la legislatura vasca finaliza en otoño, y el lehendakari tiene previsto ajustarse a los plazos naturales y celebrar las elecciones en octubre porque gobierna sin grandes sobresaltos y tiene los Presupuestos aprobados. Sin embargo, la posibilidad de que vuelvan a convocarse elecciones en el Estado por falta de acuerdo para proclamar al nuevo presidente español podría trastocar los planes de Iñigo Urkullu, aunque no está claro si provocaría que las elecciones vascas coincidieran con las generales (26 de junio), o se retrasarían a noviembre. En ese contexto, los partidos comienzan a designar a sus candidatos y a perfilar sus mensajes electorales. El Gobierno Vasco, por su parte, comienza a hacer balance de su actividad. El próximo miércoles día 6 dará cuenta del grado de cumplimiento de su programa en un acto por los mil días de gobierno, aunque la fecha no es redonda y esos mil días han pasado ya de largo. No obstante, celebrar el acto este mes cobra sentido porque Lakua está a punto de aprobar la Ley Municipal, la norma estrella de su mandato, que sin duda dará mayor relumbrón al evento. El Gobierno, que ya celebró un acto por los cien días de Urkullu, congregará a sus 200 cargos públicos en Lehendakaritza para repasar los principales hitos de su legislatura.

El PNV no oculta que gobernar en minoría, con 27 escaños sobre un total de 75, ha provocado que el número de leyes aprobadas no sea especialmente brillante. A todo ello cabría sumar que ha tenido que retirar los proyectos de ley de administración pública y empleo por falta de apoyos y, además, la oposición se ha aliado para aprobar otros de su cosecha en contra de su criterio, como la Ley de Vivienda o la que evita el método de extracción de gas a través del fracking. Sin embargo, el Gobierno cree que ha salvado las cuestiones nucleares, como la prestación de servicios a pesar de las estrecheces de la crisis en una legislatura de resistencia ante la situación económica, que habría centrado casi todos los esfuerzos. También se han aprobado los tres últimos Presupuestos. Otras cuestiones del calendario, como el nuevo estatus de autogobierno, quedan para la próxima legislatura, aunque se sentarán las bases en este mandato.

trayectoria Urkullu juró el cargo el 15 de diciembre de 2012, y su falta de apoyos le llevó a decretar una prórroga presupuestaria, pero pudo reconducir la situación forjando un pacto con el socialismo. Si bien no cubría todas las áreas, permitía encarrilar las cuestiones esenciales con mayor impacto en el bolsillo de los ciudadanos. Se aprobaron los tres siguientes Presupuestos, se pactaron planes de empleo, y también se impulsó una reforma fiscal en las instituciones forales, que prosperó a pesar de que cada una estaba en manos de un partido diferente (PNV, EH Bildu y PP).

El PNV cree que ha mantenido la calidad de los servicios en tiempos de crisis, en contraposición a los recortes del Gobierno español de Rajoy. Ha mantenido más o menos a raya las invasiones competenciales (hay cerca de veinte conflictos en el Tribunal Constitucional), y ha aprobado medidas para limitar el impacto de los recortes impuestos por Madrid. Para paliar la supresión de la paga extra navideña a los funcionarios, se adelantó la de julio a enero, y la de diciembre a julio; y se aprobaron medidas de compensación para los colectivos más vulnerables afectados por el copago farmacéutico, por ejemplo. En cualquier caso, los conflictos con los sindicatos, sobre todo de la función pública, han sido constantes, al igual que los intentos de acuerdo de Lakua.

Sí ha logrado encarrilar su ley estrella, la Municipal, que será aprobada un día después del acto de los mil días. Aclara las competencias y la financiación de los ayuntamientos, y llega tras los intentos infructuosos de los lehendakaris Ardanza, Ibarretxe y López. Aunque no ha llegado a haber sensación de inestabilidad, el PNV buscará un acuerdo más sólido tras las elecciones, ya sea un ejecutivo de coalición o un pacto de legislatura. Pero, ¿hasta qué punto ha cumplido su programa legislativo? El calendario recogía 29 proyectos, de los cuales se han aprobado cinco (la Ley de Espectáculos que fija un coste por ertzaina movilizado en eventos de alto riesgo con ánimo de lucro, la Ley de Estatuto de las Mujeres Agricultoras, el Plan Vasco de Estadística, la modificación de la Ley de Elecciones al Parlamento Vasco y la Ley para la Prevención y Corrección de la Contaminación del Suelo). Otros tres están a punto de ser aprobados, como la Ley Municipal, la de Gestión de Emergencias o la de Adicciones. También se han aprobado otras leyes que no figuraban en el plan y cuentan con un hondo calado social, como la que regula la custodia compartida, registrada por los ciudadanos en el Parlamento; y se ha alumbrado la ley de Derecho Civil vasco para una mayor unificación sobre las herencias, entre otros puntos.

Hasta las vacaciones de julio, tendrían que aprobarse las de empleo público, fundaciones, ordenación del servicio jurídico, protección de los animales, cooperativas, tercer sector, aportaciones (regula el reparto de ingresos entre diputaciones y gobierno), cajas de ahorro, subvenciones, régimen presupuestario de fundaciones y consorcios, patrimonio cultural, archivos, ejercicio de profesiones del deporte, formación profesional, incendios, policía, puertos, medio ambiente y modificar la norma de actividad comercial. La de Administración Pública se dividió en dos leyes que siguen en fase de enmiendas.