barcelona - La fractura en Unió Democrática de Catalunya (UDC) está servida. Lo dicen los resultados de la consulta interna celebrada ayer entre la militancia del partido liderado por Josep Antoni Duran i Lleida que arrojaron un saldo de respuestas positivas de un 50% y un 47% de negativas a la kilométrica pregunta sobre la hoja de ruta soberanista fijada por Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y ERC.

La consulta deja una cosa clara: el partido democristiano está dividido en dos mitades prácticamente iguales, lo que augura fuertes convulsiones al menos de aquí al 27 de septiembre, fecha en la que se celebrarán las elecciones autonómicas catalanas que el president Artur Mas ha planteado en términos plebiscitarios de independencia. Pero también deja varias interrogantes: el futuro de Duran i Lleida; el destino de los críticos independentistas del partido que, por la mínima, han salido derrotados; y el encaje de Duran y su proyecto en la hoja de ruta trazada por Mas hasta septiembre y si el rumbo que tome el democristiano afectará al proceso.

A la consulta estaban llamados los 4.095 afiliados de Unió, de los que finalmente votaron 2.641 (el 64%). La militancia democristiana refrendó por un margen muy estrecho las líneas rojas propuestas por la dirección del partido para comprometerse con el proceso soberanista, unas condiciones que chocan con la hoja de ruta independentista suscrita entre CDC y ERC. La pregunta elaborada por la dirección del partido era tan larga como imprecisa, ya que no hacía referencia a la independencia, como pedían los críticos a Duran -entre los que se encontraban nombres tan significados como Nuria De Gisbert, presidenta del Parlament catalán-. Tan solo hacía una referencia a la “plena soberanía” de Catalunya y, además, la condicionaba a un “diálogo entre el Gobierno catalán y el Estado” y a no tomar declaraciones unilaterales.

En concreto, la pregunta, que recibió el apoyo de 1.332 militantes, el rechazo de 1.238 y 71 votos en blanco o nulos, fue: “¿Queréis que UDC continúe su compromiso con el proceso, desde el catalanismo integrador y de acuerdo con los siguientes criterios?: aspirar a la plena soberanía de Catalunya, tomar todas las decisiones de forma democrática, gestionar el proceso desde el diálogo entre el Gobierno catalán y el del Estado, garantizar la seguridad jurídica sin declaraciones unilaterales, descartar cualquier escenario fuera de la Unión Europea”.

Duran tendrá que gestionar ahora internamente este resultado que evidencia una profunda brecha entre los dos sectores de la coalición. Le esperan tiempos convulsos y en el peor de los casos ya tiene preparada una plataforma auspiciada por él donde poder recalar, bautizada bajo el nombre Construïm y ya registrada como partido con vida propia al margen de Unió.