Bilbao- Echado a andar el nuevo equipo directivo vasco que encarará la cita con las urnas de otoño en una posición de privilegio, los quebraderos de cabeza son mayores en el Estado para Podemos. Del mismo modo que recientemente lo han hecho otras voces de su partido en Euskadi, el secretario de Organización, Lander Martínez, apremia a que la organización vasca tenga mayor autonomía en el conglomerado territorial que sustenta la formación morada.

La actualidad manda. ¿Cómo ve las negociaciones PSOE-Podemos para conformar un gobierno en España?

-Comparto lo que dijo Nagua Alba hace poco: sería un fracaso no conseguir un gobierno progresista y repetir elecciones. Pero a medida que va pasando el tiempo y se acortan los plazos, se suele ser ingeniosos y encontrar fórmulas de acuerdos. Es un camino recién comenzado, de deshielo, y hay posibilidades de sacar algo en común. Falta tiempo.

¿Ve posible que Ciudadanos se pliegue a realizar cesiones, tal y como lo ha hecho Podemos?

-Entiendo su postura, porque al fin y al cabo ellos no quieren renunciar a su pacto con el PSOE. Pero tiene muchas medidas con las que no estamos de acuerdo. Es más, se ha demostrado que ese acuerdo no lleva a ningún lado. Ejemplo son los dos noes consecutivos a la investidura. Si realmente tienen voluntad de que haya gobierno en el Estado español, deberán de ablandar su posición, tanto como el PSOE o como hemos cedido nosotros. Y quizás nosotros tengamos que ceder más, pero cuando hay posturas diferenciadas que requieren de un punto común, hay que ceder.

¿Habrá repetición de elecciones?

-Espero que no las haya aunque, si eso significa que se forma un gobierno de gran coalición, tampoco me gusta esa opción. Creo que sí hay posibilidades de que se forme un gobierno de progreso, o a la valenciana. Veo posibilidades reales, falta tiempo y sentarse en una mesa.

Deberían echar mano de una abstención de los partidos nacionalistas para ello. ¿No cree que será mucho pedir?

-Hay que trabajar para conseguir cierta cercanía con esas formaciones, aunque ya están más cerca de la postura del derecho a decidir que mantiene Podemos, que no tienen ni PSOE ni Ciudadanos.

Ha habido ciertas divergencias organizativas en el seno de Podemos. ¿La elección de Pablo Echenique cerrará esas disputas abiertas?

-Estuve en la reunión de los secretarios generales autonómicos y de organización y el propio secretario general, y fue una reunión cordial en la que se compartieron visiones diferentes de manera positiva. A veces se toman decisiones que no son fáciles, y tampoco comparto las formas en las que se cesó a Sergio Pascual. Causa revuelo que diferentes opiniones surjan, y es porque quizás nos falta cultura de partido a la hora de trasladar nuestras decisiones, problemas o discrepancias. Pero sabemos tratar las discrepancias de manera muy natural.

¿Qué opina de Pablo Echenique?

-Es una persona de consenso, que tiene un gran trabajo por delante. Espero que algunos temas que Pascual ya nos expresó, caso de los procesos de descentralización en la organización, sea el camino que elija y que le dé a Euskadi el peso que en estos momentos se merece. Euskadi debe tener el peso que merece.

Desde Euskadi apuestan por un aparato más federalizado...

-Siempre hemos tenido ese planteamiento. No me atrevería a decir cuál es el mejor modelo, pero la apuesta por uno de corte federal es muy interesante. En todo caso se tiene que dar un debate a nivel de toda la organización, aunque creo que Echenique va a dar pasos en ese aspecto. Apostamos por la descentralización y que Euskadi tenga un peso propio como organización con autonomía en sus decisiones político-organizativas. En realidad ya las tiene, pero estamos sujetos a un modelo a nivel estatal.

¿Es necesario hacer una nueva asamblea al estilo Vistalegre? Iñigo Errejón lo dejó caer...

-Pienso en Euskadi y creo que lo último que nos haría falta es una asamblea ciudadana antes de octubre. Entiendo que debe haber algún momento, y no tiene porque ser tres años después de Vistalegre, en el que nos replanteemos cuál es la política estratégica y organizativa. Siempre está bien que lo hagamos si encontramos el momento.

También tienen trabajo en casa. Han arrancado con sus presentaciones a los partidos. ¿Habrá más reuniones que con el PNV?

-Hay que tratar los temas con todo el mundo y lo más adecuado es mantener una toma de contacto con todos los agentes políticos. Aunque todavía no están fechadas, tenemos intención de continuar en breve reuniéndonos con EH Bildu, PSE y PP. No tenemos intención de excluir a nadie.

