MADRID - La sesión del Congreso de los Diputados de ayer siguió ahondado la brecha abierta entre Ciudadanos y Podemos a las puertas del encuentro que a partir de las 16.30 horas de hoy mantendrán a tres bandas con el PSOE. En lugar de desbrozar el espinoso camino de las negociaciones para facilitar la gobernabilidad se enzarzaron con duros reproches desde el estrado de los oradores. Ninguno de los dos quiere asir la bandera blanca antes de la cita con los socialistas. Acusaciones de enchufismo y censuras a las fuentes de financiación venezolanas de la formación morada se entrelazaron con dardos sobre la poca predisponibilidad en alcanzar acuerdos en la pugna dialéctica entre los dos primeros espadas de los dos partidos, Pablo Iglesias y Albert Rivera. La ruptura es total a escasas horas de sentarse en una misma mesa.

Rivera e Iglesias protagonizaron uno de las disputas verbales más destacadas de la mañana en un Pleno cuyo punto estrella analizaba la crisis de los refugiados. Lo hicieron, censurándose mutuamente por “las lecciones de enchufismo” que dan en las instituciones que dirigen. “Ha hecho usted un ejercicio de cuñadismo ideológico -en favor del PP-, que lo mismo sirve para vender preferentes -Albert Rivera trabajó en un banco- que para intervenir en una tribuna. Muletillas, lugares comunes, perogrullos y tópicos rancios”, le espetó sin ambages el secretario general de Podemos. La respuesta del máximo mandatario del partido naranja, que ha dado un giro copernicano a su estrategia negociadora elevando el listón de reclamaciones, tampoco se quedó corta. “A lo mejor el cuñadismo es colocar a los amigos, los familiares y las novias en los sitios”, le reprochó, haciendo referencia a algunos casos de fichajes de allegados en las instituciones bajo gobierno de Podemos.

El intercambio de golpes no bajó de tono. Especialmente tenso fue al hilo de las declaraciones de las últimas semanas por los refugiados sirios o el derecho santiario universal, con el acuerdo UE-Turquía como telón de fondo. Las noticias sobre una presunta financiación ilegal de Podemos también salieron a relucir. En plena refriega, Rivera se llegó a cuestionar si el concepto de derechos humanos de Iglesias y sus compañeros, “el de Venezuela e Irán”, era el mismo que el suyo “de las universidades publicas y concertadas de España”. El partido asambleario, por boca de su número dos, Iñigo Errejón, emplazó al presidente de Ciudadanos a ser “valiente” para llevar el asunto a los tribunales si observa cualquier irregularidad. Hastiado por tener que dar explicaciones nuevamente, puntualizó que no pondrán objeción a ofrecer explicaciones si “requiere una cuarta aclaración”.

En lo único que coincidieron Podemos y Ciudadanos fue en lanzar críticas al Ejecutivo en funciones de Mariano Rajoy por seguir siendo esquivo al control parlamentario y en reclamar con tímidos llamamientos un acercamiento al PSOE, a pesar de que sus posiciones de salida para facilitar un Ejecutivo con Pedro Sánchez a la cabeza están alejadas. Con exigencias cruzadas, preferencias por incorporar nuevos socios y una aritmética parlamentaria en la que no coinciden, la guerra dialéctica abierta entre ambos tampoco ayuda. La reunión de hoy parece más abocada al fracaso que nunca.