Madrid - El Gobierno español protagonizó ayer su enésimo viraje en el debate catalán. Tras amagar con una reforma constitucional para aclarar el reparto de competencias y enterrarla poco después con el argumento de que no hay consenso y no se puede ceder a las pretensiones independentistas, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, recuperó ayer la reforma de la Constitución para encajar “el hecho catalán” y cambiar el sistema de financiación. En concreto, planteó ceder prácticamente al completo el IRPF a Catalunya como solución a las reivindicaciones soberanistas.

En una conferencia en el Foro de la Nueva Economía, anunció que “después del 27 de septiembre habrá que hablar, ya que el problema catalán es un problema eterno, no termina nunca, pero vamos a hablar con buena voluntad, discutiendo lo que es posible y lo que no es posible”. “Probablemente, el problema pasa por una reforma constitucional y por un sistema de financiación diferente pero, para dialogar, las dos partes deben quererlo”, dijo.

Según añadió, “encajar el hecho catalán en términos constitucionales en la realidad hispánica” requeriría garantizar que existe “un consenso suficiente” en torno a que no habrá “ruptura” y que las modificaciones se canalizarán “por los procedimientos establecidos” en la Constitución. Actualmente, el IRPF es un impuesto cedido parcialmente (50 %) a Catalunya. Con su propuesta, Margallo cree que se pactaría algo “parecido” al Concierto Económico, y justificó la negativa de Rajoy al pacto fiscal en que solo los territorios forales tienen derecho a una negociación bilateral. Entrar en el debate de la reforma permite al PP intentar no figurar como el único partido inmovilista y sin propuestas, junto a Ciudadanos. - DNA/Efe