Madrid - El testigo clave que identificó al miembro de ETA Jorge Olaiz esperando en la calle para matar a un edil de UPN en Iruñea se negó ayer a testificar en el juicio sin ocultar su cara con peluca y gafas de sol, por miedo a que atenten contra su vida o la de su familia. La acusación contra Olaiz se basa en la declaración de este testigo, que evitó el atentado porque el día del intento de asesinato, al ver al acusado y a otro miembro de ETA cerca de la casa del edil Miguel Ángel Ruiz Langarica en actitud sospechosa, alertó a una patrulla de la Policía.

El testigo acudió a la vista con gafas de sol, barba y peluca postizas, ante lo que la abogada de Olaiz protestó recordando que su defendido tiene derecho a verle. La presidenta del tribunal le instó a quitarse esos elementos, pero el hombre se negó. “Me expongo a que me puedan meter dos tiros por la espalda, que era lo que pretendía esta gente”, afirmó.

Olaiz, que fue puesto en libertad en 2014 tras cumplir casi trece años en prisión, volvió a ser detenido el pasado año y se enfrenta a 15 años de cárcel por estos hechos tras ser reconocido por el testigo como la persona que logró huir del lugar en el que él e Iñaki Beaumont, ya condenado por estos hechos, iban a cometer el atentado.

Sin embargo, Olaiz aseguró ayer ante el tribunal que no conocía al edil ni tenía “referencias de él” y que tampoco sabía que fuera el dueño de una empresa vinculada con la que él trabajaba.

El acusado explicó que el día en que supuestamente trató de matar a Ruiz Langarica él se encontraba desayunando en el casco histórico de Iruñea y poco después conoció la noticia de que habían detenido su amigo Beaumont, por lo que fue a casa de la madre de éste para confirmar el arresto. Negó, además, haber integrado el comando Amaiur con Beaumont, del que ha dicho que desconocía que fuera miembro de ETA.

Pese a ello, admitió, sin embargo, que se sintió agobiado por la detención de Beumont, se ocultó en varios domicilios de Iruñea y posteriormente se fue a Francia. - Efe