madrid - Pedro Sánchez insiste en convertirse en el próximo presidente español con apoyos a derecha e izquierda, con Ciudadanos y Podemos, aunque nadie salvo él mismo lo ve factible. Su apuesta sigue siendo firme cuando quedan diez días para que el rey arranque una nueva ronda de contactos y proclame a un candidato si ve que alguien tiene opciones. Tal firmeza en el momento de la cuenta atrás aleja la posibilidad de un viraje de última hora. El socialista avisó ayer de que quiere ir a la reunión con el monarca con 199 escaños bajo el brazo, es decir, con el aval de Ciudadanos y Podemos, más los escaños del PSOE. Según recalcó, los 161 escaños de la vía exclusivamente de izquierdas, conformada por PSOE, Podemos e IU, no resultan suficientes para sortear la investidura. Sánchez se lo juega todo a cargar la culpa del fracaso del gobierno del cambio en los hombros de Podemos, en la confianza de que la presión surta efecto y el partido morado termine absteniéndose para facilitar su investidura. No va a realizar ninguna oferta de última hora. Lo dejó claro ayer y se conforma con que “se abstenga”.
En una entrevista en Telecinco, avisó a Pablo Iglesias de que ha llegado el momento de apostar por el cambio o darle “una segunda oportunidad” a Rajoy. Aclaró que no va a haber “ofertas y contraofertas”, y redujo el debate a que simplemente le toca decidir si quiere apostar por un gobierno de cambio o ir a elecciones el 26 de junio. Convocar elecciones otra vez supondría “darle una prórroga, una segunda oportunidad” a Mariano Rajoy. Por eso, pidió a Iglesias que, “si no quiere estar en el cambio como protagonista, al menos lo permita”. En definitiva, que se abstenga.
En realidad, no hay demasiado margen para que Podemos facilite la investidura. Va a celebrar una consulta entre su militancia para decidir el sentido de voto ante el pacto PSOE-C’s, pero sería una verdadera sorpresa que las bases contradijeran al partido. El resultado se conocerá el lunes. Es más, lo más probable es que Pablo Iglesias utilice el rechazo de las bases a ese acuerdo para redoblar su presión sobre Sánchez y que explore una vía exclusivamente de izquierdas. A modo de calentamiento, ayer ya puso a Sánchez entre la espada y la pared al avisar de que, o impulsa un pacto de izquierdas, o habrá elecciones el 26 de junio. “Llegados a este punto, hay que hablar a la gente con honestidad y decirle la verdad. Si Pedro Sánchez no quiere explorar esa vía, iremos a elecciones y saldremos con la disponibilidad de ganarlas”, dijo. En algunos ámbitos han alimentado la expectativa de que Sánchez intente un gobierno de izquierdas en el último segundo, aunque parece cada vez más lejano, entre otras cuestiones porque tendría que atar en tiempo récord el apoyo del PNV y las abstenciones de los catalanes. La izquierda suma 161 escaños, pero PP y Ciudadanos, que rompería su acuerdo con el PSOE, suman 163.
primarias Sánchez se juega su futuro en la investidura. No está claro si llegará a celebrarse, porque solo tendrá lugar si el rey ve un candidato claro y con opciones. La sesión arrancaría el día 29 de este mes. Si hubiera elecciones, el socialismo obtuviera unos resultados discretos y no lograra formar gobierno, Sánchez acudiría en una situación muy precaria a las primarias del PSOE para elegir al secretario general, una cita para la que aún no hay fecha. El socialista no descartó ayer que pueda haber rivales (no quiso concretar nada sobre la baronesa andaluza Susana Díaz), pero lo consideró una de las riquezas del socialismo.- M.Vázquez