washington - Tarik es uno de los 3,3 millones de musulmanes que viven en Estados Unidos y, como muchos de ellos, se siente alarmado por la “retórica islamófoba” que han utilizado los candidatos republicanos a la Casa Blanca Donald Trump y Ted Cruz tras los atentados de Bruselas. “Creo que los atentados fueron terribles y me apenaron mucho, pero no pueden ser una excusa para que los republicanos los asocien con toda nuestra comunidad, que es pacífica y no tiene nada que ver con el Estado Islámico”, dijo a Efe el joven, de origen turco, al salir de la mayor mezquita de la capital estadounidense.

Situada en una de las arterias de Washington, The Islamic Center es un edificio que podría camuflarse entre las embajadas circundantes si no fuera por su alto minarete, que recuerda que se trata de una de las mezquitas más antiguas de Estados Unidos y a donde acuden a rezar un millar de almas cada viernes. Tras los ataques del Estado Islámico (EI) en el corazón de la Unión Europea, que dejaron 31 muertos y más de 300 heridos, los protagonistas en la carrera republicana, el magnate neoyorquino Donald Trump y el ultraconservador senador por Texas Ted Cruz, condenaron el horror con unas polémicas declaraciones que incendiaron las redes sociales. “Necesitamos fortalecer a los cuerpos de seguridad para patrullar y asegurar los barrios musulmanes antes de que se radicalicen”, sostuvo Cruz. Trump, por su parte, insistía en “ser muy, muy, muy duro con las fronteras” después de reafirmarse en su idea de prohibir la entrada de musulmanes como medida de precaución ante la alarma del terrorismo yihadista. “¿Nuestros mil agentes musulmanes son una amenaza también? Es imposible pensar en unas declaraciones más tontas”, replicó entonces el portavoz de la Policía de Nueva York, J. Peter Donald.

El mensaje de los candidatos ha calado hondo entre la diversa comunidad musulmana en Estados Unidos, con una media de ingresos superior a la del país y que hasta que el presidente George W. Bush mandó tropas a Irak, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, votaba mayoritariamente al Partido Republicano. Sin embargo, la última encuesta elaborada por el Council on American-Islamic Relations (CAIR) revela que ahora un 67% de los musulmanes se considera demócrata y solo un 18% de ellos votaría a los republicanos en 2016. De acuerdo con ese sondeo, el 46% piensa que la demócrata Hillary Clinton es la más preparada para ocupar el Despacho Oval.

“Aunque Trump y Cruz utilicen estas declaraciones con fines políticos, desgraciadamente el pueblo lo interpreta como un aval a la intolerancia, a los discursos polarizantes, a que hayan diferentes clases de ciudadanos. Y esto se traduce en actos”, explicó el portavoz del CAIR, Wilfredo Ruiz. Según Ruiz, en el estado de Florida se han incrementado un 100% los delitos de odio contra los musulmanes durante esta campaña electoral, entre ellos, acoso escolar, vejaciones a las mujeres que visten con hiyab (velo musulmán) y agresiones a mezquitas. El último caso es el de una adolescente californiana de 13 años que fue acosada esta semana por un compañero, quien intencionadamente le tiró del velo y la llamó “terrorista”.

Aunque también hay quienes viven ajenos al ruido. El compañero de oraciones de Tarik en la gran mezquita de Washington, que se define como únicamente estadounidense, aborrece la polémica, que ve como una palabrería vacía de contenido. “No tiene importancia -sentencia-lo que estos digan porque solo lo hacen para ganar las elecciones. Y si las ganan, este país tiene unas leyes que les impedirán cumplir con estas propuestas”.