BIlbao - La riada independentista que anegó las calles de Barcelona anteayer sigue salpicando la política vasca. PP de la CAV y PSE salieron ayer al paso de las proclamas lanzadas por EH Bildu y PNV acerca de una jornada histórica, advirtiendo del peligro de que las formaciones nacionalistas locales emulen el proceso abierto en Catalunya. Temerosos de que un posible efecto contagio haga mella, las primeras espadas de las formaciones constitucionalistas reflejaron ayer su temor de que Euskadi rompa amarras con el Estado, haciendo énfasis en la amenaza en la que derivaría para la convivencia y la libertad individual y en las “consecuencias” que podría tener imitar el modelo catalán frente a un autogobierno vasco asentado en una Constitución que, además, recalcaron, ofrece un encaje idóneo a las señas de identidad de ambas nacionalidades históricas.
Fueron los populares vascos los que mayor vehemencia mostraron en sus declaraciones. Elevando el tono de su discurso al albur de los hechos para sugerir que las pulsiones nacionalistas podrían incluso llegar a dinamitar la convivencia en Euskadi, su presidenta, Arantza Quiroga, ahondó en que “exaltar sentimientos nacionales excluyentes pasa una factura demasiado cara para la libertad y la ciudadanía”. Lo hizo frente a los principales responsables del PP de la CAV en una conferencia política que sirvió para lanzar dardos hacia las formaciones nacionalistas, especialmente en dirección al PNV. “Exaltar los sentimientos nacionales excluyentes pasa una factura demasiado cara para la libertad y la ciudadanía. Aquí también hemos conocido a líderes patrioteros. Ayer vimos a líderes del PNV” en Catalunya, se refirió, “y eso significa” que los jeltzales representan “lo mismo que Convergència, a diferentes ritmos y palabras, pero son el mismo proyecto de exaltación nacional, el mismo peligro para la libertad individual”.
Alabando la fortaleza que, a su juicio, demuestra el marco constitucional en la actualidad, Quiroga incidió en que “las señas de identidad de Euskadi y Cataluña tienen un perfecto encaje en la Constitución. Lo que falta es lealtad política, institucional. Entender”, explicó, que “fue un punto de encuentro entre diferentes”. Tanto es así que censuró las voces en el seno del PSOE que, con el proceso catalán de trasfondo y generando mayor o menor ruido, hablan de abrir el melón constitucional para adaptarlo a los nuevos tiempos. Poner freno a esas tentativas, tanto a las pulsiones soberanistas que se pueden abrir en Euskadi como a las posibles modificaciones de la Carta Magna que podrían darse en Madrid parecen ser los caballos de batalla a los que los populares se enfrentarán.
Así lo advirtieron también otros representantes como el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, o Borja Sémper. Y, mientras el primero aseguró que la situación catalana es un desafío, “el de la ruptura de España, el PP será “dique frente a la marea de quien quería destruir la convivencia de los vascos”; el parlamentario en Gasteiz apuntó que mientras, “al PNV le obsesionan las fronteras, al PP las personas”.
Con un tono más posibilista pero un mismo discurso hacia las formaciones nacionalistas, el PSE también echó la vista a Catalunya para sugerir de la amenaza de que Euskadi siga por la senda abierta por el president Artur Mas. Con una Diada en la que solo vio la fragmentación en la sociedad catalana, Idoia Mendia censuró que PNV o EH Bildu puedan trasladar esa “división”. Más si cabe en el caso de la coalición, que se ha “sacado de la chistera” una proposición de ley de consultas que a su juicio nace muerta. Ese fue el caso del Plan Ibarretxe, dijo, una fórmula “del pasado” que el Tribunal Constitucional tumbó en 2008. La secretaria general de los socialistas vascos contrapuso esa fractura de la sociedad a los acuerdos transversales alcanzados con los jeltzales para la gobernabilidad en las instituciones. “Avanzamos mucho más todos unidos”, exhortó en un acto en Gasteiz. “Todos los avances han venido de la mano de los acuerdos, en los que siempre ha estado el PSE”, concluyó.