madrid - El candidato de Unidad Popular-IU, Alberto Garzón, había evitado hasta el momento criticar abiertamente a Podemos, partido con el que negoció una posible lista de confluencia. Ayer, sin embargo, cargó con dureza contra la formación de Pablo Iglesias, a la que acusó de ser “la UCD del presente”, en referencia al extinto partido centrista de Adolfo Suárez.
Garzón censuró el giro al centro de Podemos y lamentó la ruptura “unilateral” por parte de la formación morada de las conversaciones para un acuerdo electoral. Como ya hizo la semana pasada Ezker Anitza, federación vasca de IU, culpó al partido de Iglesias del fracaso de la confluencia. “Ahora que vemos el cambio estratégico de Podemos entendemos la situación. Entendemos que las voces de izquierdas siempre son incómodas a proyectos que aspiran a ser la UCD del presente”, afirmó.
Asimismo, el líder de IU criticó que los demás partidos se asemejan a “empresas de marketing que adecuan su producto a lo que el consumidor quiere comprar” e “intentan adaptarse al electorado de centro”. Garzón cree que la “política espectáculo” está monopolizando la precampaña y que lo que se debe exigir a los candidatos es que resuelvan “los problemas cotidianos” de las personas, no que hablen de sus “gustos privados”.
Izquierda Unida, que ha conformado una candidatura con miembros de otras formaciones bautizada como Unidad Popular, está a la baja en los sondeos y ni siquiera ha sido invitada a los principales debates electorales, a pesar de ser la tercera fuerza en el Congreso. En cualquier caso, Alberto Garzón se mostró optimista y confió en dar la sorpresa el 20-D. “En Unidad Popular-IU no nos rendimos porque creemos en la política. Contamos con el apoyo de cada vez más gente”. La formación de izquierdas reivindicó “la verdad y la humildad”, valores “que no están a merced del tacticismo” y se declaró como “la única heredera” del espíritu del 15-M.
Garzón realizó por último un llamamiento al voto “masivo” en los barrios populares para lograr “un giro radical” en el Gobierno. “En caso contrario, habrá un cambio que no cambie nada”, afirmó en referencia a Ciudadanos, formación a la que acusa de ocultar su verdadero proyecto político. Además, advirtió del peligro de que los votantes elijan a Albert Rivera solo por su aspecto “estético”.