Bilbao - El PNV se ha propuesto implicarse en la reforma constitucional para maximizar sus beneficios para Euskadi y blindar el autogobierno vasco. Los jeltzales no quieren quedar excluidos del debate, como sucedió en 1978, y han mostrado una actitud proactiva que les ha valido la acerada crítica de la izquierda abertzale, que ve al partido seducido por España. El lehendakari Urkullu dejó patente ayer nuevamente el interés de los jeltzales cuando introdujo la reforma constitucional en un debate puramente económico. En su intervención en el acto de entrega de un galardón al presidente de honor del grupo Freixenet, Urkullu juzgó necesario abordar la reforma constitucional “desde los cimientos, la apertura al diálogo y la negociación, la disposición al acuerdo y el pacto”. “Queremos un futuro compartido”, dijo Urkullu, en alusión a que “nadie posee la verdad absoluta”. “La clave es compartir. Negociar, voluntad de pactar y garantía de cumplir”, agregó. La izquierda aber-tzale, por su parte, no ve manera de casar el derecho a decidir que propugna el PNV con una reforma constitucional que podrían impulsar los socialistas si conquistan el Gobierno español en las elecciones generales previstas para finales de año.
Por el momento, el PNV no alza demasiado las campanas al vuelo porque no tiene todas las claves de la propuesta socialista, e incluso ha lanzado algún mensaje de advertencia ante la posibilidad de que se instaure un nuevo café para todos autonómico. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, además, rechazó el fin de semana en una entrevista EN El Diario Vasco la posibilidad de regular una consulta por la independencia, como en Canadá con la Ley de Claridad. A pesar de las reservas, Amaiur acusó ayer al PNV de “dejarse seducir por el proyecto de España” y pidió a los jeltzales y al PSOE que “no engañen” a la ciudadanía porque “la unidad de España” que proclama el secretario general de los socialistas y el acuerdo de “libre adhesión” que reclama el PNV “son incompatibles”. En una rueda de prensa en Bilbao, los diputados de Amaiur Onintza Enbeitia y Xabier Mikel Errekondo opinaron que “el único pacto entre iguales es aquel que está firmado por dos estados” y avisaron de que el “único” cambio que aceptará la coalición soberanista es “aquel en el que se reconoce el derecho a decidir”.
A su juicio, la oferta de reforma constitucional de Sánchez representa “un federalismo cerrado” que viene a “reafirmar el actual Estado de las autonomías”. Enbeitia y Errekondo explicaron que, en lo que se refiere al ámbito territorial, cualquier reforma que no contemple el reconocimiento de “Euskal Herria como sujeto”, así como el derecho a decidir que “como pueblo nos corresponde”, tendrá “el mismo déficit democrático que el actual marco jurídico-político”. Urkullu, por su parte, avisó en Cope de que se producirá “un problema” si se pretende una reforma constitucional que no tome en consideración los hechos singulares. -DNA