EL pasado domingo, un terremoto de enorme intensidad sacudió todos los estamentos de la sociedad a nivel mundial, y sus efectos se están dejando sentir desde entonces en sucesivas oleadas diarias, como un tsunami en bucle. Desde la dimisión del primer ministro de Islandia por las mayores protestas ciudadanas en la historia del país hasta la cancelación de parte de la promoción de la última película de Almodóvar, la salida a la luz de los papeles de Panamá no ha dejado títere con cabeza y salpica a la monarquía española y de Arabia Saudí, al premio Nobel Mario Vargas Llosa, personalidades de la cultura, astros del deporte, famosos de la prensa del corazón, empresarios, entidades bancarias y mandatarios internacionales o sus más directos allegados.

La mayor filtración periodística de la historia, muy por encima de WikiLeaks, incluye 11,5 millones de documentos de casi cuatro décadas de actividad del bufete panameño Mossack Fonseca, especializado en la gestión de capitales, con información de 214.000 empresas offshore creadas en más de 200 países y territorios para que políticos, celebridades y personajes reconocidos gestionaran su patrimonio. Las sociedades offshore no llevan a cabo ninguna actividad en el paraíso fiscal en el que se asientan sino que aprovechan las ventajas impositivas y el secretismo de dicho refugio. Tres de cada cuatro entidades que aparecen en los documentos desvelados están registradas en las Islas Vírgenes Británicas o Panamá.

Nacido en 1977, el Grupo Mossack Fonseca tiene oficinas en todos los continentes y se especializa en gestión patrimonial, fiscal, estructuras internacionales y derecho comercial. Una de las sociedades de este despacho estuvo implicada en el caso del ático del expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. También aparece vinculado con al menos seis de las empresas investigadas en el marco de la trama Gürtel. Los medios encargados de difundir las revelaciones de esta semana cifraban en al menos 1.200 sociedades, 558 accionistas, 166 clientes intermediarios y 89 beneficiarios las referencias con dirección postal en el Estado español. La cifra puede ser mayor si se han utilizado direcciones en el extranjero.

Pilar de Borbón, hermana del rey Juan Carlos, el director de cine Pedro Almodóvar y su hermano, Oleguer Pujol, el expiloto de motociclismo Alex Crivillé, dos bisnietos de Franco o el actor Imanol Arias son algunos de los españoles cuyo nombre ha trascendido en relación con los papeles de Panamá. La Audiencia Nacional y el Ministerio de Hacienda anunciaron de inmediato que investigarán a las personas que aparecen en los documentos para determinar la presunta comisión de delitos fiscales y de blanqueo de capitales. “Los papeles de Panamá son relevantes y se investigará a quien sea”, dijo el ministro Cristóbal Montoro. Después aseveró, no obstante, que “buena parte” de las personas y sociedades afectadas ya han regularizado su situación fiscal en España y disuelto las sociedades, en gran medida merced a la amnistía fiscal llevada a cabo por el Gobierno del PP en 2012. La misma permitió regularizar el dinero negro pagando un 10% de lo defraudado, y las ganancias anteriores a 2008 se consideraron prescritas. Montoro admitió, eso sí, las “dudas éticas” que despiertan este tipo de comportamientos.

El miércoles, la Fiscalía de la Audiencia Nacional pidió a la Policía (UDEF), Sepblac (Ministerio de Economía) y Agencia Tributaria informes sobre los ciudadanos españoles que aparecen en los papeles. Se dirigió a su vez a los medios que los están difundiendo en España, El Confidencial y La Sexta, para que faciliten la documentación en su poder, y acordó con los mismos salvaguardar en todo momento la fuente por la que fue obtenida.

Atención “injusta” En el ámbito internacional, la mayor consecuencia de este escándalo ha sido la dimisión del primer ministro islandés, Sigmundur David Gunnlaugsson, que apareció junto a su esposa vinculado a una empresa en las Islas Vírgenes Británicas. Esta renuncia, que aboca al país a elecciones inmediatas, se produjo después de que más de 10.000 personas se manifestaran el lunes reclamando la salida de Gunnlaugsson. Este pidió al día siguiente la disolución del Parlamento, y desde entonces ejerce como primer ministro el hasta ahora ministro de Agricultura.

Respecto a las autoridades de Panamá, que salió en 2011 de la lista de paraísos fiscales de España y que acoge la sede central de la entidad objeto de escrutinio, Mossack Fonseca, adelantaron que colaborarán con la Justicia y la Agencia Tributaria en la investigación de las sociedades opacas con titulares españoles abiertas en su territorio. Eso sí, el presidente Juan Carlos Varela consideró “injusto” que la atención se centre en el país centroamericano cuando en los papeles se mencionan 21 países y jurisdicciones, y negó que Panamá sea un paraíso fiscal.

La reacción ha sido especialmente intensa en la Unión Europea (UE), cuyos ministros de Economía y Finanzas abordarán este asunto en el encuentro informal del Ecofin que mantendrán el día 22 en Amsterdam. Asimismo, la Comisión Europea pretende elaborar en los próximos seis meses una lista europea conjunta de paraísos fiscales, basada en criterios comunes acordados entre los Estados miembros.

Tampoco la campaña de los candidatos a las elecciones presidenciales de EE.UU. ha sido inmune a esta controversia, y el aspirante demócrata Bernie Sanders afirmó en un mitin en Filadelfia (Pensilvania) que su rival Hillary Clinton no está “cualificada” para ser presidenta porque “apoyó el acuerdo de libre comercio con Panamá que, como todos sabéis, ha permitido a las grandes corporaciones y a los ricos de todo el mundo evitar el pago de sus impuestos a sus respectivos países”.