MADRID. Eneko Gogeaskoetxea, que solo ha respondido a las dos únicas preguntas que le ha formulado su abogado y que se ha negado a contestar al fiscal, ha asegurado que en esa época no pertenecía a la banda terrorista ETA.
El fiscal pide para él 26 años de cárcel por los delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa y tenencia de explosivos.
Gogeaskoetxea ya fue condenado recientemente a 92 años de cárcel por intentar matar al Rey Juan Carlos durante la inauguración del Museo Guggenheim de Bilbao, un atentado frustrado que se saldó con la muerte a tiros de un ertzaina el 13 de octubre de 1997 al sorprendidos los terroristas cuando iban a colocar los artefactos explosivos, huyendo el acusado y siendo detenido Kepa Arronategi.
El acusado fue considerado uno de los máximos responsables del aparato militar de ETA cuando se produjo su detención en Cambridge (Reino Unido) en 2011.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el etarra estaba en 1997 integrado en el comando "Katu" de ETA junto a Kepa Arronategi Azurmendi, ya condenado por estos hechos.
El fiscal mantiene que ambos colocaron una bomba trampa de la que solo era visible un conjunto de cócteles molotov en un solar de la calle Antso Estegiz de Durango, con la intención de disuadir a los agentes de la policía autónoma vasca de que siguieran deteniendo a miembros del MLNV (Movimiento de Liberación Nacional Vasco).
Kepa Arronategi, ya condenado por estos hechos, ha declarado como testigo y ha asegurado que el acusado, que es primo suyo, no participó con él en la colocación de la bomba trampa y que la confeccionaron para que no explotara sino para que fuera un "aviso a la Ertzaintza de que si seguía con su actitud represiva tendría consecuencias".
Arronategi ha justificado que implicara a Gogeaskoetxea en las declaraciones que prestó tras ser detenido por las torturas, malos tratos y chantaje que dice que recibió de la Ertzaintza, lo que han negado agentes de este cuerpo que han testificado hoy.
Uno de los ertzainas que ha declarado en la vista ha dicho que además de la declaración de Arronategi encontraron más pruebas de la participación de Gogeaskoetxea en ésta y otras acciones del comando, como huellas suyas en componentes usados en las mismas encontrados en el caserío donde ambos vivían.
Kepa Arronategi ha asegurado que su primo no convivía con él en el caserío sino que habría ido alguna vez y que por eso podía haber algún efecto suyo como ropa.
Según el fiscal el acusado pretendía alcanzar de lleno mortalmente a algún miembro que acudiera al lugar a desactivar el artefacto una vez que avisaran de su colocación.
Añade que no llegó a explosionar por la accidental rotura de la cartulina que impedía que se cerrara el circuito eléctrico y finalmente la Ertzaintza logró su neutralización.
El juicio seguirá mañana en la Audiencia Nacional, que tiene previsto dejarlo ya visto para sentencia.