gasteiz - “Bastante antes”. El secretario general de Sortu, Arnaldo Otegi, dio la razón ayer a quienes piensan que la izquierda abertzale ha tardado en incorporarse a las vías democráticas, aunque evitó pronunciarse sobre cuándo tenía que haberse dado este giro que culminó entre 2009 y 2011. “En la cárcel he tenido la oportunidad de hablar con miembros de la organización ETA y creo que es una sensación bastante extendida que tenía que concluir antes”, dijo Otegi en Euskadi Irratia, donde se refirió a “bastantes militantes. Unos ponen la fecha antes y otros, más tarde. Loiola y algunos antes, como en Lizarra. A otros he escuchado hablar de cuando el Estado español se incorporó a la UE”.

El secretario general de Sortu rechazó, eso sí, opinar sobre cuál tenía que haber sido, según su criterio, la fecha del punto final de la estrategia político-violenta: “El tema es muy delicado, porque si pones una fecha, es como si dices que lo anterior estaba bien, lo posterior no... Lo más importante es que cuando se dice que la izquierda abertzale ha girado solo tácticamente no es verdad. Lo que he percibido en la cárcel es que ha habido principios éticos sobre la mesa y que los militantes también son muy autocríticos”.

Aun así, Otegi sí mostró sus reservas, porque “los que hemos hecho esta apuesta aún no hemos demostrado que por esta vía se puedan lograr los objetivos. El PNV no lo ha hecho en 100 años”.

Cuestionado por la disidencia que supone ATA dentro de la izquierda abertzale, Otegi señaló que se trata de un movimiento “muy pequeño” y lo vinculó con una “realidad virtual” propia de las redes sociales que no supo definir “hasta qué punto no ponen sobre la mesa una realidad virtual. Además tienen mucho de cobardía”. “Me sorprende cuánto comunista hay en este pueblo”, ironizó Otegi: “De verdad, no veo esto por la calle, pero en las redes sociales parece que todo el mundo añora la URSS”. Otegi no vio mayor peligro de la disidencia al ser preguntado por una posible vuelta a las armas.

También se refirió a su papel en la política tras salir de prisión y las expectativas generadas: “No creo que tenga ninguna receta mágica para nadie, pero si la gente confía, voy a responder, pero creo que se pone demasiada responsabilidad sobre mí”. Otegi reconoció que le toca liderar cuando preferiría “aportar en términos estratégicos, sin estar tan en el día a día”.

Por otra parte, vio “con total naturalidad” la próxima pugna con el lehendakari, Iñigo Urkullu, si él es nombrado candidato de EH Bildu. “No es una lucha personal, sino de proyectos políticos”, dijo para pedir, en uno de sus contados ataques al jefe del Ejecutivo, impulsar el independentismo: “Si este país va al ritmo que marca la actual dirección del PNV, pierde el pulso. Con Ibarretxe este país iba en bicicleta, y con Urkullu también va en bicicleta, pero en bicicleta estática. No nos movemos, y porque no hay marcha atrás, porque si no, iríamos marcha atrás”.