Barcelona - Dadas las embestidas de Madrid respecto a Catalunya, la última referente a fraccionar el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) para tener controlados los pasos de Artur Mas con el proceso soberanista, el líder de Convergència apresuró ayer a la CUP a alcanzar un acuerdo antes de que arranque la campaña de las generales el 4 de diciembre, horizonte que intuye complejo por la fractura interna de la fuerza anticapitalista sobre posibilitar su investidura. El president en funciones reclamó al partido de Antonio Baños que halle el “desatascador” necesario en unas negociaciones que marchan “lentas” para plantar cara al Gobierno español en su intento de querer dar una imagen de humillación de las instituciones catalanas. “La autonomía tal como la habíamos conocido se ha acabado, no existe”, avisó Mas, que observa “más base” para la autodeterminación, el derecho a decidir, que para la independencia.
En declaraciones a El matí de Catalunya Ràdio, el jefe del Govern avanzó que en los próximos días Junts pel Sí ofrecerá más detalles sobre la organización de un futuro Ejecutivo más coral, como exigía la formación antisistema, y como ya planteó él en el Parlament. Es previsible que esta acción tenga lugar antes del domingo, día en que la CUP celebra una jornada de debate nacional que podría derivar en una asamblea en la que podría votarse dicha propuesta. Las desavenencias en el seno del partido radical se hacen cada día más evidentes. Después de que dos de sus corrientes, Endavant y Poble Lliure, airearan sendos comunicados donde la primera se oponía a la reelección de Mas y la segunda se mostrara a favor, ayer era la organización juvenil Arran quien se sumaba al polo que rechaza al convergente. Para ello difundió un cartel con la imagen de Mas cabeza abajo acompañada del lema Fins mai, Mas (Hasta nunca), además de colgar una nota en su blog donde asegura que “bajo ningún concepto” cederá “a las presiones de la burguesía” y sostiene que el president en funciones “no hace aumentar la base popular del independentismo”, sino que es “un freno”. Entre tanto, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) mantiene el viernes 27 como plazo para el consenso.
Según defendió Mas, las urnas fijaron que sea Junts pel Sí y el candidato que esta coalición proponía para presidir la Generalitat quienes lideren la hoja de ruta, y que la CUP tuviera un papel importante, y no al revés, sin que “nadie se pierda por el camino” ni se haga nada que pueda reducir la base que respalda el procés. En paralelo negó que la disolución de CDC para crear un nuevo partido sea otro gesto para facilitar el pacto. En el supuesto de que no sea posible “y quedemos abocados a repetir elecciones”, no supondría dinamitar por completo la senda secesionista sino que “habría que explicar a los ciudadanos que hay una aritmética diferente para poder salir adelante”. Con todo, Mas puntualizó que hará “todo lo posible para que no haya comicios”. Ahora bien, “tampoco podemos evitarlos a toda costa”.