BARCELONA - Son sabedores de que, a pesar de actuar en funciones, el Gobierno español no variará ni un ápice su postura contraria a hallar una salida negociada al procés. Pero las palabras Mariano Rajoy, que incidió en la necesidad de no dar una “tregua”, han escocido en la Generalitat. El president Carles Puigdemont censuró ayer el lenguaje belicista del que el líder del PP echó mano ante una hoja de ruta hacia la soberanía que se enmarca en un “planteamiento democrático y pacífico”. Rajoy venía lanzando velados mensajes, pero el último -efectuado además en suelo catalán- parece haber levantado ampollas. Ahondando en que “el Estado no está en tregua” ante el independentismo y seguirá combatiendo cualquier paso en contra de la unidad de España, Puigdemont reclamó que echar mano de ese término “no es un lenguaje apropiado para intentar relacionarse con lo que es un planteamiento democrático, pacífico, popular, transversal e incluso simpático de una gran parte del pueblo de Catalunya”. En una visita a Molins de Rei, subrayó que “esté “en funciones o no”, el Ejecutivo en funciones debería de apostar por no generar “disfunciones”.

Donde sí parecen existir divergencias es en la CUP. Corrent Roig, una de las corrientes más influyentes de la formación, ha decidido abandonar la candidatura CUP-Crida Constituent. En el trasfondo está su desacuerdo con el pacto con Junts pel Sí, un apoyo que ven de “extrema gravedad” porque cuestiona su “rol rupturista” al supeditarlo a un Govern “sumiso” a la Unión Europea. - DNA