londres - Desde los laboristas a grupos marxistas o los reformistas de Otra Europa es posible, la izquierda británica se muestra dividida entre permanecer en una Unión Europea (UE) que considera elitista y el lexit (left exit) o abandonar el bloque para liberar a la clase trabajadora. A una semana del referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea, ambos bandos intensifican la campaña a sabiendas de que van rezagados y de que la fragmentación y las discrepancias internas han impedido diseminar los argumentos de izquierdas.

El Partido Laborista, primero de la oposición en el Reino Unido, se ha posicionado oficialmente a favor de la permanencia -reflejando la opinión interna mayoritaria del partido y los sindicatos-, pero ha tenido poca presencia en el debate por las reticencias de su líder, Jeremy Corbyn, veterano euroescéptico. El político socialdemócrata, que se ha negado a hacer campaña con el primer ministro conservador, David Cameron, y siempre ha sido muy crítico con el “proyecto neoliberal” europeo, trata a última hora de movilizar a las masas laboristas para que apoyen el sí a la UE en la consulta del 23 de junio. A fin de encubrir sus propias reservas, Corbyn había centrado su mensaje hasta ahora en las ventajas de abordar a nivel trasnacional retos como el cambio climático, eludiendo asuntos políticamente más sensibles y divisorios para el laborismo como la inmigración. Pero, con los sondeos cada vez más favorables al Brexit, ayer intervino en la campaña para acusar a los partidarios de la salida de utilizar a la UE y a los inmigrantes como “chivo expiatorio” por los problemas del país, que atribuyó “a la élite corporativa y a los políticos que están en el Gobierno”.

‘laboristas por la salida’ Los supuestos efectos perjudiciales de la inmigración comunitaria sí centran en cambio el discurso de los Laboristas por la salida, un grupo de diputados y militantes que, desmarcándose de la línea oficial, abogan por dejar la UE. “La inmigración incontrolada perjudica a los más pobres de la sociedad. Aumenta la competencia por los trabajos manuales y reduce los salarios, beneficiando solamente a las grandes multinacionales”, declaró el secretario general, Brendan Chilton, que señalaba que el Partido Laborista había cometido “un error monumental” al asumir “que todo el laborismo apoya la permanencia” en la Unión Europea y “afronta el riesgo de una fuga de votos hacia la derecha populista del UKIP” después del referéndum.

Junto a los laboristas que defienden salir de la UE para “recuperar la identidad y el gobierno directo del país”, el grupo marxista Salida por la izquierda, apoyado por algunos sindicatos minoritarios, impulsa el concepto de lexit, dejar la Unión para liberar a los trabajadores. “La UE es un proyecto imperialista diseñado para satisfacer los intereses de las grandes empresas. Los preceptos capitalistas del libre mercado están consagrados en sus tratados”, argumenta el secretario general, Robert Griffiths.

La UE: “austeridad y Explotación” Recuerda que Bruselas “ha impuesto medidas de austeridad y privatizaciones por toda Europa” y “permite que las multinacionales abusen de la libertad de movimiento explotando a los trabajadores”.

Según dijo, el Reino Unido no perderá derechos laborales si sale de la UE “pues los tiene desde mucho antes de entrar en ella”, y “no hay que hacerse ilusiones de que tiene humanidad hacia la inmigración, solo hay que mirar el trato a los refugiados”. Tanto la izquierda laborista como la radical creen que el Brexit propiciaría en todo caso la implosión del Gobierno tory de Cameron, profundamente dividido, lo que abriría el camino hacia un relevo progresista.