Iruñea - Deja la Comunidad con una deuda de 3.197 millones de euros (5.000 euros por cada habitante), con los niveles de pobreza más altos que se recuerdan (14,5%), una tasa de paro insólita que ha crecido hasta los 47.900, infinitas listas de espera en sanidad, el sistema educativo desmoronándose por su empeño por la implantación más que apresurada del PAI y un largo etcétera de despropósitos. En cambio, Yolanda Barcina ofreció ayer su última rueda de prensa como presidenta del Gobierno de Nafarroa presentando la Comunidad como un lugar cercano la arcadia feliz, donde los niveles de todo son mejores que en el resto de las comunidades autónomas. Y gracias a ella y a su Gobierno. En un tono totalmente autocomplaciente, Barcina quiso despedirse así, obviando la dura realidad que viven cada día miles de navarros y centrándose únicamente en los datos que aparentemente dejan a Nafarroa en buen lugar (al menos no tan malo como otras comunidades).

Acompañada de casi todos los consejeros de su Gobierno (solo faltaba Íñigo Alli), Barcina aseguró que la situación del Ejecutivo navarro es hoy mucho mejor que cuando ella accedió al cargo y eludió toda autocrítica al negarse a valorar en conjunto la legislatura. Una etapa marcada por los recortes, la ruptura del pacto con el PSN por discrepancias personales con Roberto Jiménez y que dejó a UPN en una soledad parlamentaria que le ha condenado a la inacción total, agravada por su empecinamiento en no convocar elecciones anticipadas.

Sin entrar a estos pequeños detalles, la todavía presidenta se esforzó en mostrar gráficos que comparan a Nafarroa con el resto de Comunidades: la que menor aumento de la deuda ha tenido, la de menor déficit, la que antes paga a proveedores, la que tiene menos paro... “Los mejores del conjunto del país”, sentenció.

Tras la exposición, Barcina dijo que quiso salir públicamente para hacer “una transparente rendición de cuentas y un traspaso normal” de poderes al nuevo Gobierno. En este sentido aseguró que queda a “disposición” de la futura presidenta, Uxue Barkos, para reunirse con ella cuando se produzca su investidura, pero no antes por “respeto a las formas y las instituciones”.

Barcina rechazó analizar las causas de por qué habiéndolo hecho tan bien como dijo, la sociedad ha dejado a UPN sin posibilidades de formar Gobierno. Sobre su posible vuelta a la política añadió que ahora se decanta por la docencia: “Vuelvo al sitio del que salí, a la UPNA”. Y evitó hablar de una posible vuelta a la política porque no le gusta “hacer previsiones”.