DONOSTIA - El PNV trata de combatir las dificultades propias de unas elecciones generales poco propicias para los partidos de adscripción exclusivamente vasca defendiendo que es el único que pondrá sobre la mesa los intereses de Euskadi en Madrid. En lo que va de campaña ha asegurado que ninguno de los partidos de matriz estatal lo harán porque tarde o temprano se plegarán a las órdenes de la dirección central, y tampoco la izquierda abertzale podría hacerlo, por no tener capacidad de interlocución. Aunque en estos cuatro años de mandato de Mariano Rajoy ha sido muy difícil introducir demandas vascas porque gobernaba con mayoría absoluta, ahora se abriría una nueva ventana de oportunidad porque no habrá mayorías claras tras las elecciones, y el PNV podrá sacar mayor jugo a sus escaños. En ese contexto, el lehendakari presentó ayer al PNV como un dique de contención contra las invasiones de competencias en cuestiones que, además, afectan al bolsillo de los ciudadanos. En concreto, citó como “joyas del autogobierno” la educación, la sanidad, la protección social y la seguridad. Repasó las invasiones competenciales de Rajoy y las tildó de “intolerables”, una muestra del hartazgo del PNV con su mandato y un anticipo de que el presidente en funciones tendría que dar un giro radical a sus planteamientos si quisiera procurarse el apoyo jeltzale.
En un mitin celebrado en Donostia, el lehendakari alertó de que el Gobierno español está poniendo en riesgo la educación a través de la Lomce y de los recursos contra el sistema de becas vascas, los procedimientos de sustitución del profesorado y los horarios lectivos. En materia sanitaria, recordó el copago de los medicamentos o las trabas para la asistencia universal a los inmigrantes. En materia de seguridad, criticó que Madrid recurra las ofertas de empleo para renovar la Er-tzaintza. “Incomprensible. ¡Intolerable!”, clamó en un momento del acto. “El voto al PNV es para ir a Madrid a impedirlo. Para defender el autogobierno vasco”, remachó. En cualquier caso, no se conformó con amarrar lo que ya tiene Euskadi, sino que apuntó la necesidad de ensanchar su autogobierno a través de un nuevo estatus. “Crecer como nación”, resumió. Urkullu volvió a apuntar una de las ideas clave que ha deslizado cada vez que se le ha preguntado por su opinión personal sobre el nuevo estatus de autogobierno, un debate residenciado en el Parlamento Vasco. Propuso actualizar el pase foral para que, cuando una ley española colisione con las competencias vascas, quede congelada su aplicación a la espera de buscar una solución negociada. “Antes de aplicar las leyes en Euskadi, se deben pactar con Euskadi. No a la imposición”, remachó. Pidió la refundación del Estado en clave de plurinacionalidad.
También mencionó la paz y la convivencia para pedir el desarme y desaparición de ETA, un cambio en la política penitenciaria y una reflexión crítica y “compartida” sobre el pasado. Aprovechó ese momento de su intervención para poner en valor su intención de aprobar un decreto para favorecer la reinserción de los presos. “Se basa en una idea muy sencilla: el reconocimiento de que ninguna acción de violencia o vulneración de derechos humanos tuvo un sentido de valor superior a la vida de la víctima”, dijo.
Menos dependencia En el discurso también intervino el presidente de la ejecutiva guipuzcoana del PNV, Joseba Egibar, quien apostó por una menor dependencia del Estado. “Queremos construir nuestro pueblo, por eso la nación vasca necesita tener estructura de Estado, sí o sí, para garantizar nuestro futuro. Necesitamos las mismas estructuras que tienen otros pueblos. ¿Por qué no vamos a tener derecho”, se preguntó. El cabeza de lista al Congreso por Gipuzkoa, Joseba Agirretxea, por su parte, aludió a los vaivenes de Podemos, que un día reclama el derecho a decidir, y al otro apoya la selección española única. “Sin tantos complejos, en el PNV somos abertzales, y punto”, recalcó.