Barcelona - David Fernàndez, el dirigente con mayor eco de la CUP desde que esta formación se dio a conocer en el mapa político catalán, apuesta por la investidura de Artur Mas. Quien fuera diputado de la fuerza anticapitalista sugiere que la única solución para desbloquear el proceso soberanista pasa por prestar dos votos al líder de Convergència para evitar nuevas elecciones en marzo y que este gesto no sea un cheque en blanco sino a cambio de un “plan de choque social real y concreto”. Un posicionamiento que verifica la existencia de dos bandos que tratan de hacerse con el poder dentro de la marca que encabezó el pasado 27-S Antonio Baños, proclive también a reelegir al president en funciones, todo lo contrario que el sector que abandera Anna Gabriel.
En un artículo en el diario Ara, bajo el título Dos votos al proceso, Fernàndez argumenta que la situación actual de “tensiones y dificultades” merece superarse con un “mínimo común denominador”, mediante un “desbloqueo del bucle y el deshielo para pasar pantalla”. Emplea el parlamentario un tono poético, repleto de metáforas, con el que pide mirar al porvenir porque la diatriba no es solo mantener el procés sino “ampliarlo”; y combina críticas veladas a Convergència por la “gestión patrimonialista” del camino hacia Ítaca -advertencias como que “presente y futuro no pueden reproducir el pasado” en cuestiones como la corrupción y los recortes- con los reproches a la actitud del Estado en episodios como la actuación del Tribunal Constitucional o la gestión del FLA. “Tenemos un Estado de golpe, variante posmoderna del golpe de Estado”, sintetiza, acusando a Madrid de “estrangular la libertad política catalana”. A ello suma autocríticas por el proceder de la CUP en las últimas semanas: “Esconder la cabeza bajo el ala y desentenderse ya no sirve. ¿Nos lo creemos o no? Sí, mil veces sí, y con todas las dudas, claro está”.
La concesión de Fernàndez respecto a Mas ha sorprendido en CDC porque el político antisistema clausuró la asamblea del pasado domingo con una soflama ácida contra el partido del jefe del Govern. Su cambio de postura obedece a que rechaza volver a las urnas y entiende el desencanto soberanista en la calle, incluso entre los propios votantes de la CUP, donde queda claro que hay dos corrientes enfrentadas. Por un lado, la de la organización Endavant, apoyada por las juventudes de Arran, Gir a l’esquerra, Corrent Roig y Lluita Internacionalista, y representados por Gabriel, Benet Salellas y Josep Manel Busqueta; y por otro Poble Lliure, con Baños y Fernàndez mostrando su pragmatismo, arropados por Julià de Jodar o Ramon Usall. “Antes mil veces salir a jugar y quizá perder, que ni siquiera comparecer en el terreno de juego”, subraya Fernàndez. Y sigue: “Mientras tanto, adelante, que detrás ya no hay nada: solo un pasado decadente y mediocre en el que no podemos volver”.
posturas enfrentadas La sima está abierta en la CUP a falta de la asamblea que celebrará el próximo día 27, tras las generales, para adoptar una decisión final respecto a Mas. Dirigentes y diputados de los dos sectores se enzarzaron ayer a través de las redes sociales dejando al descubierto las discrepancias que este asunto genera en la formación. Pau Llonch, componente destacado de Endavant, reconoció públicamente esta fisura. “Lo han conseguido. Han conseguido destruirnos”, respondió en un mensaje a través de Twitter, desde donde se dirigió a Fernàndez. “Desde la tristeza más profunda de un amigo y camarada, la más radical discrepancia”. Otra destacada miembro de Endavant, Gabriela Serra, le secundó asegurando que “aquí no se mueve nadie. Ninguna individualidad por encima de la colectividad. El 27-D decidiremos”. Otro cupero de peso como Quim Arrufat matizó que su compañero habla solo en su nombre cuando propone ceder dos votos a Mas: “No es la postura oficial de la CUP, pero sí la de una voz autorizada”. Isabel Vallet, que formó parte del anterior grupo parlamentario junto a Fernández y Arrufat, añadió que “es una opinión significativa pero solo una más”; mientras que el alcalde de Argentona, Eudald Calvo, apoyó al exdiputado. “Muy de acuerdo con David Fernàndez. Si realmente hay alguna salida al lío es un plan de choque fuerte contra la pobreza y seguir con el proceso soberanista”. David Caño, también con ascendente en sus filas, se inclinó por la misma vía. “Dos votos para un consejo de presidencia de cuatro, vinculado a un plan de rescate ciudadano, desobediencia y calendario claro y concreto”. Y, la guinda, el respaldo del cabeza de lista Antonio Baños con un conciso tuit donde mostraba el enlace al artículo de su correligionario.
Entre tanto, Junts pel Sí y la CUP volvieron a reunirse ayer por primera vez desde la semana pasada para seguir negociando un pacto que desencalle el horizonte -en concreto, lo hizo la comisión del plan de choque social-, al tiempo que Artur Mas evitó entrar al trapo en una entrevista en la Cadena Ser afirmando solo que confía en que la incógnita cupera se despeje ya. La CUP, que exige un cambio de interlocutores en las conversaciones, alerta de que si la propuesta que se les hace es bajo presión, lo que llaman Mas style, podría provocar que el aval de las bases sea imposible.