Barcelona - Pese a que su líder Antonio Baños renegara la pasada semana de acudir otra vez a las urnas porque el independentismo podría salir no muy bien parado, la CUP, y no solo Convergència, asumió ayer por primera vez la opción de repetir las elecciones. Unos comicios que, según su diputado Julià de Jòdar, serían “impuestos y no deseados”, y en los que asegura sabrían explicar “dónde estamos y por qué”. “Los catalanes decidirán con rigor, sabiduría y urgencia social qué liderazgo quieren para el proceso y qué futuro quieren para el país”, afirmación con la que replica al conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, que sostenía prácticamente lo mismo pero enarbolando la figura de Artur Mas tras censurar la “inmadurez parlamentaria” de los anticapitalistas. En un artículo en el diario Ara, y en tono duro, Jòdar imita la estructura del texto que publicó el dirigente de CDC y copia también su título -Oxigenar el proceso- para destacar que entre asfixiar el camino hacia la independencia e “hiperventilarlo”, queda una salida, que es una “oxigenación que solo puede proceder de la movilización sostenida, pacífica y democrática”.
En el entorno de la CUP añaden que un miembro de la formación reconocía internamente hace escasos días la siguiente aseveración: “Vamos a sufrir si tenemos que elegir entre investir a Mas o nuevas elecciones”. Una dicotomía que queda pendiente de que se resuelva cuál de las dos almas de la fuerza antisistema acaba imponiéndose: el sector que aboga por reelegir al líder de CDC si a cambio se garantiza la aplicación del plan de choque social, o la corriente que está dispuesta a someterse al escrutinio ciudadano. En este último bando se encuentran quienes piensan que podrían crecer en el área metropolitana argumentando que CDC además perdería mucho respaldo a costa de ERC, pero de mientras siguen las negociaciones para en el plazo de una semana ofrecer una salida al secesionismo. Jòdar, que en su escrito no cita el nombre del president en funciones, carga contra CDC acusándole de “aferrarse al poder” y de haber sido un Ejecutivo “sumiso a la troika” aplicando los “peores recortes antisociales desde finales de la dictadura”. Por ello avisa al partido que lidera Mas que pretender que la CUP abandone su gen es “un error grande, una grave falta de respeto y una muestra de irresponsabilidad mayor”. De paso, tilda de “arrogante” a Francesc Homs por someter el pacto a cuatro requisitos: seguridad jurídica, gobierno estable, diálogo con el Estado y Europa, y defensa de los valores occidentales. Demandas que tacha de “horcas caudinas bajo las que debería desfilar la CUP de rodillas y pidiendo disculpas”. Ayer el exconseller de Presidència puntualizó que aún hay “diálogo abierto” y que espera que fructifique el consenso antes de que arranque la campaña para las generales. “Creo sinceramente que algún tipo de acuerdo habrá”, predijo en una entrevista en RNE.
erc, preocupada Paralelamente, ERC insistía en que el “jaleo” mediático no está beneficiando a las conversaciones, molestos los republicanos por el rifirrafe público y notorio entre CDC y la CUP, hasta el punto de que la formación de Oriol Junqueras celebró ayer una Ejecutiva Nacional por su preocupación sobre el horizonte venidero. “Mientras que nuestro espíritu es de responsabilidad y no hacer ruido, vemos que vía Twitter o entrevistas se van diciendo cosas”, reprochan.
Por su parte, desde Catalunya Sí que es Pot mostraron su disposición incluso apoyar a Junts pel Sí si se desanda el camino de la independencia unilateral para apostar por el derecho a decidir y si sobre la mesa se coloca un nombre distinto al de Mas. “Estudiaríamos no poner palos en las ruedas”, expresó su portavoz Joan Coscubiela, ya que su grupo no es partidario de elecciones anticipadas. “Corresponde a JxSí y la CUP hacer una propuesta para desbloquear la situación en vez de utilizar la investidura como arma que se tiran unos a otros”, zanjó.