BILBAO - El Concierto Económico vasco es el mecanismo que dota de autonomía financiera a Euskadi, elemento clave en el autogobierno vasco, y, tal y como señala más de una vez el catedrático catalán de Economía, Santiago Niño Becerra, es “el instrumento que necesitaría Catalunya en su avance hacia la independencia”. Gracias al buen uso efectuado de las posibilidades derivadas del Concierto Económico, la CAV, disfruta de un nivel de vida y de renta superior a la media de la Unión Europea.

Aunque las cifras demuestran que Euskadi ha pagado de Cupo al Estado en los últimos 30 años más, un 19% más, de lo que le correspondería por criterios de población y contribuye a los fondos de solidaridad interterritorial que fija el Estado, asumiendo el riesgo de pagar todo lo correspondiente a las competencias no asumidas incluso si recauda menos de lo previsto, en un ejemplo positivo de corresponsabilidad fiscal, las críticas contra el sistema vasco basado en el pacto y la bilateralidad, arrecian.

Ahora, cuando las cifras de la financiación no cuadran en algunos territorios, diversos políticos de todo pelaje han decidido arremeter contra el Concierto vasco y el Convenio navarro, y su Cupo y Aportación, respectivos, a las cuentas del Estado, para tapar, por ejemplo, una gestión de más de 30 años, en Andalucía, que tienen el porcentaje más alto de fracaso escolar y de desempleo, o de la Comunidad Valenciana, uno de los paraísos de la corrupción que ha acabado con sus bancos y cajas en la quiebra, y con obras monumentales inútiles.

Además, formaciones políticas de nuevo cuño como Ciudadanos se cuestionan la mera existencia del Concierto y el Convenio mientras que otros como los dirigentes socialistas de Valencia y Andalucía se suman a las voces que cuestionan, desde la ignorancia, el cálculo de las aportaciones de los territorios vascos al sostenimiento del Estado, incluidos sus fondos de solidaridad interregional.

La defensa de la figura del Concierto y de las potencialidades fiscales derivadas del mismo ha sido compartida en gran medida por casi todo el espectro político vasco aunque, tanto por convencimiento como por el hecho de ejercer las responsabilidades de Gobierno en Gasteiz y en las diputaciones forales durante buena parte de los últimos años, ha sido el PNV la organización que más ha abogado por cuidar su figura. De hecho, el cabeza de lista del PNV a las elecciones del próximo 20 de diciembre por Bizkaia, Aitor Esteban, ha destacado que el Concierto corre el riesgo de convertirse en “chivo expiatorio de excesos y corrupciones”. Además, aseguró que la sociedad vasca se movilizaría si se pretendiese acabar con el sistema fiscal vasco. El cuestionamiento de la propia existencia del Concierto Económico y el Convenio navarro que ha hecho Albert Rivera, el máximo dirigente de una de las fuerza políticas emergentes en España, Ciudadanos, y las palabras de Pablo Iglesias, de Podemos, criticando no tanto el Concierto pero sí el Cupo, convierte a los comicios españoles en “trascendentales”, según Aitor Esteban. Las críticas al Concierto y al Convenio parten, en gran parte de la ignorancia, pero en algunos caso de mala fe. De ahí que, señala Esteban, resulte “fácil e ignorante” el tachar de “privilegio un instrumento con un riesgo unilateral altísimo”.

Tras las críticas al Concierto y al Convenio se esconde también una coartada para recentralizar el poder y hacer tabla rasa del Estado autonómico. Según el representante jeltzale, en las próximas elecciones los vascos “no se juegan elegir un presidente”, sino “mantener o ampliar el autogobierno”, y por lo tanto, su bienestar en próximas décadas”. Se precisa defender a Euskadi de “los ataques que se producirán contra el Concierto”.

Ataques al Concierto Curiosamente, en medio de las críticas al Concierto y, sobre todo al Cupo, de destacados dirigentes socialistas como el valenciano Ximo Puig o la andaluza Susana Díez, tal vez alentados por un Patxi López que no ha dudado en señalar que el Cupo es “revisable”, destaca la afirmación del ministro de Economía, Luis de Guindos, que ha afirmado que el Concierto Económico y el Cupo son los mecanismos adecuados de relación entre Euskadi y el resto de España. “Es un sistema que está en la Constitución española, que es positivo para Euskadi y para el resto de España”.

