madrid - El férreo cierre de filas en el Partido Popular en torno a Mariano Rajoy frente a las muchas voces que, desde el resto de formaciones políticas, sitúan al presidente español en funciones como una de las principales trabas para acordar un nuevo Gobierno, sufrió ayer las primeras fisuras. Dos destacados exdirigentes populares se situaron al margen del mensaje único en defensa de Rajoy y pidieron directamente su cabeza, con el fin de desbloquear las negociaciones tras las elecciones del 20-D y posibilitar un Ejecutivo del PP en Moncloa antes de un adelanto electoral que parece cada vez más probable.
Abrió el fuego el expresidente del Gobierno de Murcia Alberto Garre, quien pidió a Rajoy que dé “un paso atrás”. “Es el mejor servicio que podría hacerle al PP y a España”, agregó en declaraciones a la Cadena Ser, ya que “han sido las indecisiones” del líder del PP las que “nos han metido en un callejón sin salida y en una crisis de identidad”. De obrar en este sentido, ello facilitaría la conformación de un Gobierno presidido por otro dirigente del partido, aunque no quiso apostar por ninguno en concreto.
Garre ocupó la presidencia de Murcia durante poco más de un año, hasta el pasado mes de mayo en sustitución de Ramón Luis Valcárcel, y ahora dirige el Comité de Derechos y Garantías del PP autonómico. En su entrevista radiofónica, recordó las declaraciones realizadas hace meses en este mismo sentido por el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, asegurando que “si Rajoy le hubiera hecho caso cuando dijo que se mirara al espejo no estaríamos ahora en esta situación, un conflicto nacional que se ha convertido en un problema”. “Lo que está en juego es España y la propia identidad del partido”, insistió.
El dirigente murciano defendió que este diagnóstico “es un clamor” en el PP, pero “un clamor silencioso” porque en los partidos hay “muchos palmeros y algunas plañideras”. Agregó que “alguien tenía que decirlo”, y que “es el mejor servicio que podía hacer al partido y a España”. A esta opinión se sumó el expresidente del PP navarro Jaime Ignacio del Burgo, quien consideró que la formación a la que pertenece necesita una renovación “de arriba a abajo” o incluso “una segunda refundación”. La misma pasa por que su líder, Mariano Rajoy, renuncie a ser presidente del Gobierno y candidato si hay comicios en junio.
En un artículo publicado en el diario digital Vozpópuli, el que fuera diputado popular hasta 2008 denunció que “la gaviota chapotea en el charco de la corrupción y es incapaz de remontar el vuelo”, lo que está conduciendo al “hundimiento” del PP. Valoró por ello que Rajoy tendría que asumir responsabilidades “estrictamente políticas” y habría que confiar la “titánica tarea” de refundar el partido “a una persona o equipo de personas que reúnan las condiciones necesarias de integridad y prestigio”.
Preparar la maleta Estas críticas fueron respondidas en tromba por dirigentes del PP, empezando por su portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, quien señaló que lo único que se ha producido es “un clamor en favor de Rajoy en las urnas”. La vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo que Alberto Garre es una persona que está “de salida”, y fuentes del partido achacaron sus acusaciones al enfado del expresidente de Murcia por no haber concurrido en las listas al Senado de las generales.
El propio Garre replicó después que “mis palabras nada tienen que ver con un tema personal” y recomendó a Sáenz de Santamaría “tener la maleta preparada” porque “nadie es imprescindible en los partidos”. Por su parte, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, le pidió “prudencia, responsabilidad y lealtad”, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, calificó a Rajoy como “el mejor presidente que ha tenido España”.