Madrid - Pudieron. En unas elecciones en las que ni el primero ni el segundo pueden presumir del todo, el partido que con mayor fuerza alzó ayer la voz para gritar “aquí estoy yo” fue, sin duda, Podemos. “Montad un partido y a ver cuántos os votan”, les gritaron hace años a una nueva generación de ciudadanos, ansiosos por cambiar las cosas, con el 15M como resorte. Ayer lograron 69 diputados.

Los resultados dieron ayer la razón a Pablo Iglesias, que se ha pasado toda la campaña hablando de remontada. Tercera fuerza política en el Congreso, Iglesias y los suyos tienen ahora la llave de la gobernabilidad en España. Enormemente críticos con Pedro Sánchez y el PSOE, su posible apoyo a los socialistas les convierte en el gran objeto de deseo del Congreso.

Podemos ha sido el protagonista del vuelco al bipartidismo, entre otras cosas porque ha sabido jugar bien sus cartas en puntos como Catalunya, con En Comú Podem, además de sus acuerdos en Valencia y las mareas de Galicia. De hecho, Podemos fue ayer la primera fuerza en votos en Catalunya y Euskadi y la segunda en Madrid, Valencia, Navarra, Baleares y Galicia. Muy feliz, Pablo Iglesias enfatizó su éxito por “haber puesto fin al bipartidismo” y adelantó que Podemos “tenderá la mano a todas las fuerzas” para acometer cambios constitucionales que consideran “inaplazables”, como el reconocimiento del derecho a decidir en la Constitución y celebrar un referéndum en Catalunya. - D. Ortega

Guiño. Iglesias no tardó en dejar las cosas claras al PSOE, a quien recordó que es “inaplazable” acometer cambios constitucionales, y lanzar un guiño para que se respete “la España plurinacional”.