosotros en Euskadi, y de repente parece que todas esas cuestiones que afectan a la gente han desaparecido porque nos hemos metido en una campaña sobre la campaña. Nuestra agenda está en el programa, los tres grandes ejes sobre los que gestionamos el país desde todas las instituciones y en Madrid son el desarrollo económico y el bienestar, la cohesión social, el autogobierno y la normalización y pacificación. Estos aspectos se pueden desmenuzar en sus factores. Nuestro desarrollo y bienestar depende de decisiones que se toman en Madrid. Qué pasa con Foronda, con un modelo industrial 4.0 que parece que España no tiene y nosotros sí, y que es el hilo conductor de nuestra riqueza. Qué pasa con el bienestar social, que aquí lo tenemos enhebrado, pero hay decisiones del Estado vinculadas a la crisis que han impedido regenerar la plantilla de Osakidetza o las educativas; en el Estado hay un modelo más de ahorro y aquí más de bienestar social. Con todo esto lo que ocurre es que Madrid está parado y no tenemos interlocutor para hablar de todos estos temas, es como una voz que no tiene eco.
Da la sensación de que aunque el Concierto y el Cupo salgan a relucir siempre en campaña, no corren un riesgo real. Esta vez incluso no se cuestiona tanto como otras veces...
-No se habla del Concierto porque simplemente es una campaña autorreferencial, quién va a gobernar con quién, quién le pone líneas rojas a quién... Ahora el Concierto y el Cupo no son especies amenazadas, pero en cuanto pase la campaña la negociación de las comunidades estará encima de la mesa, hace falta un nuevo modelo, y siempre que la financiación del resto de comunidades está encima de la mesa miran para Euskadi y para Navarra. Esos temas van a volver, hay muchos partidos que han tirado la piedra y en campaña han escondido la mano. Cuando pasen las elecciones, si hay gobierno, volverán a tirar la piedra pero no esconderán la mano, y lo tendremos encima de la mesa sin ninguna duda.
¿Alguna sugerencia para la financiación de las demás comunidades?
-El Concierto es la sangre del sistema, la savia de un árbol, es un sistema financiero y económico que data de 1876, como consecuencia de la abolición foral, es un sistema previo a la Constitución, cuyas estructuras se han mantenido sin tiempos muertos ni en Navarra ni en Araba, y está amparado por la propia Constitución. Si les parece tan bueno, que lo extiendan, nosotros no tenemos ningún problema. Lo que se está viendo es que el ingreso hay que acercarlo al gasto o el gasto al ingreso, y por eso nuestro sistema es moderno, actual y eficaz. Aquí no ha habido despilfarros por la conciencia de que lo que se gasta hay que tenerlo en la caja. A nosotros no nos ha ayudado el Estado con el Fondo de Compensación ni los fondos de liquidez. Si nos sale bien, bien; y si nos sale mal, mal. Intentamos que nos salga bien y por eso administramos bien, si hay menos dinero gastamos menos y si hay más, gastamos más.
¿Estarían dispuestos a pactar tanto con PP, como con PSOE o con Unidos Podemos?
-Nosotros no es que estemos dispuestos, es que siempre hemos hablado. No somos como otros, que ponen líneas rojas a los interlocutores; primero hablamos con todos. y somos conscientes de que hay que dialogar y llegar a acuerdos, y normalmente llegamos a acuerdos, y hemos llegado a esos acuerdos con todo el espectro del arco político estatal hasta ahora, y nuestra voluntad es seguir haciéndolo. La gobernabilidad es eso, es dialogar, gestionar, no crear problemas, sino solucionarlos, no existe otra cosa. Tú te relacionas con el otro, y esos otros podrán ir cambiando, pero es una relación estructural.
¿Se cree los vetos e invitaciones a pactar que se están cruzando estos días los cuatro partidos españoles?
