Será el parlamento español con más mujeres de la historia -140 diputadas- pero muy alejado aún de la paridad, un dato no tan bueno. Serán muchos quienes verán en el adjetivo bueno una desconsideración subliminal hacia la labor que realizan los hombres; nada de eso, porque si en esta sociedad más de la mitad son mujeres que en el próximo Congreso el porcentaje de mujeres sea del 40% no parece la representación más fidedigna. “Creo que hemos de congratularnos por lo primero, pero hay que seguir aspirando y luchando por lo segundo”, comenta a DNA Lucía Martínez Odriozola, profesora de la UPV-EHU y especialista en temas de género e igualdad.
A su juicio, el mayor peso de diputadas se explica, por un lado, porque en estas elecciones las mujeres han encabezado más candidaturas que en anteriores citas electorales, como en el PSOE, “que por primera vez en la historia tenía una cara de mujer en la mitad de sus carteles electorales”. Es esta una opinión compartida por Ana Alberdi, secretaria general de Emakunde, para quien las listas cremalleras -las que intercalan una mujer y un hombre en función del primer puesto en la lista- han influido en que haya mayor presencia de las féminas en el Congreso. Aunque la ley no les obliga a ello, Podemos, Unidad Popular-IU y el PSOE estrenaron el pasado domingo estas candidaturas. “Hay algunos partidos que integran este requerimiento en sus estatutos, como por ejemplo IU o Equo; otros que lo llevan a la práctica como Podemos (a excepción de Zaragoza) o Bildu. Ello favorece que las mujeres tengan muchas más opciones de ocupar un escaño”, remarca Carol García, de Equo.
También podría pasar que en algunas ocasiones este tipo de lista perjudicase a las mujeres, si estas son mayoría en una lista, aunque a día de hoy esto se da en muy pocas ocasiones. “Este factor de corrección debería aplicarse solamente en el caso de que la lista tenga un sesgo masculino”, sostiene la integrante de Equo.
mayoría de varones A pesar de que las elecciones del 20-D hayan sido también singulares a la hora de dar un paso en favor de la igualdad entre sexos, los varones siguen siendo mayoría, con 210 representantes. Además, en las listas al Congreso solo una de cada tres lideraba la papeleta. “Las organizaciones políticas son extraordinariamente patriarcales. Si la participación política con cargos es voluntaria, las posibilidades de que los hombres se presenten -siempre que haya expectativas de poder salir- es muy elevada. Y cuando se personan los hombres, ellas se inhiben. Por eso hay que establecer filtros y elementos correctores. A la gente que dice que está en contra de las cuotas habría que recordarles que, si no se aplican las listas cremallera o medidas de paridad a las candidaturas, las mujeres desaparecerían, volverían a la invisibilidad”, añade Martínez Odriozola.
De los 350 escaños disponibles, 140 serán ostentados por mujeres de todas las organizaciones que han logrado representación, a excepción de Unión del Pueblo Navarro (UPN), que no incorpora a ninguna diputada. De los grandes partidos, ni el PP ni Ciudadanos han conseguido resultados paritarios. “En esta ocasión se ha producido una circunstancia novedosa como que EH Bildu lleva dos mujeres de cabeza de lista. Onintza Enbeita para el Congreso e Irantzu Varela como senadora. Hay que recordar que todos estos avances en la igualdad tienen detrás una legislación, que costó mucho sacar adelante”, subraya la profesora de la UPV-EHU.
recelos en los partidos Para la secretaria general de Emakunde, cuando el momento político es más complejo y hay que ir a buscar los votos se sigue primando situar a los hombres como cabeza de lista, “porque tienen la sensación de que ellos dan más seguridad; las organizaciones piensan todavía que la sociedad está más habituada a ver a los varones encabezando las listas”.
Ana Alberdi reconoce que en los discursos de esta campaña en todos los grupos políticos ha estado presente la mujer, pero creo que los partidos sí han medido cuáles son los actores que van a darles voto o no. “Seguramente las mujeres les resulta aún poco de fiar, aunque Podemos, con listas paritarias, ha demostrado justo lo contrario”, señala la responsable de Emakunde. “Tampoco diría que haya sido el único factor que ha pesado para que el partido de Pablo Iglesias haya tenido buenos resultados en estas elecciones. Pero para las personas que trabajamos en áreas de Igualdad, el hecho de poner mujeres en puestos relevantes no desacredita o no hace perder valor a otros valores que pueda haber. Lo que Podemos ha demostrado al colocar mujeres en puestos claves de salida es que con ello no te arriesgas a perder. Si los demás partidos tienen este miedo, lo tienen que abandonar”, apostilla.
La Ley de Igualdad obliga a que las listas de los partidos tengan que ser paritarias (que ninguno de los sexos suponga más del 60% de los integrantes de la lista en tramos de 5). “Sin embargo, la trampa aquí son los llamados puestos de salida, pues si en estas listas paritarias el puesto de salida lo ocupa un hombre, ellos serán los que al final tengan más posibilidades de conseguir el escaño”, explica Carol García.
