Bilbao - El PNV no tiene decidido su sentido de voto ante la investidura del candidato socialista a la presidencia española. Los jeltzales pusieron sobre la mesa la agenda vasca, un documento que contempla medidas para respetar el autogobierno vasco, transferir las competencias pendientes enumeradas en el Estatuto de Gernika, negociar el Cupo que paga Euskadi a Madrid e impulsar algunas infraestructuras estratégicas. A pesar del rifirrafe suscitado en las últimas horas con el socialismo vasco, que asegura que los jeltzales ya han recibido una respuesta, el PNV insiste en que sigue a la espera de una propuesta aceptable para fijar posición. Lo que se desprende de este episodio es que los jeltzales no quieren romper las negociaciones con el socialismo ni dar un golpe sobre la mesa o retransmitir en directo todas sus discrepancias, aunque de sus recientes conversaciones con las filas de Pedro Sánchez no hayan extraído ninguna oferta que satisfaga su agenda.
Fuentes del socialismo vasco consultadas por este diario insisten en la existencia de un documento de respuesta al PNV y ponen en valor que Sánchez está trabajando a pleno rendimiento para buscar acuerdos, aunque dejan ver que en algunos puntos no podrá ser muy concreto. Por ejemplo, admiten que en el caso del Cupo se podrá poner por escrito, a lo sumo, la disposición del PSOE a resolver ese asunto, porque es una cuestión muy compleja sujeta a negociaciones tradicionalmente arduas, de modo que zanjarlo a corto plazo para que esté listo en la jornada de investidura sería imposible.
El PNV quiere seguir negociando y no polemizar en público porque, a su juicio, bastante complicado resulta ya cuadrar sus demandas con el pacto suscrito entre los socialistas y Ciudadanos, una formación muy centralista a pesar de que haya aparcado su discurso contra la foralidad vasca. Los jeltzales abordaron ayer en la reunión semanal de su ejecutiva su sentido de voto en la primera sesión de investidura de hoy aunque, según explicaron a este periódico, no cerraron una postura y todas las opciones siguen abiertas: voto a favor, en contra y abstención. Tomarán su decisión analizando los planteamientos que les han trasladado los socialistas en sus conversaciones y el discurso que pronuncie hoy Pedro Sánchez en el Congreso. Tomarán su decisión hoy a la noche o en puertas de la votación de mañana. En cualquier caso, aún habría margen para reconducir la situación en los próximos dos meses, el plazo que tiene Sánchez para seguir intentando la investidura si fracasa esta semana.
Contra Rajoy Los votos del PNV son decisivos, pero no en esta fase porque aún debe cuajar toda una cadena de acontecimientos y pactos que todavía no se ha producido. En concreto, el candidato socialista aspiraba a ganar con los apoyos de Ciudadanos, PNV, IU, Compromís y Coalición Canaria, y con la abstención de Podemos. La formación de Pablo Iglesias votará en contra y dinamita por el momento todas sus opciones, de manera que el acuerdo con los jeltzales solo sirve en esta fase para especular con una investidura incierta y abocada al fracaso mientras no se recaben apoyos mayores. El socialismo, en cualquier caso, confía en reconducir la situación. Desde el PSE recalcan que su partido y el PNV están de acuerdo en que una nueva legislatura de Mariano Rajoy sería letal para el autogobierno vasco, y esperan que esa idea sea lo suficientemente poderosa para dinamizar el acuerdo.