MADRID - A escasos días de que este viernes arranque la campaña electoral de 27-S, los socialistas vuelven a ofrecer una imagen de división entre las propuestas sobre la cuestión catalana con origen en la sucursal del PSC y las que defiende Pedro Sánchez, quien no quita ojo a su propio sprint electoral a la Moncloa del próximo diciembre. Los socialistas catalanes presentaron ayer el manifiesto Para una Catalunya mejor en una España diferente. Con la fuerza del mundo local, que reivindica una reforma constitucional que “reconozca que Catalunya es una nación”. La reivindicación de los socialistas no es nueva, pero llega después de que el expresidente del Gobierno español Felipe González dijera el pasado fin de semana que la reforma constitucional debería reconocer a Catalunya como nación, y después de que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, afirmara ayer mismo y solo unas horas antes de presentarse el manifiesto del PSC que este reconocimiento no es necesario. Y eso que un día antes, en un mitin en Barcelona, el secretario general del PSOE se declaraba “catalanista” y proclive a que la reforma constitucional recoja la “singularidad” de Catalunya, argumento que dio pie a que el PP critique a los socialistas por su presunto coqueteo con los independentistas. En declaraciones a la Cadena Ser, Sánchez señaló sobre el concepto de nación catalana que el problema “no es de definición, sino de convivencia y de fractura económica, social y emocional” entre los catalanes. Una vez más no concretó en qué términos propone el PSOE reflejar la singularidad catalana. Como en ocasiones anteriores, no aludió a reconocimientos sobre asuntos identitarios sino únicamente a la singularidad cultural. Así Sánchez abogó por que la Constitución recoja “elementos de singularidad” de Catalunya vinculados con su lengua, cultura e instituciones. - R. Ugarriza
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