-La experiencia anterior no es buena, se empezó así y realmente las palabras ataron. En general, hay que tener cuidado con las palabras porque son como las armas, las carga el diablo, y luego dificultan las relaciones. El factor humano es fundamental en las relaciones políticas, y hay ciertas palabras que tienen garras y colmillos y es mejor no usarlas porque no tienden puentes. Es una táctica peligrosa, la experiencia inmediata es negativa, yo desde mi punto de vista sería muy cuidadoso, y de hecho nosotros lo somos, porque sabemos que ciertas palabras no son inocentes. Nadie tiene la bola de cristal para saber cómo se va a reaccionar, pero desde luego ya hay que hacer un esfuerzo, si se dicen ciertas palabras, para decir que te entendieron mal o donde dije digo digo Diego.
No parece probable que vaya a haber unas terceras elecciones, más que nada porque sería algo que la gente no entendería, pero... ¿cree que la legislatura del 26-J puede durar cuatro años?
-Yo no afirmaría de una forma tajante que no vaya a haber unas nuevas elecciones, una nueva repetición, un desastre, porque los antecedentes no son buenos. En estos cinco meses de aparente legislatura, de campaña encubierta, se decía una cosa pero todos los hechos caminaban en sentido contrario. El comportamiento era que no y las palabras que sí. Ahora se sigue el mismo patrón, dureza, líneas rojas, ataques personales, y a su vez se dice que nos pondremos de acuerdo. Si hubiera gobierno, durará en función de su fortaleza, pero también es cierto que el sistema político está diseñado para que dure. Las casas tienden a no caerse aunque estén medio en ruinas, y es difícil tumbar a un gobierno salvo que convoque elecciones. La alternativa es una moción de censura y para eso hace falta un candidato con mayoría suficiente. Es un sistema diseñado para decir no, pero no para concitar síes; puede estar de acuerdo contra un gobierno débil todo el arco parlamentario, pero cada uno por distintas motivaciones. Hay que coincidir en las motivaciones y eso es muy complicado. Es un sistema constructivo, tiende a mantener al que está.
Parece una descripción de la extinta legislatura sin gobierno.
-Sí, es que son arquitecturas constitucionales conocidas, como la Ley electoral, se elige un modelo en función de lo quieras, y la Constitución Española buscó un modelo de estabilidad de gobierno y la consecuencia es que es difícil tumbarlo, se eligió la fórmula más difícil porque en la Transición se buscaba estabilidad, es una cuestión de ingeniería constitucional.
El PP lleva toda la campaña haciendo guiños a sus votantes, apelando al voto útil y la moderación. ¿Qué les diría para retenerlos?
-Es una campaña que se extiende por todo el Estado, el voto útil, el voto del miedo, pero el voto útil en Euskadi no es a partidos que se olvidan de las promesas y votantes cuando cruzan la muga, tienen que votar a alguien que piense en sus intereses, al final el voto más útil es votar al PNV, porque funciona como la economía, a las realidades generales se va desde lo local, y no al revés, y la mejor opción es votar en clave local, porque luego esa clave local se desenvuelve en lo global. Lo global es la suma de intereses particulares, y si nadie los asume desaparecen, es otra dimensión de lo local, y la campaña de Rajoy pasa por deslocalizar la política.
Por otro lado, las encuestas apuntan a una posible victoria de Unidos Podemos en Euskadi. ¿Cómo va a reaccionar el PNV ante el auge de las fuerzas emergentes, también de cara a las autonómicas?
-Estamos en unas elecciones que polarizan Podemos y PP como si sólo existieran ellos. En las autonómicas aún no conocemos el reflejo de la realidad de Podemos. Normalmente el votante de Araba cuanto más se acercan los procesos electorales a sus ámbitos se apegan más aquí, y por eso en esta campaña hacemos un esfuerzo para hacer entender que lo que se hace en Bruselas no es ajeno a nosotros, tenemos que estar allí como están los flamencos. Nosotros estamos considerando que los mapas electorales cambian en función de los procesos, se apegan más a los territorios.
Álava siempre ha sido pragmática en ese sentido.
-Sí, tiene un cierto zapping de voto y se va adecuando, cuando el proceso es más lejano vota realidades políticas más lejanas. Nosotros insistimos en que todos los procesos nos afectan y hay que tener en cuenta a los partidos que piensan en lo tuyo. A un partido de herencia española Álava no le dice nada porque es una gota en un océano, es un voto perdido.