palma - Sin aclarar a qué se refería, si a que el PP puede bordear una mayoría absoluta que ningún sondeo le otorga, o a que algún partido emergente pueda encaramarse al liderazgo, Mariano Rajoy se puso ayer misterioso quién sabe si buscando algún golpe de efecto o tratando de amarrar a quienes han sido fieles a su formación. “No me quiero meter en los líos de nadie, pero creo que puede haber alguna sorpresa el 20-D”, aseveró enigmático en una conversación informal con la prensa. “A mí solo me interesa lo que haga el PP y recuperar la confianza de los que la han perdido en estos años”, añadió cuando los periodistas le interpelaron por el liderazgo del PSOE, al que el pasado martes en un mitin en Sevilla recomendó tomarse un tiempo para “organizarse bien”.

De visita en Palma de Mallorca, el líder del PP admitió que se encuentra enfrascado en la preparación del debate con Pedro Sánchez, cita que espera sea “equilibrada y sensata, respetando las reglas”, y confesó que se ha guardado alguna medida fuera del programa para anunciar estos días de campaña en los que se lo está pasando “muy bien” durante la gira de 14.000 kilómetros para captar el voto. Preguntado hasta dónde llegaba el ofrecimiento de trabajar juntos que Soraya Sáenz de Santamaría le trasladó a Albert Rivera en el debate del pasado lunes, como una especie de plan b por si el PP necesita a Ciudadanos y esta fuerza le pide la cabeza de Rajoy, el presidente español se limitó a precisar que “todos los partidos que creemos en la igualdad de los españoles tenemos que estar juntos. Eso es lo importante”. A dónde vas, manzanas traigo, que diría el refranero. Tampoco entró al fonde otra cuestión incómoda: si le había llamado el expresidente José María Aznar, que no participa en ningún acto de campaña, para darle ánimos. “Me tengo que ir a Pamplona”, apuntó alejándose entre risas.

Tras repetir en Iruñea su alegato sobre la recuperación económica y el peligro de experimentar con partidos creados “hace un cuarto de hora”, Rajoy acabó la jornada en Zaragoza, donde volvió a apuntalar al PP como la única opción útil para que España se asiente tras el periodo de crisis que está sorteando.