Barcelona - El soberanismo catalán parece perfilar cómo se presentará definitivamente a las urnas el próximo 27 de septiembre ganando terreno la opción que abanderó Artur Mas tras el proceso participativo del 9-N, una lista unitaria y transversal que, además, esté conformada por representantes de la sociedad civil y no necesariamente por la clase política. Esta oferta, que puso la pasada semana sobre la mesa el líder de ERC, Oriol Junqueras, llega promovida en verdad por Òmnium Cultural, que maneja una encuesta interna donde esta candidatura, con estas características, obtendría el 49% de los votos y hasta 75 escaños. De ahí que Convergència avalara ayer esta plancha a expensas de que su dirección debata si se acepta la ausencia de políticos. “Los haya o no, será también la lista de CDC para poder realizar el 27-S el plebiscito que no nos han dejado”, aventuró la portavoz convergente, Mercé Conesa, tras la reunión del comité ejecutivo del partido, que se ha dado un margen de quince días para definir su posición.
“Esta no es ahora la prioridad ni nos corresponde fijar condiciones, ya que de lo que se trata de momento es de hablar y buscar el máximo consenso que permita configurar el mejor proyecto posible para alcanzar la mayoría parlamentaria necesaria”, argumentó Conesa, segura de que CDC “será respetuosa con la decisión que adopten las entidades soberanistas”. Convergència aparca de esta manera cualquier línea roja en la confección de la candidatura, dejando a los organismos sociales la tarea de resolver si los políticos deben ser tenidos en consideración, como en principio sostiene la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Lo que valora CDC, por encima de todo, es que la propuesta de lista unitaria transversal vuelve a colocarse en primera fila por ser una idea que en su día expuso Mas y se rechazó. La formación nacionalista celebrará el próximo día 25 la reunión del consejo nacional para aprobar el formato final de la plancha, sea cual sea, incluido el que rehusa de la presencia de políticos. “Lo tenemos todo preparado para apoyar la lista de la sociedad civil”, reafirmó Conesa.
En este escenario, Junqueras, que se halla de viaje por Argentina y Uruguay para explicar el proceso soberanista, no cierra ninguna puerta a la negociación, como puntualizó el portavoz del partido, Sergi Sabrià, para quien “que en la lista no haya políticos evitaría cualquier otro tipo de plebiscito”. Tanto Òmnium como ERC abogan por excluir a la clase política aunque la entidad civil matiza que habla de “políticos en activo”. En caso de ser aceptada esta fórmula, Sabrià aclaró que lo será bajo dos condiciones: que se complemente con un acuerdo de gobierno de concentración y que se concreten “los cien primeros pasos” que tomaría este Ejecutivo. “La intención es que la lista sea lo más abierta posible”, enfatizó el dirigente republicano, quien anunció “reuniones discretas” en los próximos días con todos los actores implicados, amén de otras entidades soberanistas como Súmate o el sector independentista de Unió. Y, sobre todo, con el más importante: la CUP, a quien consideran imprescindible para tirar adelante. “La propuesta de las listas separadas nos parece ganadora, pero con esta nueva candidatura civil tenemos más posibilidades de victoria” soberanista, zanjó Sabrià. Así, ERC propone una plancha auspiciada por ANC, Òmnium, AMI, CDC, CUP y los republicanos, pero sin miembros de estos tres partidos, aunque sí podrían incorporarse a posteriori en un eventual Govern de concentración para avanzar hacia la secesión; después, en seis meses, se celebrarían de nuevo elecciones donde concurrirían ya las formaciones con sus siglas y por separado porque en esta ocasión no tendrían el componente plebiscitario del 27-S.
Mientras, la presidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals, advirtió de que las negociaciones no pueden dilatarse “semanas”. “Debe ser una cuestión de días”, valoró en referencia a un acuerdo que constituya “una oferta clara para poder votar que sí a la independencia”. A su juicio, la propuesta de Òmnium y la ANC es “solo una solución imaginativa” para desatascar una situación en la que “no se acababa de ver cómo se afronta el camino hacia el 27-S”, y con el objetivo de lograr una “mayoría rotunda” que, de momento, el CIS catalán no presagia. Para el líder de la ANC, Jordi Sánchez, que animó a la “diáspora socialista” a unirse a esta hoja de ruta, todo debe estar listo como máximo para el día 20 de julio, al menos el consenso entre las entidades civiles, algo que da por hecho; luego habrá que hablar con los partidos políticos, terminar de configurar las planchas y, entre medias, acordar el proceso constituyente tras el paso por las urnas.
predicción de òmnium En la encuesta que maneja Òmnium Cultural, tras los 75 diputados que obtendría la llamada lista para la independencia, a más de 50 escaños de distancia aparecería una coalición de izquierdas con ICV y Podemos, que sacaría 23 parlamentarios, por los 14 de Ciudadanos, los 13 del PSC, 8 para el PP y los 2 de Unió, una vez rota la federación nacionalista. El sondeo indica que, si el soberanismo se presenta el 27-S por separado, la suma de los tres partidos sería de 67 escaños, quedándose a uno de la mayoría absoluta (30 de CDC, 25 de ERC y 12 de la CUP). Si la CUP se descolgara, la lista conjunta de Convergència y ERC con la sociedad civil sumaría 52 diputados y el partido de David Fernández se quedaría con 10.
Desde el constitucionalismo llueven las críticas por un debate de listas que el PSC tacha de “tomadura de pelo”, según su portavoz, Esther Niubó. A su vez, la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, cargó contra la “ceremonia de la confusión” y el “desconcierto” que están provocando Mas y las entidades independentistas. “Listas unitarias, transversal, con políticos, sin políticos? Es algo surrealista”, describió. El candidato a presidente español por Ciudadanos, Albert Rivera, añadió que Mas “busca esconderse de su fracaso detrás de un cajón de sastre, y solo logrará dividir a la sociedad catalana, romper con España y salir de la Unión Europea”.