En concreto, los populares -con 123 escaños y solo 45 ganados por mujeres- logran un 36,5% de presencia femenina, lo que supone punto y medio más que al inicio de la legislatura anterior. En la formación de Albert Rivera, con ocho diputadas de un total de 40, se quedan en un 20%, la tasa más baja entre las principales formaciones que integran el hemiciclo parlamentario.
con méritos suficientes “Tenemos que resignarnos a dos cosas. O bien a pensar que las mujeres no tienen méritos suficientes para estar en las listas, lo que evidentemente me resisto a pensar. O a que, quizás, los partidos políticos están organizados de forma que no estimulan lo suficiente la participación de las mujeres o tienen unos sesgos patriarcales y de funcionamiento que hacen que no se concilie muy bien la vida privada con la militancia y con el protagonismo en el partido”, apunta Martínez Odriozola, quien sostiene que “si no se hace explícito el deseo de que las mujeres aparezcan en la foto situadas en el centro junto al punto de liderazgo, como diría el protocolo, si no se realiza así, las mujeres no se colocan; lo hacen ellos, porque con los años han aprendido a hacerlo de una forma muy natural”.
En el PSOE, con 40 diputadas sobre 90, se alcanza el 44,4% de representación femenina, frente al 39% que consiguieron en las mismas circunstancias en 2011. Sobre Podemos y sus confluencias, que han sumado 69 asientos, la proporción llegará hasta el 49,7% y un total de 34 mujeres. Unidad Popular-IU, de Alberto Garzón, que dispondrá de dos escaños, tiene una diputada gracias a su lista cremallera.
El resto de sus señorías provienen de Democràcia i Libertad, que cuenta con 3 mujeres de ocho escaños, ERC con otras tres sobre nueve y el PNV con una de seis. En Coalición Canaria, una mujer será la única representante en el Parlamento, igual que en EH Bildu, donde serán dos.
Para la secretaria general de Emakunde, las mujeres tienen ya la suficiente trayectoria y formación para estar en cualquier lugar donde se tomen decisiones. “Pero cuando tenemos la cultura que tenemos, donde los estereotipos y los miedos aún hacen que las mujeres no se hallen en los puestos de decisión, creo que las listas cremalleras hacen falta tanto en política, como en otros ámbitos como la economía y en todos los sitios de la sociedad, hasta que se equilibre la desigualdad motivada por siglos de cultura patriarcal y machista”.
Las del domingo han sido las terceras elecciones generales tras la entrada en vigor, en 2007, de la Ley de Igualdad que obliga a las organizaciones políticas a que, en cada tramo de cinco puestos de sus candidaturas, ninguno de los sexos supere el 60% o esté por debajo del 40%, un requisito que no impide que uno de los dos sexos cope los puestos de salida.
De hecho, en las legislativas de 2008, la primera vez que fue obligatorio presentar listas paritarias, salieron elegidas 124 diputadas (el 35,4%), las mismas que en la convocatoria de 2004. En las generales de hace cuatro años tan solo se sumó una electa más: 125 (35,7%) frente a 225 electos (64,2%).
Pero aunque la legislatura se inicio sin paridad, terminó siéndolo porque en los cuatro años el relevo en los escaños motivó que creciera la presencia de las mujeres. Finalmente consiguieron ser 148 diputadas (el 42,2%) y lograron superar por vez primera el 40% del hemiciclo; los hombres se quedaron en 202 (el 57,7%).
Desde que se inició la etapa democrática el número de mujeres se ha multiplicado por ocho. En la Legislatura Constituyente solo hubo 21 diputadas (el 6% del total). Que la Ley actual de paridad avanza la presencia de la mujer en el ágora pública es un hecho, pero esta norma no es la meta sino el camino y al parecer un camino necesario, aun en contra de la opinión de algunos detractores que arguyen la posibilidad de que en el cupo paritario se cuelen mujeres ineficaces e incompetentes, olvidándose del ingente volumen histórico de incompetentes varones en la política.
Por otro lado, si el Congreso quiere ser el representante fiel de la ciudadanía, cuando se alcance un porcentaje cercano al 50-50 será la constatación deseada de que las mujeres pueden conciliar sus ocupaciones familiares y profesionales con la política tal como ellos. Entonces estarán todos, ellos y ellas, en la misma línea de partida de competir en igualdad de oportunidad. “Pero hasta que esta meta de salida sea una realidad espontánea igual para todos, el camino de la Ley de Paridad de cupos en listas se presenta como la herramienta necesaria”, sentencia Martínez Odriozola.
EH Bildu
CC
UP
Podemos
PSOE
DL
PP
ERC
Ciudadanos
PNV
100%
100%
50%
49,28%
46,67%
37,50%
36,59%
33,33%
20,00%
16,67%
102030405060708090100
En las candidaturas. En las últimas elecciones del 20-D solo una de cada tres cabezas de lista eran mujeres.
Escaños. Tras los comicios, las 140 diputadas elegidas representan el 40% de los escaños, con grandes diferencias según los partidos políticos.
Incluso en tiempos de restricciones fiscales y crisis económica, los especialistas en Igualdad de la ONU insisten en que hay que seguir manteniendo la atención en la mujer, “dada su posición en el furgón de cola en la sociedad”.