madrid - Contra todo pronóstico, la primera opción de gobierno que comienza a tomar cuerpo y a trabajar sobre contenidos concretos es la conformada por los socialistas y Ciudadanos. Sus equipos negociadores empezarán hoy a buscar acuerdos sobre cinco ejes para ver si es posible conformar un pacto de legislatura que vaya más allá de la mera sesión de investidura del socialista Pedro Sánchez como presidente español. La paradoja estriba en que era Podemos quien estaba llamado a profundizar antes en sus acuerdos, porque había propuesto un gobierno de coalición a Sánchez para desalojar al PP de Mariano Rajoy. Sánchez, en cualquier caso, aspira a unir a Ciudadanos y Podemos en torno a un mismo acuerdo, pero los dos partidos se vetan entre sí y, si no cambian sus discursos, deberá escoger. Es más, Ciudadanos quiere empujar directamente a Sánchez hacia un entendimiento a tres con los populares, que a día de hoy es impensable para el socialista.
Tras la reunión que mantuvo ayer con Rivera, trasladó buenas vibraciones. “He visto buena predisposición. Hay espacios comunes donde PSOE y Ciudadanos se pueden entender”, dijo. Rivera, por su parte, se mostró confiado en el éxito de las conversaciones. “Claro que tengo esperanza. Si no, no estaría aquí”, despachó. Tras ese sondeo previo, las negociaciones arrancarán hoy a nivel técnico dando prioridad a la lucha contra el paro y la corrupción. Debatirán sobre políticas sociales y desempleo, regeneración y medidas contra la corrupción, reforma constitucional, economía e impuestos, y posición de España en Europa y el mundo.
El PSOE ha convocado a los partidos siguiendo un orden de menor a mayor representación en el Congreso, de modo que ayer se celebró el encuentro con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y hoy le tocará a Pablo Iglesias, de Podemos. No obstante, en algunos ámbitos llevan días percibiendo un intento del socialismo por rebajar la imagen de dependencia de Podemos. Iglesias ha despertado los recelos de varios barones por el tono con el que ofreció la coalición, exigiendo la vicepresidencia y ministerios clave, e insinuando que Sánchez tendría que dar las gracias por ser presidente. Todo ello, mientras varios barones presionan a Sánchez para que no acuerde con Podemos, partido del que no se fían.
Históricos socialistas suspiran por una opción en la que Podemos no tendría ningún papel: que PSOE y Ciudadanos lleguen a un acuerdo y presionen al PP para que se abstenga y dé vía libre a un gobierno constitucionalista, con el argumento de que, si no lo hace, estará arrojando al socialismo en brazos de Podemos y de unos socios más imprevisibles y radicales. La líder de la poderosa federación andaluza, Susana Díaz, cruza los dedos para que cuaje un acuerdo con Ciudadanos, con cuyo apoyo gobierna ella misma en su comunidad autónoma. No quiere saber nada de Podemos y está llamada a disputarle el liderazgo del partido a Sánchez si fracasa en la investidura. Ese pacto tendría en contra a los nacionalistas vascos y catalanes, por los planteamientos de Rivera contra la foralidad y su discurso restrictivo en autogobierno. Además, desde el PP, Mariano Rajoy avisó ayer de que solo votará a favor de repetir él mismo como presidente, y estará en contra de cualquier gobierno socialista, ya sea en solitario, con Ciudadanos o con Podemos.
Sin embargo, hay un precedente idéntico al acuerdo PSOE-Ciudadanos con la abstención del PP: la elección del socialista Patxi López como presidente del Congreso. De hecho, por el momento, Podemos ha pasado con más pena que gloria por todas las negociaciones, ya que no logró los cuatro grupos parlamentarios que pedía, abandonó la negociación de la Mesa del Congreso, se quedó fuera de la Mesa del Senado porque el socialismo prefirió cederle un asiento al PNV, y ha quedado relegado a la deslucida zona del gallinero en el reparto de ubicaciones del Congreso. Rivera, además, se ofrece para mediar con el PP, y ayer recalcó que no hay “una sola fisura” entre los populares, el socialismo y su partido en defensa de la unidad de España.
Sánchez no quiere contar con el apoyo del PP por activa ni por pasiva. Las opciones de acuerdo entre PP y PSOE remotas, al menos mientras Sánchez y Rajoy sean los interlocutores. Su relación sigue soltando chispas. El socialista volvió a recriminarle ayer los casos de corrupción y llegó a pedirle que consulte con él las medidas que quiere aplicar contra el proceso soberanista catalán porque para algo es el candidato designado por el rey español. Rajoy recalcó que votará en su contra porque no tiene ninguna intención de ser “bisagrista”. Sánchez trata de forzar un pacto que sume a Ciudadanos y Podemos, pero Rivera avisó de que votará contra cualquier acuerdo que incluya a Podemos porque tiene planteamientos de “ruptura con España y la Unión Europea”.
acuerdos con los catalanes La maniobra de ayer puede añadir presión a Podemos para que sea más flexible hoy. En ámbitos socialistas, sin embargo, creen que seguirá tensando la cuerda porque no desea un acuerdo, sino repetir las elecciones con el propósito de superar al PSOE y liderar el cambio. La encuesta publicada ayer por el CIS confirma ese resultado. PSOE y Ciudadanos, los peor parados en los sondeos, son quienes más empeño negociador están mostrando, y ese nexo de unión puede actuar como un poderoso vínculo en sus conversaciones. En cualquier caso, Podemos tentó ayer al socialismo insinuando que está mediando con los catalanes de ERC y Convergència para que se abstengan.