Sigue la cuenta atrás para buscar un acuerdo que permita la investidura de un presidente del Gobierno en España. O hay algo que están haciendo y no nos cuentan (la discreción es cosa de la “vieja política” y lo suyo es la transparencia, dice la “nueva política”) o la tomadura de pelo se ha vuelto a disparar exponencialmente. Mi opinión, por desgracia, es que asistimos a esto segundo.
Se disparan los rumores en la víspera de la reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias de que el pacto “está hecho” y ¡agárrense! Son los filtradores oficiales del PP los que van extendiendo la falsa noticia. Como lo leen: exministros y otros altos cargos de la administración de Rajoy aseguran que están recogiendo los trastos. Me parece sorprendente porque lo que Pedro y Pablo (así se llaman ellos por lo que no creo incurrir en falta de respeto alguna) dicen al salir de su encuentro son planteamientos tan diferentes que, si no les hubiéremos visto entrar en la sala juntos, ni siquiera sospecharíamos que se cruzaron una palabra.
Dice Pablo: trabajamos para un Gobierno de 161 (PSOE, Podemos, Compromís e IU). Dice Pedro: vía 199 (PSOE, Podemos y Ciudadanos). Dice Albert: ¡Ni de coña! ¡Ni la una ni la otra! ¿De verdad quieren convencernos de que estamos más cerca de un Gobierno que de unas elecciones? O Sánchez supera al optimista antropológico que habitaba en Zapatero o se está riendo de todos mientras gana tiempo para unas elecciones. Eso respecto a la fórmula porque, si nos pusiéramos a hablar del para qué, eso que tanto pasean los protagonistas del sainete sin que lleguen a concretarlo, apaga y vámonos.
¿Para qué van a ponerse de acuerdo? ¿Para subir impuestos como pretende Podemos o para bajarlos como quiere Ciudadanos? ¿Para volver a la reforma laboral del PSOE, para caminar hacia el contrato único que predica Ciudadanos o para estatalizar las relaciones laborales como propone Ciudadanos? ¿Para ir a un nuevo café para todos en versión federal, para liquidar las autonomías o para garantizar la unidad de España reconociendo el derecho de autodeterminación (sí, eso dice Pablo)? Es como si para ser presidente a Pedro le diera lo mismo casarse con Juana que con su hermana.
Como les sobra tiempo, tras la puesta en escena del pasado miércoles, los interfectos se han citado ya para esta semana entrante. Con calma. Y mientras aclaran estos pequeños detalles necesarios para la gobernabilidad, sigue en la pista central el circo: libro por aquí, serie por allá, dedicatoria por acullá, cantos a la belleza, a la gente, paseo frente a la nube de cámaras, choque de manos al estilo americano, tuit, retuit, requetetuit y así todo. En eso, es cierto, han cambiado la manera de comunicar ante la ciudadanía: no dicen nada de fundamento.