BARCELONA - Lejos de la onda expansiva generada por la explosiva filtración de las conversaciones del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el director de la Oficina Antifrau de la Generalitat, Daniel de Alfonso, son muchas las teorías que circulan. Desde la autoría de las grabaciones, llevadas a cabo en el despacho de Fernández Díaz poco antes de la consulta independentista del 9-N de 2014, hasta su llegada a un medio de comunicación, las interrogantes rodean un turbio asunto que ha sacudido los cimientos del PP a escasos días del 26-J. Un móvil pinchado, un micrófono o la colocación de algún dispositivo de escucha por sectores policiales enfrentados al ministro son las teorías más plausibles. Interior ya ha ordenado una investigación a la Policía Judicial.

El uso de teléfonos móviles monitorizados que permiten realizar grabaciones a distancia no es algo nuevo en el mundo del espionaje -ya sea político o industrial-, si bien resultaría complejo activarlo en un edificio como el Ministerio del Interior, que debería estar suficientemente equipado para blindarse a ojos u oídos ajenos con sistemas de última generación. El del móvil zombie es la primera razón que De Alfonso dio al poco de saltar la noticia, aunque ayer por la mañana cambió de versión para asegurar que nunca deja su celular fuera de su maleta. Apuntó, de esta forma, a la existencia de un micrófono oculto que pudiera registrar las conversaciones para conspirar contra ERC y CDC.

El director de la Oficina Antifrau, con una carrera de 21 años como juez hasta que recaló en la entidad pública de la Generalitat gobernada en 2011 por Artur Mas, se desligó así de las grabaciones -apelando incluso a la vida de sus hijos-. Es más, abonó la tesis de la existencia de algunos grupos contrarios a Jorge Fernández Díaz, y en los propios Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que pudieron haber urdido, a su juicio, una maniobra para defenestrar al ministro. El excelente sonido de las grabaciones sería el argumento principal.

“Les hemos destrozado el sistema sanitario” (*)

-Daniel de Alfonso (D.A.): Yo, con estos documentos, que esos como no tienen membrete ni nada los podéis haber obtenido? Con esos documentos y sabiendo que se refieren a dos hermanas, en la misma época... ¿Estos podrían salir, no?

-Jorge Fernández Díaz (J.F.D.): Pero yo creo que, si salen, mejor que haya ido primero a la Fiscalía. Lo ideal es: si eso está en el juzgado y sale, nadie va a sospechar que sale de la Policía ni de investigaciones policiales; nadie va a sospechar. Eso sí, los funcionarios de turno, el periodista gacetillero que está siempre por ahí, el amigo del fiscal... Muchas veces, cuando lo publicas, generas una presión mediática que al final haces que cosas que interesan, lo tengan.

-D.A.: Bueno...

-J.F.D.: ¿Sabes lo que te quiero decir?

-D.A.: Puede ser. Podría ser un arma que tuviera para si el presidente decidiera hacer esa llamada para poner las cosas en su sitio; puede ser un arma también: “Oye, que sepáis que tenemos cosas que nos estamos callando”. Yo solo te pido, ministro, que comprendas mi situación en Catalunya. No soy de la Generalitat, la oficina no pertenece a la Generalitat, somos independientes. Les hemos dado en todos los morros con Ramón Bagó, les hemos destrozado el sistema sanitario, les hemos acusado, estamos jorobándoles el CTT (Centre de Telecomunicacions i Tecnologies de la Informació). En fin, yo soy español, lo tengo claro, pero estoy en una situación que tengo que bailar allí.

-J.F.D.: Está claro, está claro. Esto?

-D.A.: Esto, y sabiendo que son dos hermanas y las dos son cuñadas...

-J.F.D.: Es que son dos hermanas, dos cuñadas de Felip Puig, por un lado, y Homs, por el otro. Hombre?

-D.A.: Eso es. Pero yo creo que se hace más pupa, si se quiere meter presión, yo creo que sería más sibilino, yo sería más “calla y dale”? Metamos la presión, pero en un tú a tú; metamos la presión en un tú a tú. Porque en la prensa, ellos van a jugar al contraataque de prensa. Ellos tienen TV3, ellos tienen allí los diarios y lo van a hacer que la gente encima se encabrone más. Yo creo que si eso tiene que salir, que sea una vez que esté bien atado, que esté amarrado. Si eso llega al juzgado, ya no pueden decir que no; eso ya está en un juzgado...

(*) Extracto de la conversación publicado por el diario Público en su edición digital de ayer.