¿Cómo valoran esa reunión con el PNV?

-Fue cordial, de buen tono. Se reflejaron diferencias. Pusimos algunos temas sociales sobre la mesa, como Arcelor, aunque esas conversaciones incluso derivaron en asuntos más profundos como puede ser el modelo de las ayudas sociales. Contrastamos diferencias, pero también que somos capaces de sentarnos en una mesa a hablar sobre las cuestiones que atañen al país. Desde la discrepancia, fue positivo.

Repiten que pueden llegar a acuerdos con cualquiera. ¿No cree que eso es sumamente complejo?

-Creemos que se puede llegar a acuerdos con todas las fuerzas. Con el PP lo vemos muy complicado, y con PNV en ciertas cuestiones, también. Pero con PSE y EH Bildu tenemos cercanía en política socioeconómica y que siempre va a haber una puerta abierta al diálogo para llegar a acuerdos puntuales en cuanto a resolver la emergencia social que sufre Euskadi.

¿EH Bildu ha pasado de un rival batido electoralmente en diciembre a un posible aliado en octubre?

-A EH Bildu nunca le hemos visto como un enemigo político. Nuestro objetivo no ha sido batir a EH Bildu, porque es cierto de que de cara a hacer políticas progresistas es un agente con el que se puede contar, a pesar de que en otras cuestiones, como pacificación y normalización, tenemos diferencias. Con EH Bildu y PSE tenemos cercanía en lo socioeconómico y, si es posible llegar a acuerdos buenos para Euskadi, desde luego que los haremos.

Hay sectores políticos que señalan que su Aberri Eguna fue ‘postureo’ para marcar perfil vasquista.

-No expresamos ninguna postura política que no hayamos expresado ya. En ningún momento dijimos nada nuevo; lo nuevo ha sido entender que había una celebración en Euskadi que podía darse en un ambiente de mayor inclusividad con esas reclamaciones políticas. Y que era un día idóneo para hacerlo.

El derecho a decidir es una de sus enseñas, aunque tampoco está claro cómo aplicarán...

-La democratización de las instituciones, una reclamación histórica de Podemos, pasa por avanzar en la democracia participativa, dar capacidad a la gente de poder decidir qué tipo de modelo económico quiere para su ciudad, comunidad autónoma o país. O qué modelo social quiere. Eso también pasa por reforzar el poder municipal, que es más cercano a la ciudadanía. Esas vías dan capacidad a ciudadanía. En el derecho a decidir se contemplan muchos ámbitos, todos aquellos que nos afectan en nuestra vida.

Entrará en su programa pero, ¿qué forma le darán?

-Debemos desarrollar una ponencia política más profunda. Dimos unas pinceladas en la ponencia aprobada con nuestra elección como dirección, pero nos gusta hacer las cosas de manera más amplia en la organización. Hay que hacer un desarrollo más largo y programático también, porque al fin y al cabo un programa electoral lo tienes que orientar a tu papel en las instituciones. Un modelo escocés o canadiense sería lo ideal para ejecutar el derecho a decidir.

Bilateralidad, por lo tanto...

-Hay que mantener la bilateralidad; de hecho rechazamos la unilateralidad. Hemos visto cuál es el resultado, como puede ser Cataluña. Cuando hay frustraciones políticas, las reclamaciones descienden, o digamos que las élites son al final las que se hacen con el poder. Bilateralidad, sí, pero por lo que ello conlleva también hay que avanzar en la democratización del Estado español, sobre todo en la comprensión del problema territorial. Ya hay avances, porque ya hay una porción mucho más alta en el Congreso que contempla el derecho a decidir. Es un mensaje lanzado ya en el Estado, y mucho más entendido.

“Un líder que fue y es capaz de aglutinar a miles de personas en un proyecto e incluso hacernos vibrar con cada intervención. Con sus errores y aciertos, como todas las personas, nadie duda de que es el secretario general”.

“Para mí es una de las mentes más brillantes que hay en los últimos tiempos en la política. Es una persona con gran capacidad de análisis y saber estar, y con muchísima lealtad hacia el proyecto que es Podemos”.

“Pese a las dificultades que tuvimos no dudó en venir a Euskadi y apoyarnos en campaña. Muy considerado con nuestro territorio siempre”.

“Tiene la capacidad de analizar las diferentes y complejas piezas que siempre suele haber en el mundo político vasco. Y, a la vez, es capaz de sacar conclusiones brillantes de cada uno de los análisis que hace”.

“Maneja perfectamente los mensajes que trasladamos y tiene la capacidad de comunicar sea cual sea el marco en el que está”.