Para los que critican la figura hay que recordar que el resultado, positivo, de la utilización de las posibilidades del Concierto tanto en el gasto público como en la aplicación de normas tributarias en las que se entiende la fiscalidad como un instrumento de política económica, está a la vista y la realidad es que ha ayudado a que la CAV tenga una tasa de paro siete puntos inferior a la media del Estado, unas infraestructuras de primer nivel, y un PIB per capita que supera la media de la UE.

“El Concierto no solo ha aportado una cantidad sustancial de recursos que han permitido desarrollar un sector público vasco muy importante, sino que, gracias a la capacidad normativa que concede, ha permitido que la CAV desarrolle una política fiscal propia. Esta política fiscal ha sido, muy importante a la hora de lograr que se superara la crisis industrial de los 80”, según el profesor de Historia de la UPV, Eduardo Alonso Olea, en una publicación sobre el Concierto.

Pedro Luis Uriarte ha ido más allá y ha cuantificado lo que ha representado esta figura de “riesgo” para el Estado español en estos años. “Euskadi ha pagado 4.429 millones de euros más al Estado de lo que le correspondería por criterios de población”. La economista Inmaculada Gallastegui, señalaba en un estudio que “sí puede comprobarse que de su existencia se han derivado beneficios para los ciudadanos vascos en términos de servicios sociales provistos y de colaboración en la generación de crecimiento”.

En 2001, tras unas duras negociaciones entre la representación vasca liderada por la vicelehendakari Idoia Zenarrutzabeitia, y la española que dirigía Cristóbal Montoro, se consiguió un gran logro: que el Concierto tenga una duración indefinida, algo que algunos cuestionan hoy. A juicio de la entonces vicelehendakari, un aspecto a destacar es que “el Concierto no es un privilegio y es solidario”. “Aquí vamos a riesgo unilateral. Si no recaudas bien y no inviertes bien en políticas públicas adecuadas tienes problemas porque tienes que seguir abonando al Estado, vía Cupo, los fondos por los servicios que presta”.

Hasta el propio Tribunal Europeo de Justicia de Luxemburgo ha reconocido que Euskadi tiene potestad para adecuar su propia fiscalidad.

¿Qué es el Concierto Económico vasco? Es un sistema de origen foral, recogido en la Constitución Española y el Estatuto de Autonomía de Gernika, que regula las relaciones financieras entre el País Vasco y el Estado y concede a las instituciones forales vascas capacidad normativa en materia tributaria

¿Cuando surge el Concierto? El primer Concierto vasco data de 1878 y hasta 1937 hubo cinco. En 1981, el Parlamento aprobó el primer Concierto de esta nueva era, y el último data de 2002, aunque desde entonces ha sufrido diversas modificaciones, la última en el año 2007. Como se ve se rebate el argumento fruto de la ignorancia de cierta parte de la opinión pública española que considera que es una concesión a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa ( y a Navarra en el caso del Convenio) por la presión de la actividad de ETA. Concierto y Cupo existen desde un siglo antes de la creación de ETA y de hecho se mantuvieron durante el franquismo en Araba y Navarra, en cambio se eliminaron por la Administración española de Francisco Franco en Bizkaia y Gipuzkoa como castigo colectivo por ser sus dirigentes leales al régimen democrático español surgido de la República.

¿Cuál es el origen del Concierto Económico Vasco? La historia del Concierto se inicia con la ley de Abolición de los Fueros en 1876 y se plasma en texto escrito por primera vez en la Ley de 28 de febrero de 1878. El 23 de junio de 1937, el general Franco firmó en Burgos un decreto de guerra que consideraba a Gipuzkoa y Bizkaia “provincias traidoras al régimen” y el Concierto Económico quedó derogado. En Araba se mantuvo hasta que un real decreto de 30 de octubre de 1976 derogó el derecho franquista. El 13 de mayo de 1981, el Parlamento aprobó el Concierto Económico entre el Estado español y el País Vasco, que regulaba las relaciones tributarias entre el Estado y el territorio foral. En el año 2002, se firmó una renovación del Concierto por primera vez con carácter indefinido y que incluye una actualización automática del cupo.

¿Qué supone tener el Concierto Económico? Que desde la Comunidad Autónoma Vasca, en concreto desde las juntas generales de las tres diputaciones forales, se tiene capacidad normativa para regular los impuestos y autonomía para gestionarlos y recaudarlos. Además, el Concierto Económico establece cuándo debe aplicarse la normativa tributaria vasca y cuándo la del territorio común español.

