madrid - La detención y posterior ingreso en prisión sin fianza del presidente de Ausbanc, Luis Pineda, y del secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, ha sacado a la luz una elaborada trama de extorsión en la que el primero pedía importantes sumas de dinero a personas o entidades bajo la amenaza de que el sindicato ultraderechista iniciara acciones judiciales en su contra. Un modus operandi que se remonta al menos diez años atrás y que afecta a casos tan mediáticos como el del Instituto Nóos, actualmente en curso en los juzgados de Palma y en el que se sientan en el banquillo la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin.

Después de que el pasado lunes el abogado y el procurador que han representado a Manos Limpias en el caso de los ERE de Andalucía anunciaran su renuncia -la juez de instrucción número 6 de Sevilla dará un plazo de cinco días al sindicato para que designe a sus sustitutos-, la letrada que ejerce la acusación popular en el caso Nóos, Virginia López Negrete, se desmarcó del escándalo y aseguró que seguirá adelante con la causa. “Yo no tengo absolutamente nada que ver en toda esta maniobra, lo que se haya realizado ha sido complemente ajeno a mí”, afirmó ayer a su llegada a una nueva sesión del juicio.

“Si yo renuncio, este procedimiento se suspendería, habría que nombrar un nuevo letrado y darle un mínimo de dos o tres meses de tiempo para que se instruyera en una causa tan compleja, con el perjuicio económico para las arcas del Estado de todo ello y a todos los imputados en esta causa”, explicó a los medios. Por ello, la abogada concluyó que “mi decencia profesional me hace estar aquí hoy y lo que tengo que hacer es seguir con el encargo y el mandato de mi cliente”.

Además de los cuatro chantajes para retirar acusaciones de Manos Limpias que aparecen en el auto del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz con el que decretó la prisión incondicional, ayer trascendió otro que se remonta a 2006. Fue el presidente de Credit Services, Javier López, quien desveló que el presidente de Ausbanc (Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios) le pidió 300.000 euros al año “de por vida” bajo la amenaza de hacer una campaña de desprestigio contra su empresa si no los abonaba. López recordó que denunció estos hechos, pero la querella criminal fue archivada. Para más inri, Pineda le denunció por llamarle extorsionador en distintos medios y el Tribunal Supremo condenó al empresario a pagarle una indemnización. “La justicia no me hizo ni caso”, lamentó ayer en declaraciones a Onda Cero, “los jueces no creían lo que explicaba”.

Cuentas bloqueadas Mientras, el juez Pedraz ha bloqueado las cuentas bancarias de Manos Limpias y Ausbanc en respuesta a una petición de la Fiscalía. Esta paralización se extiende a todas las cuentas que estén a nombre de Miguel Bernad y Luis Pineda después de que haya trascendido que Ausbanc transfirió en los últimos cinco años 7.184.051 euros a empresas vinculadas a la asociación, algunas de ellas en Colombia, Venezuela, EEUU, México y el Reino Unido, y que no tenían una actividad real.

El presidente de Adicae (Asociación de Consumidores y Usuarios de Bancos, Cajas, Productos Financieros y de Seguros), Manuel Pardos, dijo ayer que las presuntas extorsiones de Ausbanc se conocían desde hace tiempo. Se preguntó por qué el Gobierno no tomó cartas en el asunto y le acusó de haber “alimentado la criminalidad del grupo”. Según el juez, los investigados -14 personas en total- formaban parte de una organización criminal dirigida por Pineda, quien usaba la “cobertura” de presidir una asociación en defensa de los consumidores frente a los bancos cuando en realidad coaccionaba a las entidades.