¿Cuantas haciendas hay en el Estado español? Cinco, las cuatro forales vascas de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra, y la Hacienda central española o de territorio común.

¿Quién recauda los diferentes impuestos? Son las Diputaciones forales vascas las que recaudan todos los impuestos, incluidos el IRPF, el de Sociedades o el IVA, y después aportan al Estado el denominado Cupo que se determina en una Comisión Mixta constituida por doce miembros, uno por cada Diputación foral de la CAV, tres del Gobierno Vasco y seis de la Administración del Estado. La Comisión Mixta es, además, el órgano básico en el que se producen los pactos o acuerdos relacionados con el Concierto.

¿Qué es el Cupo? El Cupo es la contribución económica que tiene que pagar cada año el País Vasco a las arcas estatales para sufragar las competencias que el Estado español presta en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa al no haber sido transferidas, como los gastos de Defensa, Aduanas, Exteriores o el sostenimiento de la Casa Real, entre otras.

¿Cómo se fija el Cupo a pagar? Se determina a través de un índice de imputación en una negociación pactada entre las administraciones vascas y la española. En la última revisión este índice se estableció en el 6,24% del total de las cargas no asumidas por la CAV y que en el año base de 2007 se cifró en 5.350 millones de euros. Sin embargo, a esta cifra se le aplican determinados ajustes y compensaciones por tributos no concertados, otros ingresos y déficit, de lo que resulta el cupo líquido, que es la aportación vasca real a las arcas estatales. Una cifra que la administración central española tiene que fijar en los Presupuestos Generales del Estado de cada ejercicio aunque posteriormente hay que ajustar a las cifras reales.

¿Qué supone tener un sistema fiscal propio? Supone que las instituciones forales vascas tienen que asumir un riesgo importante. Si no recaudan lo previsto tienen que asumir la pérdida sin poder acudir al respaldo financiero de Madrid. Además, independientemente de cual sea la cifra de ingresos, hay que abonar todos los años el Cupo al Estado por las competencias no transferidas y por los fondos de solidaridad. Ello implica realizar una buena gestión general por parte de las administraciones.

¿Ha realizado la CAV una buena gestión de este instrumento? Sí. Si atendemos al juicio que le merecen a las agencias internacionales de calificación de riesgos la solvencia de los territorios forales y de sus emisiones de deuda. El rating vasco es bueno, nota A, por encima del Reino de España, y muy por encima del de algunas Comunidades Autónomas.

¿Por qué Catalunya no tiene un instrumento similar? Según aquéllos que negociaron en la transición democrática, los dirigentes catalanes se negaron en su día, inicios de los años 80 del siglo pasado, porque no querían asumir el riesgo de recaudar menos, ni poner en marcha una hacienda propia porque no querían ser los malos de la película ante sus contribuyentes como encargados de cobrar los impuestos. Además, el modelo les parecía una antigualla.

Porcentaje de contribución. El País Vasco contribuye al sostenimiento de las cargas generales del Estado con el 6,24% que era la estimación del peso del PIB vasco sobre el total español en 1980. En la actualidad, el PIB de España asciende a 1.058.469 millones de euros y el de la CAV, también a precios corrientes, es de 64.295 millones, el 6,07%. Si se atiende al porcentaje de población, la CAV, 2,189 millones de habitantes, sólo representa el 4,68% de España .

Comparación con CC.AA. La buena gestión hecha del Concierto comparado con la efectuada en alguna CC.AA. mediterránea muestra que el endeudamiento es del 14,1% del PIB (CAV) frente al 40,3% (CC.AA.); las ayudas estatales recibidas son 0 en la CAV y 21.797 millones (CC.AA.). El rating es A (CAV) y BB (CC.AA.). La inversión en I+D llega al 2,09% (CAV) frente al 1,02% (CC.AA.). El gasto social per capita es 796 euros (CAV) frente a 152 euros (CC.AA.), y el fracaso escolar es 9,4% en la CAV frente al 22,6% (CC.AA.).

Cupo pagado. La CAV ha pagado al Estado en concepto de Cupo un total de 23.006 millones de euros entre 1981 y 2014.

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Millones de euros ha abonado de más la CAV al Estado entre 1981 y 2014, según estimación en base a las Leyes Quinquenales del Cupo si la contribución fuese proporcional al peso de la población.